Lenguaje visual y comunicación

Lenguaje visual y comunicación

Nos ha pasado que caminando en la calle necesitamos cruzar una avenida y vemos una serie de franjas blancas en el asfalto, paralelas a la calle, y entendemos que es un espacio en el que podemos cruzar como peatones; o vamos conduciendo y al ver la luz ámbar del semáforo sabemos que debemos tener precaución, pronto cambiará a rojo y no podremos avanzar; un joven le dibuja a su pareja la forma de dos anzuelos simétricos, la novia lo interpreta como un corazón. En todas estas imágenes existe un convenio, un contrato social para establecer sus significados. Otro nombre para llamar este fenómeno sería el lenguaje, en este caso, visual.

La comunicación como mecanismo se ha investigado desde diferentes enfoques y el más aceptado hasta la fecha es el de Roman Jakobson. Su propuesta de lingüística funcional se inspira en el modelo matemático de la comunicación el cual profundiza, lo vuelve circular en vez de lineal y lo descompone en sus partes fundamentales: contexto, emisor, mensaje, receptor, código y canal.

La concepción más común de la comunicación es seguramente la verbal, sin embargo, se pueden enviar mensajes por medio de símbolos. La comunicación visual es la práctica de transmitir información que pueda ser percibida por la vista. Como dije en mi introducción, estas imágenes pueden ser símbolos con significados acordados por una sociedad, pero esto tiene un origen más primitivo: la forma.

Según la teoría de la Gestalt, nosotros entendemos nuestro mundo mediante figuras que se crean en nuestra mente y no con el aglomerado de piezas de información que perciben nuestros sentidos. Las figuras son entonces las imágenes con las que decodificamos el mundo. Me gustaría comparar esto con el habla; tenemos palabras para nombrar todo en nuestro universo y, si no lo podemos nombrar, no lo podemos entender. Las palabras son una unidad de información. Lo mismo sucede con las figuras, descomponemos lo que vemos en estas unidades más simples para poder digerirlo en nuestra mente.

Estas unidades o elementos básicos de la comunicación visual son: el punto, si agrupamos varios puntos empezamos a tener una línea, ésta define un contorno y sus formas primigenias son el círculo, el cuadrado y el triángulo equilátero. Estos conceptos podemos complicarlos más con el tono: intensidades de oscuridad y claridad que nuestro cerebro "lee" para estimar la dimensión de un objeto.

Otro nivel de complejidad es el color, el cual por sí solo puede despertar sentimientos específicos dependiendo de nuestra personalidad y cultura. La psicología del color es un gran recurso para atender cómo los colores impactan en nosotros al momento de decodificar la realidad. Sigue siendo un elemento contextual, podemos ver una luz roja en el semáforo y lo decodificamos como un alto total, o ver rosas rojas e interpretarlo como un

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