La Hija Del Pecado
mimosita188827 de Septiembre de 2013
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LA HIJA DEL PECADO
Monseti: Ni este campo puede expresar la belleza que irradia de tu rostro amada mía.
Marseli: Cada vez que estoy a tu lado parece que mi alma se siente bailando y pienso que amarte es mi necesidad. Amarte como te amo es lo más bello que puede existir en mi vida.
Monseti: Amor casarme contigo es lo mejor que me pudo pasar y esa criatura que lleva en tu vientre es el fruto perfecto de nuestro amor sin igual, nadie podrá amarse tanto como nosotros, te amo tanto, tanto.
Se queda la mirada fija de Marseli y se sonríe levemente como sintiendo gusto y placer de lo pronunciado por su amado. Ella lo abraza y se besan suave y tiernamente.
Nadie se imagina lo que al volver de su paseo cotidiano del campo les espera, llanto, lagrimas ¿quien sabe? tal vez solo es espanto.
Se toman de la mano como es de costumbre después de su paseo por el campo, se ríen como dos tontos, se abrazan y luego se besan nuevamente como una despedida infinita e irrevocable.
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7 meses después
El señor Monseti esta muy nervioso, asustando loco por ver el fruto de su amor, mientras que ella tiembla de dolor, suda sin parar, se retuerce de los profundos dolores que pasan por minutos.
El señor Monseti carga a su esposa y la lleva al hospital.
Después de tantas instrucciones puja, respira profundo, has un esfuerzo , ya viene en camino, mas duro, al fin se escucha el bello y eterno grito de la llegada mas esperada, solo una palabra basta solo una mirada entonces y el corazón se llena de alegría y emoción, al escuchar cuando el doctor dijo es una hermosa bebe. Todos suspiraron de alegría
Marseli: agarra a su marido y le dice que pena que mis padres no pudieron apreciar este momento tan bello. Ellos me abandonaron.
Monseti: Mi madre esta muerta pero mi padre vive, el dijo que aria un esfuerzo para conocer a su nieto y mas si nace hembra porque le recordaría su hija desaparecida y nunca encontrada. ¡Que seria de mi hermana! ¿Tendría tu edad? (y la mira muy entristecido)
Marseli: Que cosas dice amor no recuerde nostalgias en este momento tan armonioso. ¿Es bella verdad?
En forma de chiste responde el amado:
Sr. Monseti: ¡Oh ¡es igual a mi, ja ja ja, (la mira tiernamente y sonriente y le dice) ¡es fruto de nuestro amor! Mientras le toca la cara suavemente.
Sus palabras salen tan suave y tan sencilla que no se puede dejar notar el amor entre ambas parejas inspiran pasión, emoción, ternura y paz; como la canción de Ricardo Montaner, Tan Enamorados……
Bueno llega el día que todos esperan en casa la llegada de la hermosa criatura de los tórtolos mas queridos en el recinto. Entre rizas, chistes y alegría llega lo inesperado, cuando todo parecía en calma y cuando se pensó que había llegado la felicidad plena, es cuando el cielo como comienza nublarse…… que traerá el destino consigo y la criatura.
Suena el timbre del lugar que esta irradiado por tan hermosa llegada….
Sr. Monseti: mira nada mas es mi Padre, mí apreciado y amado padre.
Sr. Fausto: Hijo de mi alma cuánto tiempo al fin juntos (lo abraza y le da un beso en la frente) y pregunta donde esta mi nieta y mi nuera.
Sr. Monseti: ven míralas aquí son hermosas verdad.
Sr. Fausto: Si son hermosas,( toma entre sus brazos a su nieta con mucho cariño y cuidado, le da mimos y luego pasa a la madre ya que la niña quiso llorar, al pasar la niña mira en el cuello de la madre una cadena con el nombre de Afrodita dibujada a mano y una flor en un corazón). Extrañado se impresiona como si hubiera mirado un fantasma de repente y hace un suspiro o quejido, (Ahí por Dios).
Sr. Monseti: ¿Que te pasa Papa? Estas temblando.
Sr. Fausto: Nada, Como te llamas bella dama.
Sr. Marseli: Yo Marseli y mi hija Aurelys, fue el nombre que elegimos nosotros.
Sr. Fausto: Háblame de tus padres, ¿que de ellos?
Marseli: Lo que se es que mis padres me abandonaron, no se nada de ellos.
Sr. Fausto: perdona la pregunta no quise incomodarte, esa cadena es muy original muy linda donde la conseguiste. (Le hace la pregunta sonriendo como queriendo salir del tema y continuar a la vez).
Marseli: Esta cadena según me cuentan era de mi madre, mi padre se la regalo, ella me dejo en un convento y de recuerdo esta cadena y el nombre que llevo, no se si se llamaba afrodita o que pero es el único recuerdo que tengo. Y me dicen que fue por una razón muy poderosa que ellos me abandonaron por eso no guardo rencor lo que no entiendo es por que no volvieron por mi.
Sr. Fausto: (Con lagrimas en los ojos y sonrojo le dijo) Que cruel fue el destino contigo, y que insensato fue el plan de tu madre para protegerte.
Marseli: no entiendo por que llora usted, ni tan poco la razón en la que como si conocieras a mi madre como si supieras algo de mi pasado.
Sr. Monseti: Si padre por que te expresa así, si sabes algo dilo por favor, no sabes lo angustiada que ha estado mi esposa por no saber nada de su familia.
Sr. Fausto, sigue llorando como un loco y le vienen todos sus recuerdos a la mente, que devoran su alma. Al fin se colma de valor y mira a su hijo de frente y le dice: ¡hijo mió se el pasado de la que llamas tu esposa con tanto orgullo!
Marseli: pues habla de una ves y sin rodeos
Sr. fausto: niña recuerda que estas en riesgo y te aseguro que t contare todo el pasado cuando salgas de este periodo.
Marseli: no por favor señor, dígame ahora nada será tan fuerte para mi, se lo exijo. Dígame, dígame….
Monseti: mi amor por favor, contrólate, papa habla por favor que conociéndola será peor si usted calla.
Sr. Fausto: Esta bien, Tu madre era una hermosa joven, llena de vida, sabes eres igual a tu madre parece como si hubieras reencarnado en ella o mejor dicho ella en ti. Eran dos adolescentes enamorados llenos de vida cuando un día ellos consumaron el amor prohibido, porque esas familias estaban de guerra por un pedazo de tierra así que cuando ellos supieron que los muchachos habían estados juntos y que la muchacha se encontraba embarazada, los padres de tu madre llevaron a prisión al muchacho y obligaron a la muchacha a decir que el la había violado, tenia que elegir la prisión para el chico o la vida de la criatura.
Marseli: por Dios, cuanta crueldad.
Monsti: padre eras muy allegado a ellos.
Sr. Fausto: Si hijo, pues bien ella no respondió por el momento y luego de una pausa dijo déjenme a sola con el un momento, todos se marcharon y hablaron, ella le dijo dime amado que hago, no quiero llevarte a prisión pero mucho menos perder nuestra criatura que la procreamos con tanto amor, tu sabes que mis padres murieron quemados y ese monstruo que tengo por tío es mi tutor sin duda cumplirás lo que ha dicho y te aseguro que no habrá prueba para demostrar lo contrario. Pues bien después de la practica el le contesto esta bien yo no quiero que le pase nada a nuestro hijo, yo quiero cumplir la condena. Ambos así lo decidieron sin saber que habían hecho pues cuando ella testifico que el la había violado jamás se imagino que lo condenarían con la pena máxima , ella huyó del lugar y dejo una carta de lo ocurrido con ella, se tomo un veneno después que…. tu naciste por eso te entrego al convento para salvar tu vida del tío, el cree como todos que tu moriste al nacer, solo que yo siempre tuve la esperanza de que estuvieras vivas porque eres y siempre serás el recuerdo de aquel momento de quien me amo en vida.
Monseti: con un nudo en la garganta, tú eres el padre de Mi esposa, es eso que te puso así tan mal.
Marseli: usted es mi padre (salieron lagrimas en sus ojos)
Sr. Fausto: Si tu eres la hija que tanto he buscado y que afín he encontrado, hasta con una nieta doble.
Marseli: (Noooooooo…….) un grito desesperado, que terrible dolor, que terrible dolor, no, no puede ser, usted no puede ser mi padre el mismo que Monseti.
El joven Monseti hizo un silencio extremo como si su cuerpo estuviera aquí pero en su alma salen lágrimas de dolor de sus ojos; se levanta y abraza a su esposa.
Marseli: dile que hable, dile que por favor esto es un error, esto no puede ser, nosotros nos amamos no podemos ser hermano, mi amor habla por favor, dime algo, dime algo que te pasa.
Sr. Fausto: mi hijo no reacciona, hijo mió hijo mió. (Lo abraza y lo besa, lo mueve desesperado mientras ve a Marseli que no para de llorar con su hija entre los brazos a la cual le dice hija mía que desgraciada es tu madre, marcada al llanto desde que nació)
Sr. Fausto: Eso no es verdad, no digas eso, ustedes no sabían que eran hermanos.
Marseli: sarga de mi casa, no me llame hija, no quiero ser su hija, no puedo ser hija del padre del hombre que amo, váyase, váyase y no vuelva mas, largo.
Sr. Fausto: me voy pero eso no resuelve las cosas, y volveré.
Marseli: largo (mientras se revolcaba del dolor)
Monseti: se levanta y mira a Marseli llena de sangre en la cama al lado de su hija y le dice: amor que has hecho, le quita la niña y llama a la señora que lo atiende, Yolanda, Yolanda.
Yolanda: (la niñera
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