Qué Es Leer
riamarenas24 de Septiembre de 2014
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Elsa M. Ramírez Leyva *
¿Qué es leer? ¿Qué es la lectu- ra?
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INVESTIGACIÓN BIBLIOTECOLÓGICA, Vol. 23, Núm. 47, enero/abril, 2009, México, ISSN: 0187-358X, pp. 161-188
al de la industria editorial, ambos inmersos en nuevos modelos de consumo de la cultura escrita, e involucra- dos en la tecnología digital. En el contexto actual, la bibliotecología debe renovar su función social y uno de los aspectos fundamentales de dicha función es la problemática de la lectura, por lo que es indispensable abrir y explorar las teorías y métodos sobre ésta, en los que se basa el discurso y la práctica de la bibliotecolo- gía.
Palabras clave: Leer; Lectura; Construcciones teó- ricas sobre la lectura.
Abstract
What is to read? What is reading? Elsa M. Ramírez Leyva
The paper explores what is held by some authors of the second half of the 20th Century in the fields of humanities and social sciences, such as Paulo Freire, Roland Barthes, Michel de Certeau, Robert Escarpit, Noé Jitrik, Roger Chartier and Jorge Larrosa, among which we find innovative proposals based in theoreti- cal interdisciplinary apparatuses. Coincidences and disagreements of these authors on such a complex matter lead us to formulate a conceptual answer from the library science perspective, which differs from the pedagogical discourse and points towards the educa- tion of the citizen of the information society and that of the publishing industry, both involved in digital technology. In today’s context, library science must renew its social function and one of the fundamental aspects of this are the problematics of reading. Thus, reading methods and theories in which the discourse and practice of library science have been based up to now, must be opened and explored.
Keywords: To read, Reading; Theoretical con- structions in reading.
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¿QUÉ ES LEER? ¿QUÉ ES LA LECTURA?
Leer y lectura, verbo y sustantivo, en la dimensión conceptual o en la feno- menológica, pueden entenderse de una manera simplificada o compleja, no sin consecuencias. Universalizar concepciones sobre la lectura, basadas en el acto de decodificación y comprensión, implica reducirla a un solo aspecto y soslayar su complejidad, pues al sustraerla de las condiciones subjetivas, culturales, sociales e históricas contenidas en las representaciones y prácticas sociales de lectura de los diversos objetos escritos, no se favorece el análisis cabal que fundamente y explique el fenómeno y con ello, se limita la cons- trucción o innovación de conocimiento al respecto. Así, se impide también el avance epistemológico de las disciplinas vinculadas con el estudio teórico- metodológico de la lectura y la formación de lectores y, por consecuencia, poco se aporta a la renovación de las instancias que producen, organizan y distribuyen los objetos escritos, así como de las que pretenden estudiar y eva- luar las capacidades y los comportamientos lectores. En el presente artículo exponemos los primeros resultados de los análisis de autores que han buscado despejar los interrogantes referentes a qué es leer y qué es la lectura. Tales estudiosos han formulado propuestas que, fundadas en aparatos teóricos interdisciplinarios, aspiran a explicar el asunto. Identificamos a pensadores que empezaron a abordar el tema a partir de la década de los se- senta, cuando la lectura se consideró una problemática no sólo de incumbencia exclusiva del campo pedagógico, en el que se empezaron a cuestionar sus para- digmas, sino también un campo de interés para el ámbito cultural, en un con- texto donde se vislumbraban cambios del modelo cultural, el proyecto social y la tecnología. En efecto, hacia 1960 se conforman sociedades de producción y consumo gobernadas por las leyes del mercado y de los medios de comunica- ción masiva en un ambiente tenso, donde la valoración de lo humano del ser —como diría Ortega y Gasset— se opone al simple interés de lucrar y ejercer el control, y además al afán de capitalizar el consumo y ciertas prácticas que atra- pan y pervierten la cultura... al utilizarla sólo como vehículo para introducir en las venas sociales bienes y servicios que comenzaron a ser entretenimiento banal encauzado por el lucro, pues la cultura como propone De Certeau, es una actividad, un modo de apropiación, una toma de conciencia y un proceso de transformación personal, un cambio instaurado en un grupo social.1
1 Cf. Michel de Certeau. La cultural en plural. Buenos Aires: Nueva Visión, 1999. p. 9
Las frases son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector. El diámetro de las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque. Friedrich Nietzche
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INVESTIGACIÓN BIBLIOTECOLÓGICA, Vol. 23, Núm. 47, enero/abril, 2009, México, ISSN: 0187-358X, pp. 161-188
La circunstancias de los años de la posguerra convirtieron a la lectura en un problema diferente cuando surgieron las especulaciones sobre el fin de la cultura impresa, la muerte del libro y la desaparición de los lectores a causa de una pedagogía normativa que poco favorecía la formación de lectores asi- duos y, por añadidura, de nuevas y seductoras formas de entretenimiento que parecen imponerse rápidamente, así como de sistemas de comunicación inédi- tos con mediaciones cada vez más artificiales con el predominio de la imagen. Todo ello parecía confirmarse cuando se identificó el estancamiento generali- zado de la práctica lectora a excepción de una minoría, además de un porcen- taje elevado de analfabetos y de una amplia población de escolaridad que no rebasaba el nivel básico. En este panorama, la problemática de la lectura, como decíamos, se convierte en objeto de estudio ubicado en el marco de un cambio epistemológico de las ciencias sociales y las humanidades, que empiezan a inte- resarse por las actividades cotidianas del hombre común, por sus objetos y sus prácticas. Los estudiosos que incursionan en el campo de la filosofía, la histo- ria, la lingüística, la antropología, la psicología y el psicoanálisis, incorporan nuevas formas de análisis e intentan renovar sus teorías y métodos con el fin de modificar concepciones y métodos fundados en mitos y creencias relativos a la omnipotencia de la letra y la ortopedia pedagógica, a la vez que la lectura es considerada la vía regia al acceso a la información y con ello al progreso. Es- to propicia nuevas exigencias a la lectura, al respecto Noé Jitrik confirma que desde hace 30 años el término lectura se interpreta de una nueva manera, co- mo si en él se quisieran cifrar más posibilidades también nuevas, como si todo lo anterior fuera insatisfactorio. Además Jitrik afirma que las aportaciones del psicoanálisis a la interpretación abrieron una línea de pensamiento inédita so- bre la lectura. Es decir que una capacidad se pone otra vez en juego en nuevos actos de lectura, en nuevas condiciones, afectadas a su vez por nuevos textos; en suma: nuevas lecturas que son alimento de las que vendrán.2 La lectura es una de las problemáticas que desde luego atañen a los bi- bliotecólogos en su actividad científica, pedagógica y profesional. Por tanto, no conviene desestimar las ideologías y teorías anidadas en ellos, pues actúan en nosotros aunque en ocasiones poco o nada sepamos al respecto. Como señala Jesse Shera, el bibliotecario no puede escapar a las consecuencias de lo que está haciendo. El mismo autor opina que el bibliotecario, como me- diador entre el ser humano y su registro gráfico, se sitúa en el punto en que el hombre y el libro se cruzan en una fructífera experiencia intelectual. Es en esa interfaz donde se halla la clave de su filosofía.3
2 Ibíd., pp. 27-28, 67 3 Jesse Shera. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, CUIB, 1990. pp. 40-41.
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¿QUÉ ES LEER? ¿QUÉ ES LA LECTURA?
Por lo arriba expuesto, el presente artículo expone lo obtenido merced a la indagación documental de autores que problematizan las cuestiones cen- trales y ofrecen reformulaciones conceptuales en busca de respuestas a las preguntas objeto de este artículo, y expliquen la lectura de manera diferente. Entre los estudiosos que destacan por sus aportaciones al campo de la lec- tura, y en general al de la cultura escrita, identificamos y examinamos aquí a Paulo Freire, Roland Barthes, Michel de Certeau, Robert Escarpit, Noé Jitrik, Roger Chartier y Jorge Larrosa. Al respecto conviene aclarar que, si bien desde hace más de un siglo ya se conocían investigadores que formula- ron respuestas para el campo bibliotecológico como resultado de indagacio- nes teóricas y empíricas, bajo el supuesto que buscaba confirmar desde una perspectiva educativa que la lectura estaba orientada a instruir al pueblo y transformarlo en ciudadanos racionales, se trata de un contexto muy distinto al que comenzó a gestarse a partir de la segunda mitad del siglo XX.4 Nos parece oportuno, antes de pasar revista a los estudiosos señalados, presentar las definiciones relativas a leer y lectura que ofrecen versiones ac- tuales de tres diccionarios:
En el de la Real Academia Española:5
LEER. (Del lat. legĕre). 1. tr. Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados. 2. tr. Comprender el sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica. Leer la hora, una partitura, un plano. 3. tr. Entender o interpretar un texto de determinado modo. 4. tr. En las oposiciones y otros ejercicios literarios, decir en público el discurso llamado lección. 5. tr. Descubrir por indicios los sentimientos o pensamientos de alguien, o algo oculto que ha hecho o le ha sucedido. Puede leerse la tristeza en su rostro.
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