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FIEBRE PUERPERAL.


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2016  •  Resúmenes  •  2.124 Palabras (9 Páginas)  •  367 Visitas

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PARAFRASIS #2

En el año 1884, 260 de 3157 mujeres que dieron a luz, que vendría siendo el 8.2% que hicieron su trabajo de parto en la Primera División de Maternidad en el hospital de Viena, murieron de fiebre puerperal; para el año 1845 esa taza se elevó a 6.8% pero en 1846, se incrementó aún más, hasta llegar a 11.4%


En la Segunda División de Maternidad del mismo hospital las tazas sobre la misma enfermedad fueron de solo 2.3, 2.0 y 2.7%. La diferencia era enorme, por lo que se intentó encontrar la causa y solución del problema; se empezaron algunas hipótesis; como la de alguna epidemia que afectara a las mujeres embarazadas de ese entonces que aguardaban en el hospital. Sin embargo, no se encontró respuesta del porque se afectaban más en esta división que en la segunda, también, las mujeres que daban a luz a su bebe mientras estaban camino al hospital, a pesar que hay mayor posibilidad que se produzca una infección, eran menos las que sufrían de fiebre puerperal a comparación con las de la Primera División del hospital.


Otra hipótesis, fue el que haya sido por demasiada gente en la primera división, pero fue poco probable ya que esta abundaba más en la segunda. Tampoco fueron los cuidados y dietas, ya que eran los mismos en ambas.


En 1846 una Comisión concluyo que la causa era el trato bruto que se les daba por parte de los estudiantes de medicina; esta teoría se contradice, en primer lugar porque los daños de un parto natural eran mayores que los tratos, así fueran brutos, por parte de los estudiantes.
Sin embargo, el número de estudiantes de medicina se redujo a la mitad. Con esto, el resultado fue una pequeña baja en la tasa de mortalidad y después, se incrementó más que nunca. Por lo que se intentaron otras teorías, como en terreno psicológico, ya que el sacerdote del hospital en la primera división tenía que pasar por cinco pasillos para llegar a las enfermas desahuciadas, lo hacía mientras su ayudante tocaba una campana, lo cual, se pensó era un sonido de desaliento para las mujeres en trabajo de parto lo que no sucedía en la segunda división, en la cual el sacerdote pasaba inmediatamente a la sala. Para tratar de solucionar este problema, hicieron al sacerdote tomar otra ruta en la primera división y además no sonar su campana. Pero las muertes no se redujeron. Se intentó ahora con la posición de las pacientes ya que en la primera división se tomaba de espalda y se igualo a la segunda que era lateral, pero aun así las muertes no disminuyeron.

PRIMER RESUMEN


En 18844, 260 de 3157 madres, es decir el 8.2%, que dieron a luz en la Primera División de Maternidad, murieron de fiebre puerperal; para 1845 la tasa fue de 6.8%, pero en 1846 se elevó a 11.4%.


Lo alarmante de éstas cifras es que en la Segunda División de Maternidad del mismo hospital de Viena las tasas de mortandad a causa del mismo mal, fueron solamente 2.3, 2.0 y 2.7%. para intentar resolver este problema, se comenzó por considerar algunos factores tradicionalmente aceptados como causas de dicho mal; por ejemplo, las influencias epidémicas descritas como cambios atmosféricos y cósmico-telúricos que, al extenderse sobre la zona, afectaban a las parturientas en confinamiento hospitalario. 


Sin embargo, esta explicación dejaba sin respuesta el problema de la razón, por la cual se veían afectadas de manera predominante las pacientes de la Primera División en relación con las de la Segunda.


Una comisión llegó a la conclusión (1846) de que el padecimiento en cuestión se debía a que las manipulaciones a que se sometía a las pacientes durante la examinación eran demasiado violentas, pues se las practicaba los estudiantes de medicina adscritos a la Primera División y entrenados en la misma.


Ante esta explicación –afirmó Semmelweis- cabe establecer las siguientes objeciones: en primer lugar, las lesiones provocadas por el proceso natural del parto eran mucho más intensas y extensas que las causadas por la examinación; en segundo lugar, las matronas y estudiantes que realizaban los exámenes en la Segunda División lo hacían de la misma manera que los de la primera.


No obstante de esto, el índice de mortalidad se elevó más que nunca. Ante la debilidad de éste tipo de explicaciones, se intentaron otras, por ejemplo, se afirmaba que la presencia del capellán del hospital, quien para dar el último sacramentos a alguna mujer agonizante de la primera división, tenía que pasar por cinco pasillos antes de llegar a la sala de estas enfermas, realizaba su recorrido precedido por un ayudante quien sonaba una campana; cosa que lo convertía en algo terrorífico y supuestamente, debilitante para las pacientes.


Para eliminar este efecto se convención al sacerdote de que usara otra ruta en su recorrido hacia la sala de la Primera División.
En los inicios del año de 1847, un colega de Semmelweis, llamado Kolletschka, mientras realizaba una autopsia, se hirió accidentalmente en un dedo con el bisturí de un estudiante. Poco tiempo después de este suceso, Kolletschka murió, mostrando durante su agonía los mismos síntomas que se observaban en las pacientes de la fiebre puerperal.

 
A partir de este hecho, Semmelweis dedujo que la materia muerta o cadavérica introducida al organismo de su colega por el bisturí del estudiante había sido el origen de su muerte. Siguiendo este razonamiento, fue posible pensar que las pacientes parturientas que habían muerto de fiebre puerperal fueron víctimas de un envenenamiento sanguíneo semejante.

 Esta suposición se ve confirmada por el hecho de que el personal médico, incluyendo a los instructores y a los estudiantes, acudía a realizar el examen de las pacientes después de haber estado realizando disecciones en la sala de autopsias. Y de haberse lavado las manos de manera muy superficial lo cual hacía que todos ellos fueran portadores del material infeccioso. 
Para someter a prueba esta hipótesis se pidió al personal que se lavara las manos, desinfectándolas con una solución de cloruro de cal antes de realizar cualquier examen. La mortalidad debida a ésta fiebre mostró pronto un acusado descenso y, para 1848, fue de sólo 1.27% en la primera división y 1.33% en la segunda. 
Semmelweis llegó a la conclusión de que la fiebre puerperal podía ser producida no sólo por materia cadavérica. Sino también por materia pútrida procedente de organismos vivos.

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