La Adolecencia

La adolescencia es un componente esencial en el transcurso de la humanidad. Ningún hombre es capaz de pasar de largo este proceso que nos tiñe de frutos irreversibles a la transformación de nuestro yo interior.

Es la etapa en donde los más profundos y enigmáticos misterios salen a flote para develar la realidad en la que vivimos, acostumbrados a obtener todo sustento, nos cuesta trabajo adaptarnos a un medio en el que nos toca luchar por lo que nos mueve. Descubrimos hechos circunstanciales que nos ponen a prueba, y las reacciones a este mundo nuevo, no siempre son las correctas.

El razonamiento es un elemento fundamental para el desarrollo de nuestras habilidades, y en la adolescencia, ésta se vuelve un laberinto en el que desesperados, buscamos una salida en busca de algo que nos pertenece a todos… la felicidad. Sin embargo vivimos en la sintonía equivocada, puesto que la felicidad no podremos encontrarla al final del camino, ya que ésta es adquirida a lo largo de nuestro existencialismo. No obstante la felicidad no es un privilegio que solamente buscamos los jóvenes.

A muchas personas nos cuesta trabajo asimilar el papel social que la adolescencia nos impone, nos ponen etiquetas, roles y/o estereotipos, nos relacionan con hechos sociales que nos caracterizan genéricamente, como por ejemplo la rebeldía.

Muchos cometemos los errores más grandes de nuestras vidas a esta edad, por eso es muy importante saber llevar a cabo este conjunto de cambios físicos, químicos, hormonales, mentales, sociales, y de toda índole.

La familia es, desde que nacemos, un elemento primordial que define nuestras limitaciones y adversidades. Una familia con buenos principios es capaz educar jóvenes sanos y respetuosos, responsables, y demás. En cambio una familia que emite deshonestidad, maltratos y toda clase de relaciones denigrantes entre los miembros de ella, son el origen de los problemas que invaden a la sociedad en la actualidad…

Toda persona que comete actos delictivos a contra de las leyes y de cualquier autoridad, es también acreedor de un título que lo condena a realizar toda forma de criminología, asimismo este individuo es procedente de familias destruidas. Por eso es tan importante la comunicación con nuestros padres, tíos y hermanos, necesitamos valernos de seres queridos para impulsarnos a desenvolver ante la sociedad una máscara que nos muestre tal y como deberíamos de ser. Sin embargo nadie avala que no tengamos derecho a errar nuestra vida… y esto no incluye bajo ninguna circunstancia hacerse valer de los errores de los demás para cometer los propios.

Dicen algunas personalidades reconocidas que los errores no existen, y que no debemos llamarlos de tal forma, pues el verdadero concepto son ‘Lecciones’; porque son aspectos que nos vuelven momentáneamente seres imperfectos; aunque no es tan malo cometer errores ni ser imperfecto, pienso yo. Además no estoy del todo tan de acuerdo con este argumento de ‘lecciones’ porque es de suponerse que una lección es aquella que aprendemos, y ellas nos dan las pautas para arreglar, superar y evitar recaer en el mismo pozo, pero muchas veces las personas no aprenden a solucionar sus problemas y caen de nueva cuenta en el mismo error. Y no querer afrontar la realidad de nuestros actos ya viene siendo un error.

Nadie es poseedor de la verdad’ todos somos poseedores de la verdad. Ha sido

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