La flor de la honestidad

LA FLOR DE LA HONESTIDAD

Autor: Anónimo

(Adaptación teatral del Profr. José Osbaldo Espinoza García y la Dra. Elizabeth García González)

(Aparecen en la escena, inmóviles, el emperador en el trono, el príncipe junto a él, el secretario en su escritorio, con su pergamino, pluma y tintero.)

ESCENA #0

(Telón de fondo: Cortinas)

Niño 1:         ¡Plimela llamada, plimela llamada!

Niño 2:         ¡Segunda llamada, segunda llamada!

(Darle a Ary el título del cuento: “La flor de la honestidad”)

Niño 3:         ¡Telcela llamada, Telcela llamada!

Niños:         (Despliegan el título del cuento) ¡Comenzamos!

(Darles los números del año.)

ESCENA #1

(Telón de fondo: Paisaje chino)

Narrador:         Se cuenta que por el año 250 a. C.… (Los Niños 1, 2 y 3 juegan con los números y los acomodan mal.) Se cuenta que por el año 250 a. C… (Los Niños de nuevo se equivocan y el narrador se impacienta.) Se cuenta que por el año… (Esta vez, los Niños aciertan.) ¡Por fin! Se cuenta que por el año 250 a. C., en la región norte de China, un príncipe estaba a punto de ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, antes de ser coronado, debería encontrar una esposa.

Príncipe:         (Con entusiasmo) Padre.

Emperador:        (Con paternalismo) Dime, príncipe. ¿Qué te trae tan pensativo?

Príncipe:         Quiero que la joven que comparta su vida conmigo, sea también una mujer digna y respetada por nuestro pueblo.

Emperador:        ¡Ah, excelente decisión! Pero, ¿cómo piensas encontrar a una mujer tan perfecta? (se pone de pie y toca el hombro de su hijo)

Príncipe:         Por favor, convoca a todas las jovencitas del imperio y permíteme ponerlas a prueba.

Emperador:        Eres un joven muy sensato y sabio. Me enorgullezco de ti. Así se hará. (Ordena) Escriba, Secretario. (El emperador dicta y el secretario escribe) El Emperador invita a todas las damitas en edad de casarse, a una celebración especial en la que el príncipe planteará un desafío para elegir a su esposa y futura emperatriz. (El secretario le pasa el escrito al emperador. Éste lo relee, lo aprueba y se lo entrega al príncipe). Adelante, hijo.

Príncipe:         (El príncipe se alegra) ¡Mensajero! (El mensajero entra) Mi padre ordena que pregone esta invitación por todo el reino.

Mensajero:         ¡Sí, señor! (Sale el mensajero)

(Cae el telón)

(Se preparan el mensajero y los soldados para entrar, con sus espadas y lanzas.)

(Se retiran el trono y el escritorio.)

ESCENA #2

Narrador:         En cumplimiento de la orden, el mensajero y los soldados recorrieron todo el imperio: visitaron cada plaza, cada mercado y cada rincón llevando la buena noticia e invitación.

Soldado 1:                (Con fondo de marcha rápida, los soldados y el mensajero entran con gran orden, vigor y marcialidad, y se detienen en la plaza.) ¡Paso redoblado! ¡Ya! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos!... ¡Alto, ya!

Mensajero:         (Lee el pergamino en voz alta en la plaza) ¡Jovencitas del reino: El emperador las invita a su palacio, a participar en el desafío para elegir la futura esposa de su hijo, el príncipe!

Soldado 1:        (Con fondo de marcha más lenta, los soldados y el mensajero entran con marcialidad, pero con evidentes señales de cansancio) ¡Paso redoblado! ¡Ya! ¡Uno! ¡Uno! ¡Uno!... ¡Alto, ya!

Mensajero:         (Lee el pergamino con voz cansada en el mercado) ¡Jovencitas del reino: El emperador las invita a su palacio… etcétera, etcétera, etcétera, etcétera!

Narrador:         La tarea fue agotadora, pero fielmente cumplida por el mensajero y los guardias del emperador.

Soldado 1:        (Con fondo de marcha muy lenta, los soldados y el mensajero entran marchando sin marcialidad, y ya muestran severo agotamiento) ¡Paso redoblado! ¡Ya! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos!... ¡Alto, ya!

Mensajero:         (Lee el pergamino en voz excesivamente cansada y chillona en un tercer lugar) ¡Jovencitas del reino… etcétera, etcétera, etcétera, etcétera!

Soldados:        (Apenas terminando, todos se desploman por el agotamiento)

(Las jovencitas forman una media luna. Los soldados salen rodando del escenario.)

ESCENA #3

Todas:        (Sin dar importancia al desmayo de los soldados, las jovencitas corren al centro, festejan, se abrazan unas a otras y gritan a una sola voz:) ¡Qué emoción! El príncipe me invita al palacio y me quiere como esposa.

Jovencita 1:        (Con soberbia, viéndose en el espejo) Me invita a mí. Yo seré la princesa porque soy la más bella de todo el reino.

Jovencita 2:        (Con ambición, contando y jugando con sus monedas) No. Yo seré la princesa, porque mi destino es ser inmensamente rica.

Jovencita 3:        (Con gula, con su bolsa de comida chatarra) Para nada. Yo seré la princesa, es mi oportunidad de colarme a los banquetes y comer, comer y comer. ¡Mmmm, de solo pensarlo, ya me dio hambre!

Jovencita 4:        (Con pereza, despeinada, casi dormida y bostezando siempre) Yo debo ser la princesa: porque desprecio el quehacer y adoro que todo me lo sirvan.

Jovencita 5:        (Con odio, diabólica y en complicidad con el público) Pobres destrampadas, ustedes saben que yo seré la princesa, cueste lo que cueste. ¿Verdad? (girando su cola con la mano) 

Jovencita 6:        (Con amor) ¡Yo… quisiera ser la princesa… para estar cerca de él!

 (Bailan y salen de escena.)

(El príncipe, con los saquitos de semillas.)

ESCENA #4

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