El Pecado

El concepto de pecado se manifiesta a través de toda la Biblia, y constituye la antítesis del amor redentor de Dios, el cual las Escrituras proponen como tesis principal. Pecado es aquel poder misterioso primordial que se opone por naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como también todo el conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo. Por consiguiente, existe un amplio vocabulario relacionado con el pecado. Además, como la naturaleza pecaminosa se manifiesta claramente en la historia, es elocuente el valor y la actualidad constantes de las porciones narrativas de la Biblia al respecto.

El pecado en el Antiguo Testamento se designa con múltiples términos y se toma de lo cotidiano de las relaciones humanas; falta, iniquidad, rebelión, injusticias, etc. Pero la verdadera naturaleza del pecado, su malicia y sus dimensiones aparecen sobre todo a través de la historia Bíblica, en ella aprendemos también que esta revelación sobre el hombre es a la vez una revelación acerca de Dios.

¿El pecado impide una relación directa con Dios?

Por el pecado el hombre vive separado de Dios y como pecado tiene consecuencias y todo cambia entre el hombre y Dios.

La apreciación sobre el pecado que se tiene es muy diversa por ejemplo para León, J. A. (1978). En su libro la Psicología pastoral de la iglesia, expresa que el pecado nos viene ya en ciertas tendencias que uno recibe como herencia racial: el pecado de nuestros mayores o pecado original. El contacto con el mundo pervertido nos lleva a veces a acciones incorrectas en nuestra niñez, antes de haber arribado a un esquema moral ni haber concebido la idea de pecado. El sentimiento de culpa a veces suele surgir como una reacción en cadena cuando acciones o situaciones evocan esa acción del pasado infantil, aun cuando no se haya cometido la falta moral.

En tanto que otros autores piensan que el término se refiere a los actos que se cometen en contra de Dios, en contra de otras

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