La Busqueda De La Excelencia

Hagamos de la Excelencia, no un acto, sino un hábito”

Hola, buenos días estimado jurado y personalidades que nos acompañan.

Mi nombre es Jhesary Brizeth Maldonado Contreras, soy del grupo de 5° “A”, de la Escuela Primaria “Alberto Garza González”.

El tema del que les voy a hablar es “La búsqueda de la excelencia”.

La excelencia en primer instante se escucha como un concepto que muy seguido todos nosotros lo confundimos con “la perfección”. Pero bien veamos realmente su significado: La Real Academia Española la define como: considerable estima y aprecio elevado.

Yo creo más bien, que la excelencia es un compromiso con nosotros mismos, con la sociedad; que se tiene que venerar todos los días, pues como todos sabemos nuestro entorno, los negocios, los retos, van cambiando día con día, además creo que la excelencia por sí misma no puede sostenerse, más bien sus bases provienen de un gran amor, amor que va ligado a valores muy altos.

Nuestro mundo, nuestra gente, nuestra forma de vida, nos exige no sólo ser buenos en algo, sino excelentes. ¡Sí, excelentes! A quién no le ha pasado que deseamos algo con tanta desesperación que nos volvemos por un instante excelentes ¿para obtener lo anhelado? Pero después de obtenerlo, ¿qué pasa? Nos quedamos en esa etapa de confort y conformismo y dejamos de hacer lo que en un inicio hicimos. Y esto aplica no sólo laboralmente, sino también en el ámbito financiero y hasta en el amor y en muchos de los aspectos de nuestra vida.

¿Por qué no tener una actitud de estar permanentemente buscando la manera de mejorar?

Nunca debemos conformarnos con lo que hemos obtenido. Nunca debemos creer que ya lo hemos logrado todo, porque en ese momento dejamos de esforzarnos, y como dije anteriormente, en ese momento nos volvemos cómodos y comenzamos a desperdiciar nuestro potencial y esto a futuro nos lleva a la mediocridad.

No podemos, ni debemos optar por la mediocridad bajo ninguna circunstancia.

La intención de cambiar no es suficiente, el cambio debe pasar de la mente al corazón y del corazón a las manos. Convenzámonos de que debemos adoptar la excelencia como forma de vida, con amor y pasión.

Lo sé, la perfección no existe, no es propia de los hombres, pero lo que sí existe es la excelencia y la mejora continua.

Yo quiero y deseo ser excelente, voy a lograrlo.

¿Y tú, eres bueno o excelente?

¡Vamos a intentarlo!

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