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Falacias. En nuestra vida diaria argumentamos constantemente o escuchamos argumentos de la gente que nos rodea


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2015  •  Documentos de Investigación  •  1.639 Palabras (7 Páginas)  •  734 Visitas

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Falacias.

En nuestra vida diaria argumentamos constantemente o escuchamos argumentos de la gente que nos rodea; los oímos en la radio, los vemos en la televisión, los leemos en el periódico o en Internet, etc. En este contexto solemos encontrar argumentos a los que denominamos falacias.

Las falacias son errores en el razonamiento o la argumentación, en si la falacia es una forma de razonamiento, la fuerza de la falacia reside en su carácter convincente ya que parece estar correctamente construido pero cuando se analiza detenidamente, notamos que el paso de las premisas a la conclusión no es el adecuado, debido a que las premisas no son pertinentes para lo que se quiere defender.

Antiguamente solía hacerse una distinción entre falacia y sofisma con base en la intención de la persona que argumentaba. De esta manera se decía que, si quien argumentaba incorrectamente lo hacía sin la intención de mentir, entonces estábamos frente a una falacia. En cambio, si alguien formulaba un argumento consciente del engaño, entonces estábamos frente a un sofisma. Sin embargo, en la vida diaria resulta muy complicado saber si quien argumenta incorrectamente lo hace de manera deliberada o no, por lo cual frecuentemente esta distinción ha caído en desuso.

Estas falacias pueden ser de dos tipos las cuales se clasifican en falacias formales y no formales.

Las primeras, falacias formales son argumentos no validos pero que a menudo se aceptan por su semejanza con formas validas de razonamiento, es como un error que pasa inadvertido, esta puede clasificarse en 3 tipos diferentes.

Afirmación del consecuente: También se le conoce como confirmación sistemática ya que es el equivalente lógico a asumir la verdad necesaria de que lo contrario también lo es. Es llamada así porque erróneamente se concluye que el segundo término de una premisa consecuente establece también la verdad de su antecesor, un ejemplo de este sería el siguiente: “Si estoy dormido tengo los ojos cerrados, entonces si tengo los ojos cerrados debo estar dormido”.

Negación del antecedente: Los argumentos de esta forma son inválidos, porque la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión ya que podría ser que las premisas fueran todas verdaderas pero la conclusión sea falsa. Un ejemplo de esta seria el siguiente: “Esta nevando, entonces hace frio”, “No está nevando por lo tanto no hace frio”.

Silogismo disyuntivo falaz: Razonamiento que partiendo de una disyunción y, como según premisa, se afirma uno de los dos componentes de la disyunción, se concluye la negación del otro componente. Un ejemplo de esta sería: “Te gusta la música o te gusta la lectura”, “Te gusta la música, entonces no te gusta la lectura”. Es un argumento falaz que mantiene semejanza con el argumento válido en lo que posada una disyunción se niega uno de los dos componentes, lo cual implica que el otro es verdadero.

Ahora están el otro tipo de falacias, informales o no formales las cuales son razonamientos en los cuales lo que aportan las premisas no es adecuado para justificar la conclusión a la cual se quiere llegar. Se quiere convencer no aportando buenas razones sino apelando a elementos no pertinentes o, incluso, irracionales. Esta puede clasificarse en 8 tipos diferentes.

Dirigido al hombre: Es una falacia lógica que implica responder a un argumento o una afirmación refiriéndose a la persona que lo formula, en lugar al argumento por sí mismo. Un ejemplo de esta sería: “No vengas a trabajar a la tienda con este piercing, recuerda que quien paga manda”.

Ad ignorantiam: Es una falacia que implica afirmar la falsedad de una proposición basándose en la ignorancia existente sobre la promoción discutida        . Un ejemplo de esta sería: “Se afirma A, no se tienen pruebas para afirmar o refutar A, por lo tanto A, es falso”.

Argumentum ad verecundiam: También conocido como “argumento dirigido al respecto” en latín, es una falacia lógica y un móvil retorico propio de la refutación del discurso e implica refutar un argumento o una afirmación de una persona aludiendo al prestigio de la persona opuesta que sustenta e argumento contrario. Un ejemplo de esta sería: “A afirma B, A goza de un prestigio o credibilidad por encima del que se contradice, por tanto B es cierto”.

Argumentum ad populum: En Latín significa “dirigido al pueblo”, es una falacia lógica que implica responder a un argumento o a una afirmación refiriéndose a la supuesta opinión que de ello tiene la gente en general, en lugar de al argumento por sí mismo. Un ejemplo de esta sería: “A afirma B, se dice que la mayoría de la gente dice B, por tanto B es cierto”. De esta existen dos variantes, apelación a la tradición y apelación a la práctica común.

Argumentum ad consecuentiam:         En Latín, significa “dirigido a las consecuencias”, es una falacia lógica que implica responder a un argumento o a una afirmación refiriéndose a las posibles consecuencias negativas del mismo. Un ejemplo de esta sería: “A afirma B, B tiene una consecuencia C, considerada negativa, por tanto B es falso”.

Falacia ecológica: La falacia ecológica es un tipo de error en la interpretación de datos estadísticos, en el que se infiere la naturaleza de los individuos a partir de las estadísticas agregadas del grupo al que dichos individuos pertenecen. Un ejemplo de esta sería: Pongamos que la renta per cápita en El Salvador sea superior a la renta per cápita en Nicaragua. Dar por supuesto que cualquier salvadoreño al azar tendrá una renta mayor que cualquier nicaragüense elegido al azar es un ejemplo de falacia ecológica ya que la renta per cápita es un promedio y con solo ese dato no sabemos cuál es la distribución de la renta entre los individuos en cada país. 

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