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Isabel Allende Y Su Discurso Inovidable


Enviado por   •  20 de Agosto de 2014  •  2.574 Palabras (11 Páginas)  •  163 Visitas

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Muchísimas gracias. ¡Qué miedo estar aquí entre los más inteligentes de los inteligentes!

Estoy aquí para contarles algunas historias de pasión.

Hay un refrán judío que me encanta. ¿Qué es más más cierto que la verdad? Respuesta: La historia. Yo soy una contadora de historias.

Quiero contar algo que es más cierto que la verdad sobre nuestra humanidad compartida. Todas las historias me interesan, y algunas me obsesionan hasta que termino escribiéndolas.

Ciertas temáticas se repiten: justicia, lealtad, violencia, muerte, asuntos políticos y sociales, libertad. Soy consciente del misterio que nos rodea, así que escribo sobre coincidencias, premoniciones, emociones, sueños, el poder de la naturaleza, la magia.

En los últimos 20 años he publicado algunos libros, pero viví en el anonimato hasta febrero del 2006, cuando llevé la bandera olímpica en las Olimpiadas de Invierno en Italia. Eso me transformó en una celebridad, ahora la gente me reconoce en Macy's y mis nietos piensan que soy chévere. Permítanme contarles sobre mis 4 minutos de fama.

Uno de los organizadores de la ceremonia olímpica, de la ceremonia inaugural, me llamó para decirme que yo había sido seleccionada para llevar la bandera. Le respondí que seguro se había equivocado de persona porque soy todo lo contrario a una atleta. De hecho ni siquiera estaba segura de poder darle la vuelta al estadio sin un andador. Me dijeron que esto no era un asunto cómico. Esta sería la primera vez que la bandera olímpica sería llevada solamente por mujeres. 5 mujeres representando 5 continentes, y 3 ganadoras de medallas de oro olímpicas. Mi primera pregunta fue, naturalmente, ¿qué ropa iba a usar? Un uniforme, me dijo ella, y me preguntó por mis medidas. ¡Mis medidas! Me visualicé en una parka inflada viéndome como el hombre Michelin.

En la mitad de febrero, me encontré en Turín, donde las multitudes entusiastas vitoreaban cuando cualquiera de los 80 equipos olímpicos pasaba por la calle. Estos atletas habían sacrificado todo para competir en las Olimpiadas. Todos merecían ganar, pero está el elemento suerte. Un cristal de nieve, una pulgada de hielo, la fuerza del viento, pueden determinar el resultado de una carrera o de un partido. Pero lo que más importa, más que el entrenamiento o la suerte, es el corazón. Sólo un corazón sin miedo y resuelto obtendrá la medalla de oro. Todo tiene que ver con la pasión.

Las calles de Turín estaban cubiertas de carteles rojos anunciando el lema de las Olimpiadas. "La pasión vive aquí". ¿No es siempre así? El corazón nos guía y determina nuestro destino.

Esto es lo que necesito para los personajes de mis libros: un corazón apasionado. Necesito inconformistas, disidentes, aventureros, forasteros y rebeldes, que hacen preguntas, tuercen las reglas y toman riesgos. Gente como todos los que están en este auditorio. La gente simpática y con sentido común no son personajes interesantes. Sólo sirven de buenos ex esposos.

En la sala verde del estadio conocí a las otras mujeres que llevarían la bandera: tres atletas, y las actrices Susan Sarandon y Sofia Loren. También dos mujeres de corazones apasionados. Wangari Maathai, la ganadora del Premio Nobel de Kenia que ha plantado 30 millones de árboles, y al hacerlo ha cambiado la tierra y el clima de algunos lugares de Africa, y por supuesto las condiciones económicas de muchos pueblos, Y Somaly Mam, una activista camboyana que lucha apasionadamente contra la prostitución infantil, Cuando ella tenía 14 años, su abuelo la vendió a un burdel. Ella nos contó de niñas violadas por hombres que creen que tener sexo con una virgen muy joven los va a curar del SIDA. Y de burdeles donde las niñas son forzadas a recibir de cinco, a 15 clientes por día, y si se rebelan, las torturan con electricidad.

En la sala verde recibí mi uniforme. No era el tipo de atuendo que normalmente uso, pero era muy distinto que el traje del Hombre Michelin que yo anticipaba. Realmente no estaba mal. Yo me veía como un refrigerador. Al igual que casi todas las personas que llevaban la bandera, excepto Sofia Loren, el símbolo universal de belleza y pasión.

Sofia tiene más de 70 y se ve fabulosa. Ella es sexy, flaca, alta, con un bronceado profundo. ¿Cómo se puede tener ese bronceado y no tener arrugas? Yo no se. Cuando le preguntaron en una entrevista "¿Cómo hace para verse tan bien?" Ella respondió: "Postura. Mi espalda siempre está recta, y no hago los ruidos de los viejos". Así que aquí tienen consejos gratuitos de una de las mujeres más bellas del mundo. No gruñir, no toser, no resollar, no hablar solos, nada de pedos. Bueno, ella no dijo esto exactamente.

En algún momento cerca de la medianoche, nos convocaron a un ala del estadio, y los parlantes anunciaron la bandera olímpica, y comenzó la música, a propósito, es la misma música que ponen aquí, la Marcha de Aida. Sofia Loren estaba justo en frente mío, ella es 30 cm. más alta que yo, sin contar el pelo escarmenado. Ella caminó elegantemente, como una jirafa en la sabana africana, sosteniendo la bandera sobre su hombro. Yo trotaba detrás, en puntillas, sosteniendo la bandera con mi brazo extendido. de manera tal que mi cabeza estaba debajo de la maldita bandera. Por supuesto, todas las cámaras apuntaban hacia Sofia. Cosa afortunada para mi porque en la mayoría de las fotos de prensa aparezco también yo, aunque casi siempre entre las piernas de Sofia. Lugar donde a la mayoría de los hombres les gustaría estar.

Los mejores 4 minutos de toda mi vida fueron aquellos en el Estadio Olímpico. Mi esposo se ofende cuando digo esto, aunque yo le he explicado que lo que hacemos en privado en general toma menos de 4 minutos, así que no debería tomárselo personalmente.

Tengo todos los recortes de prensa de esos magníficos 4 minutos, porque

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