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Lengua

jorgequemba11Tesis4 de Marzo de 2015

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Lengua: Igualmente se distingue la lengua (sistema de signos) y el lenguaje (facultad humana instrumentada por medio de un tal sistema). La lengua doblemente articulada no es más que un medio de comunicación (lenguaje) entre otros. La facultad de comunicar puede ser instrumentada también por otros sistemas de signos, como el gesto, como el dibujo, como incluso la propia vestimenta, etc.

La lingüística, como ciencia del lenguaje en sentido estricto, está necesariamente englobada en una disciplina con numerosas ramas: semiología o semiótica, ciencia general de los signos y del significado.

Además participa de los métodos lingüísticos que caracterizan el español (España), para la integración de palabras agregadas a la simulación de frases psicológicas pensadas por la realidad absoluta de los hechos que ocurren a diario, mientras curricular-mente se adhieren a la sintaxis de los textos explicados en los libros como la poesía y el fanatismo integral de la unidad soviética de las letras según el diccionario de la lengua española.

Latín: El latín es una antigua lengua que se configura como la base de muchas otras, como el español, el italiano, el francés y el portugués, entre otras. Esta lengua encuentra su origen en las cercanías del río Tíber, más específicamente, a unos kilómetros de su desembocadura. Esta región, escasamente habitada durante la Prehistoria, corresponde a la región de Roma, lugar que comenzó a poblarse durante la Edad del Bronce. Muchísimo tiempo después, el 21 de Abril del año 753 antes de Cristo se funda la ciudad de Roma, ubicada en la región conocida como “Latium”, donde habitaban los “latini”, quienes hablaban en una lengua denominada “latinum”, el latín.

Esta lengua se tornó muy importante por ser la lengua oficial de la antigua República de Roma, sin embargo, con el correr de los años pasó a ser una lengua muerta, es decir, ya no se utiliza como la lengua nativa de ningún pueblo. No obstante, la fuerza del latín dio pie a que a raíz de ella nacieran las lenguas denominadas romance, entre las que figura el italiano, el francés, el español, el portugués, el catalán, el gallego y el rumano.

Periodos de la historia del latín o clase

Arcaico: desde que nace hasta que la sociedad romana entra en la órbita cultural de Grecia (helenización): VIII – II a. C. Autores destacados de este período son Apio Claudio el Ciego, Livio Andrónico, Nevio, Ennio, Plauto, Terencio.

Clásico: en una época de profunda crisis económica, política y cultural, la élite cultural crea, a partir de las variedades del latín coloquial, un latín estándar (para la administración y escuelas) y un latín literario. Es la Edad de Oro de las letras latinas, cuyos autores más destacados son Cicerón, Julio César, Tito Livio, Virgilio, Horacio, Catulo, Ovidio. Esto ocurrió aproximadamente en los siglos I a. C. y I d. C.

Posclásico: la lengua hablada se va alejando progresivamente de la lengua estándar, que la escuela trata de conservar, y de la lengua literaria. Esta distancia creciente hará que de las diversas maneras de hablar latín nazcan las lenguas románicas. Y la lengua escrita, que inevitablemente también se aleja, aunque menos, de la del periodo anterior, se transforma en el latín escolástico o curial.

Tardío: los padres de la Iglesia empiezan a preocuparse por escribir un latín más puro y literario, abandonando el latín vulgar de los primeros cristianos. A este período pertenecen Tertuliano, Jerónimo de Estridón (San Jerónimo) y San Agustín.

Medieval: el latín como se conocía ya no es hablado, por ende, el latín literario se refugia en la Iglesia, en la Corte y en la escuela, convirtiéndose en el vehículo de comunicación universal de los intelectuales medievales. Mientras, el latín vulgar continuaba su evolución a ritmo acelerado. Ya que las lenguas romances fueron apareciendo poco a poco, unas antes que otras, y porque el latín seguía siendo utilizado como lengua franca y culta, no se puede dar una fecha en la que se dejó de utilizar como lengua materna.

Renacentista: en el Renacimiento la mirada de los humanistas se vuelve hacia la Antigüedad clásica, y el uso del latín cobró nueva fuerza. Petrarca, Erasmo de Róterdam, Luis Vives, Antonio de Nebrija y muchos otros escriben sus obras en latín, además de en su propia lengua.

Científico: la lengua latina sobrevive en escritores científicos hasta bien entrado el siglo XVIII. René Descartes, Isaac Newton, Baruch Spinoza, Gottfried Leibniz e Immanuel Kant escribieron algunas de sus obras en latín.

Evolución: Denominamos así a todas las lenguas anteriores al latín que los romanos imponen al ocupar la Península Ibérica en el año 218 a. C. Dichas lenguas, en algunas zonas de la Península Ibérica, se seguían hablando aún después de finalizar la conquista en el año 19 a. C., en algunas zonas hasta bien entrada la Edad Media.

La mayor parte proceden de la lengua indoeuropea, tronco común de la rama itálica (latín), griega, báltica (letón, lituano), eslava (ruso, búlgaro, polaco, eslovaco, checo, servo-croata), armenia, albanesa, germánica (alemán, inglés, holandés, danés, noruego, sueco, islandés), céltica (irlandés, galés, escocés, bretón), india (hindi, urdu), irania (kurdo, persa, afgano). Otras son preindo europeas como las lenguas caucásicas (checheno, georgiano, etrusco, vasco) o las del tronco camita (egipcio, bereber, cusita, etíope) y semita (fenicio, cartaginés, hebreo, árabe).

Situación aproximada de las lenguas primitivas. Esta sería, más o menos, la distribución de dichas lenguas en la Península Ibérica:

Al Norte, desde Cantabria a los Pirineos, se hablan lenguas preeuskéricas, de origen preindo europeo (tal vez caucásico), que se conservan frente al latín, aunque reciben un fuerte influjo de la civilización romana.

Según Lapesa, la toponimia sería el mejor argumento para demostrar la extensión de estas lenguas. Así encontramos nombres vascos a lo largo del Pirineo, en lo que, posteriormente, serían dominios del aragonés y del catalán: de erri 'quemado', Belsierre (Huesca), Esterri (Lérida); de vascoaran 'valle', la tautología Valle de Arán (Lérida). Encontramos muchos topónimos en el Sur de Álava, Noroeste de la Rioja y Este de Burgos: Ochanduri (La Rioja), Ezquerra (Burgos). También se encuentran en Soria (Iruecha), León (Ardón), Valladolid y Zamora (río Valderaduey).

Alguna de estas palabras vascas son posteriores a la época a que nos referimos, son fruto de las repoblaciones realizadas desde el siglo IX al XI d. C. A su vez el euskera ha recibido muchas influencias, que siempre ha adaptado a su fonética : pake, del latín pax, paz. Durante muchos siglos ha sido lengua oral, sin escritura.

Al Sur de Andalucía y Portugal se desarrolló hacia el 1100 a. C. la cultura de los tartesios, que disponía de alfabeto escrito, muy semejante al de los iberos; estuvo muy relacionada con los pueblos del Mediterráneo y Oriente: fenicios, griegos. Desapareció hacia el 500 a. C.

En el Levante, desde Andalucía oriental hasta Valencia, Cataluña y más allá de los Pirineos, se asentaban los iberos, conglomerado de pueblos con una lengua y cultura semejantes; se extendieron también por el interior de Iberia, nombre con el que los griegos denominaron a la Península. Su bilingüismo está atestiguado por las inscripciones de sus monedas en ibero y el latín.

romanos en la península ibérica.

En su lucha contra los cartagineses desembarcan en Ampurias (Gerona) en el año 218 a. C. Comienzan la conquista de la Península Ibérica por el Nordeste y Levante, llegando a Cádiz el 206 a. C, de donde expulsan a los últimos cartagineses. Continúan la ocupación de los territorios del Centro hasta el Norte y el Noroeste.

La rapacidad y crueldad de algunos generales y gobernadores provocó la resistencia de los nativos: los iberos, en Lérida, Huesca y Zaragoza; los celtíberos, en Numancia (Soria); los lusitanos, al mando de Viriato; los cántabros y astures (Cantabria, Asturias y León) son los últimos en resistir hasta el año 19 a. C. También hubo revueltas en Levante y Andalucía. Las luchas políticas en el seno de la sociedad romana y las guerras civiles entre los generales repercuten en España.

Romanización de Hispania

Una vez terminada la conquista militar, toda Hispania va a recibir la organización administrativa y la cultura a través de la lengua latina. El proceso de romanización, igual que la ocupación, fue desigual; en la Bética y Levante se comenzó ya en el siglo II a. C. Fue un proceso lento a través del cual se iba imponiendo con cierta tolerancia todo aquello que entendemos como civilización romana: organización administrativa (provincias, municipios, ciudades), clases sociales (libres, semilibres y esclavos), educación, religión, arquitectura: espectáculos,

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