La Tolerancia

La tolerancia ¿siempre es buena?

A través del tiempo se ha ido transformando la concepción de la tolerancia. Dependiendo de quién o a qué se este aplicando la tolerancia, porque se podría decir que varía de acuerdo a la época y a la sociedad en que se presenta.

La tolerancia se toma como un valor o una cualidad que practican o poseen las personas, pero ¿será bueno ser tolerante? ¿quién puede o tiene el derecho de ser tolerante? En este trabajo se divide en tres partes; la primera menciona las definiciones de tolerancia, segundo, se ejemplifica su campo de acción y tercero, se analizará si es bueno o no que la tolerancia se practique y hasta qué punto se debe de llevar acabo.

Si la tolerancia es un valor, los valores los define Juan Carlos Jiménez en su libro El valor de los valores en las organizaciones como “principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras. (Jiménez, 2008;p: 1)

La propuesta que hace este trabajo es ¿hasta qué punto se debe practicar la tolerancia? Porque como se sabe todo actuar humano tiene un límite, y debemos saber cuándo la tolerancia deja de ser una actitud o acción positiva y se vuelve un factor que perjudica al individuo, a la sociedad, la economía, el ambiente, entre otros.

La tolerancia es definida por el Diccionario de la Real Academia Española como: “Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”. (RAE, 2010).

La UNESCO define en La declaración de Principios sobre la tolerancia, dada a conocer en 1995, año conmemorativo para la Tolerancia como:

La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz.

Además se diferencia tolerancia de otros términos:

Tolerancia no es lo mismo que concesión, condescendencia o indulgencia. Ante todo, la tolerancia es una actitud activa de reconocimiento de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los demás. En ningún caso puede utilizarse para justificar el quebrantamiento de estos valores fundamentales. La tolerancia han de practicarla los individuos, los grupos y los Estados.

La tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo (comprendido el pluralismo cultural), la democracia y el Estado de derecho. Supone el rechazo del dogmatismo y del absolutismo y afirma las normas establecidas por los instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos.

Conforme al respeto de los derechos humanos, practicar la tolerancia no significa tolerar la injusticia social ni renunciar a las convicciones personales o atemperarlas. Significa que toda persona es libre de adherirse a sus propias convicciones y acepta que los demás se adhieran a las suyas. Significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. También significa que uno no ha de imponer sus opiniones a los demás. (UNESCO,1995)

Entonces la tolerancia está relacionada con el respeto, con la aceptación de lo ajeno, con la responsabilidad, con el conocimiento de causas, comprender al “otro”, con respetar los derechos de los demás. Una persona que utiliza o recurre a la tolerancia es porque comprende al otro, lo justifica y hace el descernimiento entre el bien y el mal. José Ramón Ayllón menciona en su libro Desfile de modelos: análisis de la conducta ética que existen tres patologías o estudios de los tipos o clasificación de la tolerancia. La primera la describe como “El abuso de la palabra” y hace referencia a que existen muchos individuos que solamente ejercen la tolerancia con la voz, con el consejo una y otra vez, el significado de las palabras se pierde y ya no cumple con su fin que es crear conciencia y respeto.

La segunda patología que menciona Ayllón es la de “la tolerancia enmascarada” la cual hace referencia a mucha palabrería y poca práctica, hace referencia al refrán “dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Tolerar es fácil en la teoría, porque solamente requiere de palabras; los actos humanos son los que más reflejan la realidad y que difícilmente son contrarios a nuestra voluntad-

La tercer patología es la que más se va a desarrollar en este trabajo, “el permisivismo” y menciona el ejemplo: “Cuando en una tragedia de Eurípides se dijo que en materia de virtud lo mejor era mirar todo con indulgencia, Sócrates se puso en pie, interrumpió a los actores y dijo que le parecía ridículo consentir que se corrompiera así la educación”(Ayllón, 2002; p:6). En este ejemplo la actitud de Sócrates demuestra el claro límite de la tolerancia, la indulgencia que se pretendía o se pedía se tuviera con la representación ya rayaba en el permisivismo; y como consecuencia iba a deformar lo bueno o la calidad de la obra de Eurípides en un conformismo trivial que traería con el tiempo caer en la resignación de la pérdida en la calidad de la representación.

Esta situación es más común de lo que se cree. Las sociedades, y más la de los últimos tiempos han tolerado situaciones y acciones que han perjudicado al ser humano y su entorno. Se han tolerado por ejemplo que exista la corrupción, se ha tolerado el actuar de

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