LA COMUNICACION
inalmar1 de Mayo de 2014
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LA COMUNICACIÓN NO SÓLO ES UNA COMPETENCIA
“La comunicación es una necesidad social que ha llegado a ubicarse en la cúspide del pensamiento humano, con un carácter competitivo como el aliento y esencia del hombre”.
A partir de esta premisa se fundamenta este ensayo, buscando la relación y articulación entre comunicación, ciencia y evaluación, que según el documento propuesto en el módulo, al hacerse una buena lectura fue comprendido de manera unificadora, para la ejecución de proyectos en cualquier campo del desarrollo humano y su entorno.
Al desarrollar estas ideas se fundamentan todas las relaciones humanas con un carácter informativo entre el ser, el saber ser y el hacerlo bien, en una forma individual y colectiva y de esta manera, buscamos en lo tangible e intangible la explicación de lo más simple a lo más complejo.
La hipotetización de las ideas y de los fenómenos de la existencia humana, respecto a su creación y evolución, donde es precisamente ésta, la que involucra cambios en el tiempo y espacio, la que nos hace reconocer la epistemología y la historia y así por supuesto, los méritos y acciones de los diferentes actores y culturas que hacen posible los avances y progresos de las ciencias y del desarrollo tecnológico.
Pero esto por sí solo no es posible si no hay un verdadero trabajo de investigación, donde las fuentes de información sean fieles a la palabra y los hechos, al conocimiento y sus protagonistas; a la comunicación, a sus medios y al rigor de sus hallazgos y divulgación. De esta forma, el individuo o colectivo, se permite transformar y ejecutar para mejorar y avanzar, “pues sólo podemos ver el horizonte y aunque tocarlo es utópico, con el avanzar y avanzar, más que tocarlo, es lograrlo”.
Al tratar de articular estos tres elementos al desarrollo tecnológico, es significativo contar con la evaluación, como el pilar o punto de partida de toda acción ejecutada por el hombre, como inicio de todo proyecto y como fin para un cambio (Avance).
La evaluación como un proceso continuo y permanente, que valora cualitativamente y /o cuantitativamente, las acciones que emanan del pensamiento del hombre, sólo pueden fundamentarse en los avances.
La aplicación y práctica de estas ideas en el ámbito educativo, sugiere cambios a la complejidad del Sistema Evaluativo Institucional; esto determinado por el incremento de desescolarización, que debido a su autonomía y aplicación, se muestra en los evaluados con carácter de pérdida y gasto, confundiendo los procesos educativos en un producto caduco y obsoleto. El sentir de una norma ( Decreto 230) supuestamente cambiado en el decreto 1290, Sistema Institucional de Evaluación, abordan promoción automática considerando logros mínimos y estableciendo escalas valorativas que emerjan de los avances en lo actitudinal y aptitudinal, el desarrollo cognitivo y cognoscitivo, pero olvidan lo esencial, las diferencias de aprendizaje que surgen del contexto y el entorno del sujeto, por ello las frustraciones al talento, la creatividad y capacidad crítica que determinan su mediatez protagonista al culminar un proceso, que por su falta de objetividad y temprana decisión, definen y terminan un proceso que está determinado por un sin número de caminos y estrategias que el evaluador debiese conocer y aplicar. Frenar un proceso por el poco avance, es definir su obsoletividad y esto carece de sentido en el desarrollo del pensamiento y los procesos de aprendizaje.
La nuevas tecnologías de la información y la comunicación, deben ser aplicadas a los procesos de mejoramiento y por ende a una evaluación que las determine como tal, desde los avances mínimos hasta unos logros de mayor significado, basados en la aplicación y prácticas pedagógicas significativas, que incluyan en cada proyecto de área, evaluación diagnóstica, acciones de cambio y
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