LA FRAGILIDAD DE LA FRUSTRACIÓN

LA FRAGILIDAD DE LA FRUSTRACIÓN.

Nuestros padres son las primeras personas que conocemos en el mundo; que nos reciben a este nuevo mundo y por ello posee un gran impacto en la vida de una persona, esa relación natural tan fuerte que es crucial en los primeros años de vida para la formación de lazos. Pero en ocasiones no siempre este lazo es equitativo y las personas aman condicionadamente, algunos padres no son la excepción a esto.

Muchas veces nuestros padres quieren hacer de nosotros una pequeña parte en vida de sus sueños frustrados, y cuando esto no es posible o no tiene los resultados esperados que esperaban; entran los sentimientos de rencor y frustración con ellos mismos y con sus hijos por no “poder cumplir” con algo que nuestros padres siempre anhelaron y soñaron pero nosotros sencillamente no lo hacemos, no todos queremos complacer las ideas, metas o sueños con los que nuestros padres en algún momento de su vida tuvieron.

Todos somos diferentes y esto hace que cada persona es un ser y el simple hecho de ser un ser te hace individual, con la misma capacidad de soñar, de querer, de anhelar. Somos sueños vivientes y únicos, no está mal tener aspiraciones para las personas que queremos solo que hay un grande y grave problema cuando esperamos cosas obligatorias de que ser, quien ser para otras personas condicionando a estas.

Solo necesitaríamos un breve momento para ponernos a pensar, el que pasaría si la frustración de un sueño se vuelve una constante decepción que no conoce el valor de los límites en las relaciones con otras personas, en este caso los hijos.

¿Se sentirá bien ser quien eres sabiendo que las personas que te conocen desde el principio de tu vida esperan cosas diferentes a lo que tú eres?

“Pero de cualquier manera… todo este fracaso sigue siendo como una piedra en el zapato de Cedric, y eso lo pone de muy mal humor.” Capitulo 2, Noticias de Ernest.

Andrew, Andy, Drew. Nuestro chico frágil, nuestro chico que nos muestra lo difícil que ha sido la relación con su padre que ha pasado más tiempo de su vida haciéndole saber que está más extrañado de él que orgulloso de este. Bueno, ni siquiera se tomó la molestia de felicitarle por sus buenas calificaciones, a Cedric le valía todos los cominos del mundo que su hijo fuese alguien excelente en matemáticas, el quiso un hijo deportista que fuese su orgullo al verle participar en torneos de hockey y se tuvo que conformar que lo máximo de deporte que hiciera fueran las estúpidas actividades de balonmano las cuales dejó de lado, tenía una clara envidia con su amigo Paulo y su hija que jugaba Roller Derby.

Esto causó gran dolor y hasta resentimiento de parte de Andrew hacia su padre, además de un controlador era un maltratador con su madre y el. No tener a su padre como un apoyo directo para nada, Andrew se sentía muy solo y aislado en su propia casa, esto se extendió hasta la bonita relación que algún punto de su vida había tenido con su madre Cindy que cada vez se hacía mucho más distante,

Andrew se encontraba adquiriendo gran frustración porque ahora se culpaba a sí mismo por no ser quien deseó su padre.

“Papá… Nos habríamos podido querer. Me gustaba de pequeño, cuando me cargabas en tus hombros. Corrías, nos divertíamos… Vez, a pesar de todo quedan imágenes, pegadas en el fondo de mi cerebro. No te gusta la gente, no te gustan los árabes… no te gustas a su mismo. Pero yo habría podido ayudarte, solamente habría tenido que decirte que eras un padre genial. Papá… te pido perdón. Nunca fui el hijo que tu querías, lo hicimos todo mal. Antes de mí, tú eras feliz, estaba enamorado de mamá.” Capítulo 18, Sky ha cambiado.

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