LAS FAMILIAS Y EL SÍNDROME DE DOWN

LAS FAMILIAS Y EL SÍNDROME DE DOWN

LAS PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN FORTALECEN A SUS FAMILIAS CON SU LLEGADA.

"Las familias son la brújula que nos guían. Son la inspiración para llegar a grandes alturas, y nuestro consuelo cuando ocasionalmente fallamos.". (Henry, 2015)

El síndrome de Down es una alteración al cromosoma 21, que afecta aproximadamente uno de cada 700 recién nacidos; los padres no saben cómo actuar y sobrellevar el tema de tener un niño con síndrome de Down, lo que pone en juego la vida del pequeño, ya que muchos creen que el aborto es la mejor salida ante el hecho de tener un hijo con síndrome de Down. Lo que para muchos puede llegar a ser una tragedia, para otros es la mejor bendición que pueden llegar a tener. Una investigación reconoció que toda familia tiene muchas fortalezas y recursos favorables para desarrollar e impulsar la fuerza que necesitan para superar cualquier adversidad. Una persona con síndrome de Down, puede ser también una fuente de superación y fortalecimiento familiar. “Pienso que estas destinado para nosotros, para ser el centro de nuestro hogar, el vínculo de unión irresistible, el maestro que nos enseñara a no preocuparnos por nimiedades sin sentido, el que hará frenar nuestro correr precipitado por la vida y por sus realizaciones” (Arteaga, 2011).

Las familias son el pilar fundamental para todo, el tener a un hijo con síndrome de Down, no es solo más que trabajar en equipo, para dar respuesta al conjunto de necesidades y demandas, no sólo de la persona con síndrome de Down, sino también de los otros miembros de la familia que deben asimilar y comprender el nuevo escenario en el que han de funcionar para promover el desarrollo, bienestar y estabilidad de todos. La llegada de niños con síndrome de Down ha fortalecido matrimonios, aunque les ha tocado cambiar las rutinas de sus vidas; para así cuidar a los niños, y eso les requiere mucho tiempo, lucha y paciencia. Los padres han aprendido de sus pequeños que no deben rendirse nunca ante la adversidad que se presente y en los momentos de crisis afrontarlos con esperanza y fe. “Tener a nuestra hija fue la bendición más grande, ella nos enseñó que no hay que rendirse ante nada, ella fue lo más cercano a Dios que pudimos llegar, porque su amor era incondicional” (Wilson, 2015).

El tener un hijo con síndrome de Down, al principio a todos les asusta,  para muchos puede ser una tragedia, pero otros padres aseguran que ser papás de un niño especial, construye lazos que atan el corazón, que edifica puentes de comunicación y que el hogar se envuelve un entorno más acogedor, afectivo, protector. El tener un niño así de especial los ha vuelto más comprensivos y tolerantes, a ver la vida de otra manera, con otros ojos. Como todos los otros padres siempre buscando  el bienestar y salud para su familia, para su hijo que necesita atenciones especiales, pero que será recompensado con una sonrisa de su pequeño, mientras siempre tenga esas ganas de luchar por la bendición que Dios les ha dado, nada les faltara. “Ser feliz no se trata de tener todo lo que queremos en la vida, sino de ser agradecidos por lo que tenemos y hacer con ello lo mejor de nosotros mismos” (Tardio, 2013)

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