PECADOS Y VIRTUDES

LOS PECADOS CAPITALES Y LAS VIRTUDES OPUESTAS A ELLOS

1. EL ORGULLO

Es un amor exagerado e injusto a nosotros mismos, que nos impulsa a considerarnos siempre superiores a todos los demás, a preferirnos a ellos o a envanecernos de nuestras cualidades.

Reconocer lealmente las cualidades que en verdad se poseen, para dar gracias a Dios por ellas, no es cometer un pecado de orgullo. Lo que está prohibido, es vanagloriarse de ellas, o atribuirse cualidades que no se tienen, o para enaltecerse ante los demás, tratar de disminuir o negar las cualidades de otros, al simular virtudes que no tienen.

El orgullo es fuente de otros pecados:

-La ambición, que es un amor exagerado de gloria de honores, de fortuna, de poder, etc., y que nos impulsa a emplear todos los medios, aun los ilícitos, para conseguirlos.

-La presunción, que es una confianza exagerada en las propias virtudes y en las propias fuerzas.

-La vanidad, que nos arrastra a gloriarnos de nuestros méritos o de nuestras ventajas personales y a exhibirlas ante todo el mundo, con el fin de atraer alabanzas y admiración.

-La hipocresía, que nos impulsa a ocultar nuestros defectos en vez de corregirnos de ellos y aparentar poseer cualidades que no tenemos, en vez de tratar de adquirirlas.

La virtud opuesta al orgullo, es la HUMILDAD, que nos ayuda a reconocer tanto nuestros defectos, como nuestras cualidades, a colocarnos en nuestra posición real, a dar gracias y glorificar a Dios, por los dones recibidos.

2. LA AVARICIA

Es una amor exagerado al dinero y a los bienes terrenales que nos lleva a sacrificarlo todo, aún nuestra alma y a emplear todos los medios, aún ilícitos, para adquirirlos y conservarlos.

Las virtudes opuestas a la avaricia son, la GENEROSIDAD, que nos hace utilizar, lo que poseemos: para gloria de Dios, nuestra subsistencia honrada y la felicidad del prójimo. Y el DESPRENDIMIENTO, que nos impide amar con exceso lo que poseemos y nos hace aceptar de buen grado la privación, si tal es la voluntad de Dios.

3. LA LUJURIA

Es el deseo ilegítimo de placer impuro, así como los pensamientos, palabras, miradas, lecturas, amistades, espectáculos, etc., que puedan engendrar tentaciones impuras.

La virtud opuesta a la lujuria, es la CASTIDAD, que regula el apetito o deseo sexual, conforme a las normas de la fe y la razón.

4. LA ENVIDIA

Consiste en regocijarse de la desgracia de los demás, o en sufrir al verlos dichosos.

-El celo, es una forma de envidia, que nos hace desear con exceso la felicidad y los bienes del prójimo y sufrir por no poseerlos

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