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LA IMAGINACION Y EL ARTE


Enviado por   •  29 de Abril de 2013  •  2.346 Palabras (10 Páginas)  •  373 Visitas

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INTRODUCCIÓN.

El ARTE es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, mediante la cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo.

La noción de arte continúa hoy día sujeta a profundas disputas, dado que su definición está abierta a múltiples interpretaciones, que varían según la cultura, la época, el movimiento, o la sociedad para la cual el término tiene un determinado sentido. El vocablo ‘arte’ tiene una extensa acepción, pudiendo designar cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación, o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una actividad.

En cambio la IMAGINACIÓN es un proceso superior que permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin de crear una representación percibida por los sentidos de la mente. «Intrínsecamente generada» significa que la información se ha formado dentro del organismo en ausencia de estímulos del ambiente. En lo que respecta a «sentidos de la mente», son los mecanismos que permiten «ver» un objeto que se había visualizado previamente pero que ya no se encuentra presente en el ambiente. Cabe aclarar que cuando se imagina no se reduce solo al sentido de la visión, sino también a otras áreas sensoriales.

La imaginación es un proceso más abstracto, esto es, que no necesita de un objeto presente en la realidad, ella se sirve de la memoria para manipular la información y relacionarla de formas que no dependen del estado actual del organismo. Es decir, la imaginación toma elementos antes percibidos y experimentados, y los transforma en nuevos estímulos y realidades.

LA IMAGINACIÓN Y EL ARTE EN LA INFANCIA.

La actividad creadora es toda realización humana creadora de algo nuevo ya sea de reflejos de algún objeto del mundo exterior, de determinadas construcciones del cerebro o del sentimiento que viven y se manifiestan en nuestro ser. Todas las personas reproducen o repiten normas de conducta ya creadas y elaboradas o resucitan rasgos de antiguas y diversas impresiones. Nuestro cerebro constituye el órgano que conserva experiencias vividas y facilita su reiteración, además de la actividad reproductora el hombre también combina y crea, es decir no se limita a reproducir hechos o impresiones vividas, si no que crea nuevas imágenes y nuevas acciones. El cerebro también es un órgano combinador, creador capaz de reelaborar y crear con elementos de experiencias pasadas nuevas normas y planteamientos.

Ribeau decía que todo descubrimiento grande o pequeño, antes de realizarse en la práctica y consolidarse estuvo unido en la imaginación como una estructura erigida en la mente mediante nuevas combinaciones o correlaciones. Hasta ahora vemos fácilmente que los procesos creadores se advierten ya con todo su vigor desde la más tierna infancia. El fomento de la capacidad creadora es de mucha importancia ya que ayuda al desarrollo general y la madurez del niño, desde los primeros años de su infancia encontramos procesos creadores que se reflejan sobre todo en sus juegos en donde reproducen mucho de lo que ven y oyen de los mayores. Los niños no se limitan en sus juegos a recordar experiencias vividas, sino que las reelaboran creadoramente, combinándolas entre si y edificando con ellas nuevas realidades acordes con sus aficiones y necesidades.

La imaginación tiene mucha vinculación con la fantasía y la realidad ya que consisten en que toda elucubración se compone siempre de elementos tomados de la realidad extraídos de la experiencia anterior del hombre, las mayores fantasías no son más que nuevas combinaciones de los mismos elementos tomados de la realidad, sometidos simplemente a modificaciones o reelaboraciones en nuestra imaginación. La fantasía se construye siempre con materiales tomados del mundo real, la imaginación puede crear nuevos grados de combinaciones, mezclando primeramente elementos reales, combinando después imágenes de fantasía y así sucesivamente. Cuanta más rica sea la experiencia humana, mayor será el material del que dispone esa imaginación. Por eso se dice que la imaginación del niño es más pobre que la del adulto, por ser menor su experiencia.

Para ampliar la experiencia del niño es necesario proporcionarle base suficiente para su actividad creadora. Cuanto más vea, oiga y experimente, cuanto más aprenda y asimile, cuantos más elementos reales disponga en su experiencia, tanto más considerable y productiva será, a igualdad de las restantes circunstancias, la actividad de su imaginación. La fantasía no está contrapuesta en la memoria, sino que se apoya en ella y dispone sus datos en nuevas combinaciones.

La imaginación adquiere una función de suma importancia en la conducta y en el desarrollo humano, convirtiéndose en medio de ampliar la experiencia del hombre que, al ser capaz de imaginar lo que no ha visto, al poder concebir basándose en relatos y descripciones ajenas lo que no experimento personal y directivamente, no está encerrado en el estrecho círculo de su propia experiencia, sino que puede alejarse mucho de sus límites asimilando, con ayuda de la imaginación, experiencias históricas o sociales ajenas.

Otra de las formas de vinculación entre la función imaginativa y la realidad es el enlace emocional, toda emoción tiende a manifestarse en determinadas imágenes concordantes con ella, como si la emoción pudiese elegir impresiones, ideas, imágenes congruentes con el estado de ánimo, las imágenes de la fantasía sirven de expresión interna para nuestros sentimientos, prestan también lenguaje interior a nuestros sentimientos seleccionando determinados elementos de la realidad y combinándolos en tal manera que responda a nuestro estado interior de ánimo y no a la lógica exterior de estas propias imágenes.

Existe además una vinculación recíproca entre imaginación y emoción. Si en el primero de los casos antes descritos los sentimientos influyen en la imaginación, en el otro caso, por el contrario, es la imaginación la que influye en los sentimientos, es decir todas las formas de la representación creadora encierran en si elementos afectivos. Esto significa que todo lo que edifique la fantasía influye recíprocamente en nuestros sentimientos, efectivamente vividos por el hombre que los experimenta.

Se

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