LAS GRANDES CARTAS A UN ESTUDIANTE DE DERECHO

CARTAS A UN ESTUDIANTE DE DERECHO

Durante décadas, la principal habilidad que debían tener los estudiantes de derecho para sobresalir en sus estudios fue la memoria. La idea de que es buen jurista quien conoce muchas normas sigue muy arraigada en la docencia. No debe ser la memoria lo que más se reconozca y premie en la carrera de derecho. Porque los ordenamientos modernos contienen muchas normas jurídicas de todo tipo. Las normas cambian a tal velocidad, que no tiene mucho sentido aprendérselas de memoria. Un abogado con buena memoria puede trabajar mucho más rápido. La educación jurídica debería intentar que los estudiantes desarrollen es la capacidad de interpretación y argumentación.

La principal capacidad de un buen abogado es la de saber interpretar las normas jurídicas y, a partir de dicha interpretación, poder construir buenos argumentos; que sirvan para resolver problemas concretos. Un litigante debe ofrecer no la que crea que es la interpretación más correcta, sino la que mejor favorezca los intereses de su cliente. En todos los casos se debe realizar interpretación. Una cosa es interpretar hechos y otra interpretar normas jurídicas, las técnicas para uno y otro son distintas. Lo importante es dominar las técnicas interpretativas y tener la capacidad de construir argumentos para resolver casos en los distintos ámbitos del derecho.

La enseñanza que recibe durante la carrera debe transmitirle que en toda cuestión jurídica hay también una previa decisión de carácter ético. Detrás de cada decisión legislativa, reglamentaria o jurisprudencial hay una previa comprensión de carácter ético sobre la realidad social. A veces las decisiones toman perspectivas éticas de las religiones, otras reflejan un cierto paternalismo jurídico, otras se basan en prejuicios de matriz religiosa o psicológica. Habrá cuestiones éticas que afectarán no en general al diseño del sistema jurídico, sino al propio desempeño profesional. Desde un punto de vista ideal deberían salir de las escuelas de derecho imbuidos de un profundo compromiso ético e incluso político. Hay que provocar una actitud emocional de compromiso hacia la justicia o hacia los valores.

El ejercicio de la abogacía requiere de una fuerte especialización. Es algo que debes ir determinando a lo largo de la carrera, con independencia de que puedas o quieras estudiar un posgrado. El posgrado en realidad debe ser una etapa en la que profundices la especialización que hayas elegido. Hay ramas del derecho que permiten solamente cierto tipo de ejercicio profesional; inclusive hay ramas del derecho que son tan amplias que hay que especializarse dentro de ellas. Cada uno debe encontrar su propia vocación, y para ello debe pensar muy bien cómo opta por su campo de especialización dentro del universo jurídico.

Cuando uno ya es investigador

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