La persona detrás de la máscara

La persona detrás de la máscara

El hombre no puede ser responsable de todo lo que le ocurre y por lo tanto, tampoco puede controlar cómo suceda. Estos sucesos que salen de nuestro control y que se nos es difícil de explicar se lo atribuimos a fuerzas o seres más grandes que nosotros. Son aquellos que salen de nuestras manos, y la fuerza más grande que conocemos es el destino, al cual le atribuimos la tarea de definir nuestro camino incluso antes de saberlo. Este hecho bien se puede explicar en una saga de libros del autor mexicano Antonio Malpica, llamada “El Libro de los Héroes”, donde nuestro protagonista se encuentra encerrado de repente en una serie de acontecimientos que definirán el futuro de la humanidad. En esta saga, se puede observar como el destino es la fuerza sin control que nos rige a los humanos y que no puede ser cambiada, pero que si obedece ciertas reglas de sucesión, como la justicia para los buenos y el castigo para los malos.

Otro ejemplo de dichas fuerzas es la existencia de la dualidad. Ésta consiste en hacernos entender que todos los humanos tenemos al bien y al mal en el interior, y que siempre nos encontramos en una especie de balanza donde existe un equilibrio entre estos dos puntos. Un libro donde podemos encontrar este tema de una manera increíble para que podamos comprenderlo mejor es una de tantas obras literarias del escritor alemán Herman Hesse, “Demian”; que además de explicar ciertos aspectos crudos de la realidad, también logra mostrar el tema central con los personajes, acompañándonos a lo largo de la lectura con una serie de acontecimientos turbios y fantásticos, dándonos a entender, que la dualidad es parte de nosotros y que no la podemos negar, pues nos ayuda a crecer y a entender muchos aspectos negativos de la vida, tales como el odio y las guerras sin sentido, ya que nos plantea la existencia de los buenos y los malos, y en cómo afectan al entorno con sus ideologías y las acciones que llevan a cabo para mantenerlas por sobre los demas.

De esta manera, así como con el destino, el humano asocia nuevamente esto a seres y fuerzas más poderosas que nosotros. Un ejemplo de esto es la sola creencia en un Ser Supremo, que nos vigila y controla de manera indirecta en la tierra.

Por lo que respecta a la lección 12 de “La Cartilla Moral” del escritor Alfonso Reyes, hemos podido observar que así como el destino nos rige (según creencias antiguas), la identidad es una característica humana la cual nos hace ver como un ser único en esta vida que puede cometer errores y a partir de estos aprender.

Desde el momento en que nacemos, traemos una identidad integrada, la cual se irá moldeando con el paso del tiempo de acuerdo a uno mismo y a la sociedad que nos rodea. Sin embargo, la forma en la que nuestro entorno se va a desarrollar, nuestro “yo interior” va a cambiar de la misma manera. Tratamos de crear a un ser que pueda ser considerado “perfecto” detrás de máscaras invisibles que se transforman conforme a las situaciones, emociones y serendipias que se tienen día a día.

Por otra parte, retomando el discurso del embajador surcoreano Kim NamJoon: “Mi corazón se detuvo cuando tenía quizá nueve o diez años. Fue cuando miré al pasado y creo que es cuando comencé a preocuparme sobre lo que las demás personas pensaban de mí, y empecé a verme a mí mismo a través de sus ojos”. Es precisamente en el cambio de la niñez a la adolescencia donde se presenta la difícil situación del ser aceptado por los demás. Son tormentos a los que se enfrentan diariamente los adolescentes ya que dejan de ser ellos mismos y solo intentan ajustarse a los moldes que otras personas crearon para encajar en una sociedad cuadrada y sin personalidad única.

A pesar de que la identidad esté relacionada en quién somos realmente no solo tiene que ver con esto, ya que dentro de nosotros existen “máscaras de personalidad” que dictan cómo comportarnos ante varias situaciones según el panorama en el que nos encontremos.

Por ejemplo, no nos comportamos de la misma manera cuando estamos en casa con los papás a cuando estamos en la escuela con nuestros amigos, ya que son situaciones muy diferentes, las cuales nos hacen cambiar de cómo en realidad somos.

Una gran explicación de estas se da en el ensayo del célebre poeta mexicano Octavio Paz, titulado “Máscaras Mexicanas”, en el cuál explica y detalla las “máscaras” utilizadas en nuestro país en su día a día y en cómo esto afecta a nuestro entorno y a nosotros mismos. Él, en su caso, retoma a la sociedad mexicana machista y selectiva, que no permite sentir ni pensar más allá de lo que se ha dictado en el pasado, con los cambios que el hombre solo experimento en su momento.

Pero estas facetas no son malas, pues el autor lo expone en su obra con bastante razón, ya que la aparición de estas es completamente normal. A veces podemos confundirlas con ciertos aspectos de nuestra personalidad, como las emociones. Y correctamente, de algún modo u otro se encuentran unidas. A pesar de ello, no es correcto confundirlas.

Como hemos visto, los humanos somos expuestos a muchos

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