LA ATMOSFERA

La atmosfera

Hasta aquí hemos tratado mas que los factores internos de la reforma personal, pero también es importante aquel compañero de dialogo y las condiciones en la q este se da.

La noción de condición engloba cosas muy diferentes: algunas de ellas son mas o menos exteriores, definibles y fácilmente reconocibles. Otras tienen un carácter mas general, más difuso e intangible y también por ello mismo corren el riesgo de silenciarse o ignorarse.

Por una parte, están las condiciones externas, que generalmente se indica con el nombre de TECNICA. La terapia exige un conjunto de disposiciones y de actividades que se prestan a la observación. La característica esencial de una técnica psicoterapéutica es q su uso es esencialmente independiente de la personalidad del que la emplea, es decir que no requiere ningún compromiso personal por parte del profesional.

Por otro lado, están los factores morales y humanos q se ponen en juego mediante las funciones que cumple el terapeuta. Estos factores corresponden a la noción de ACTITUD. Esta de define como una tendencia constante de percibir y de reaccionar en un sentido determinado. La acritud se enraíza en la personalidad. Contrariamente a las técnicas las actitudes no se pueden adoptar a voluntad y según las necesidades del momento.

El profesional rogeriano le importa mas el factor humano que el técnico, por eso concibe las condiciones de su trabajo en términos de actitudes. La actitud principal es la ACTITUD DE CONSIDERACION POSITIVA INCONDICINAL. Lo propio de esta actitud es la autenticidad: el terapeuta no solo debe mostrar tal actitud, sino que también debe sentirla. Esta actitud debe anclarse en el sistema de las tendencias y necesidades del profesional como persona. Solo cuando representa una expresión de su personalidad, de su concepción del hombre y de las relaciones humanas, podrá actuar de una manera directa, fácil y relativamente constante, de un modo profundamente autónomo.

También las características generales y dominantes de la situación que llaman: atmosfera terapéutica. Usamos palabras tales como “atmósfera” “clima” “calor” etc. Para designar una combinación de elementos que existen y son impalpables, pero también penetrantes y relativamente permanentes, que caracterizan la calidad humana de la situación terapéutica.

La importancia del factor “atmosfera” queda claro sobre todo al principio de la relación, cuando el cliente es presa de una angustia que lo hace hipersensible. La tensión que lo lleva a buscar esta forma de asistencia, la inquietud que siente en cuanto a lo que ésta exigirá de él, su amor propio puesta a flor de piel por haber necesitado tal recurso, provoca en él una especie de estado de alarma. En este estado es capaz de aprehender los elementos sutiles de la relación con una perspicacia asombrosa, aunque su angustia lo lleve a menudo a exagerar la importancia. Estos sujetos, en ocasiones, observan o

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