Los poetas del renacimiento literario vasco

Tema III: Los poetas del Renacimiento Literario Vasco

Máster universitario en literaturas hispánicas en el contexto europeo.

Asignatura: Movimientos y épocas de la literatura vasca.

Cuestión 1: Resume las aportaciones que poetas como Lizarde o Lauaxeta hicieron a la poesía vasca del s. XX.

Los poetas de la que algunos denominan “Generación de Aitzol” – Xabier de Lizardi, Esteban Urkiaga (“Lauaxeta”) y Nicolás Ormaetxea (“Orixe”)- son los protagonistas esenciales de una de las épocas más gloriosas de la literatura vasca –y, en concreto, de la poesía, desde 1930 hasta 1937.

Constituyen una generación que, bajo la influencia de José de Ariztimuño (“Aitzol”), protagonizan el Euzko Pizkundea, el Renacimiento Vasco, de expresión eminentemente poética. Así, mientras la prosa vasca se ancla al costumbrismo, estos autores, incluso desde las diferencias irreconciliables entre los dos primeros y Orixe, procura – y consiguen- renovar el lenguaje y estilo poéticos, conjugando modernidad, cierto universalismo –al ser permeables a productos de otras literaturas- y tradición. La poesía continuará, como no puede ser de otro modo, siendo vehículo de expresión de la causa nacionalista.

Es impensable no destacar la figura de Aitzol, como crítico e ideólogo, quien a través de la revista Euskaltzaleak, diseñó lo que tenía que ser la poesía en lengua vasca, con criterios más políticos que estéticos. Criterios que los autores antes mencionados acabaron acatando, pese a la inicial resistencia de Lizardi y Lauaxeta. La poesía, el renacimiento poético tenía como causa final el renacimiento político vasco. Tenía que comprometerse con la difusión y el cultivo del idioma, dejando en un plano secundario los gustos cultivados de cada poeta.

En este contexto, el mérito de los citados autores reside en el enorme esfuerzo que realizaron para renovar el estilo y lenguaje poéticos, dejando atrás excesivamente dependientes del bertsolarismo, contribuyendo al mismo tiempo a la causa romántica de Aitzol, quien concebía el poema nacional como la viva imagen del pueblo vasco, que debía ser admirado por el resto de naciones europeas más modernas.

Así, aunque los tres comparten la misma causa, mientras Lizardi y Lauaxeta –en su afán por europeizar la literatura vasca- se fijan en el postsimbolismo europeo, como movimiento literario en el que expresar la crisis de su tiempo-, Orixe se manifiesta antimoderno-o, al menos, antimodernista-.

Así, los dos primeros conciben la poesía como puente entre el ideal del reino de la belleza (la auténtica realidad) y la realidad cotidiana de un mundo que no se conoce como propio, del que hay que huir. La poesía tiene una función estética -consistente en representar el mundo ideal en el mundo cotidiano- y otra pedagógica –educar a las masas en la búsqueda de lo ideal y la negación de lo material-. Reside aquí cierto clasicismo

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