ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Luis Cernuda

Matrera25 de Enero de 2015

2.902 Palabras (12 Páginas)293 Visitas

Página 1 de 12

LA POESÍA DE LUIS CERNUDA

VIDA: Nació en 1902 en Sevilla Su educación fue rígida e intransigente debido al carácter y a la condición militar de su padre. Con motivo de la traslación de los restos de Bécquer a los nueve años de su edad, empieza a leer poesía. Estudia Derecho en la universidad de Sevilla donde fue alumno de Pedro Salinas. Vivió luego en Madrid y fue lector en la Universidad de Toulouse (1928-1929). Durante la guerra apoyó activamente la causa republicana y en 1938 se exilió. Fue profesor en diversas universidades inglesas y norteamericanas. A partir de 1953 vive en Méjico, donde murió en 1963.

Se caracteriza Cernuda por una personalidad solitaria y dolorida, por una sensibilidad exacerbada y vulnerable. Ni en su vida ni en su poesía ocultó su condición homosexual, y su conciencia de ser una criatura marginada por ello se explica, en gran parte, su desacuerdo con el mundo y su rebeldía. “Una constante de mi vida- dijo – ha sido actuar por reacción contra el medio donde me hallaba”. Y admite ser un inadaptado con cierta vena protestante y rebelde. Su singularidad y su aislamiento explican también el lugar especial que ocupa dentro del grupo de 1927.

Luis Cernuda fue uno de los poetas fundamentales de la Generación del 27. La obra de Gustavo Adolfo Bécquer despertó su interés por la poesía desde muy pequeño; comenzó a escribir alentado por un profesor, quien a su vez le brindaba conocimientos técnicos. En su juventud, realizó sus primeras publicaciones en Revista de Occidente. Estuvo siempre muy influenciado por la literatura francesa, e incluso tradujo parte de la obra del surrealista Paul Éluard. Como se ha dicho nunca escondió su homosexualidad, y esto acarreó las nefastas etiquetas y el esperable desprecio en su propia tierra, con la cual no parecía sentirse muy identificado. Durante la Guerra Civil, comenzó su exilio en Estados Unidos, donde trabajó como docente. Más tarde, se trasladó a México, donde falleció en noviembre de 1963.

A lo largo de su vida, reflejó en sus poemas un espíritu que comenzó esperanzado, que exaltaba la belleza y la ornamentaba, pero que progresivamente se fue endureciendo y se volvió más práctico y conceptual.

Algunos de sus títulos, ubicados en orden cronológico, bastan para avalar lo dicho anteriormente: "Perfil del aire", "Los placeres prohibidos", "Las nubes", "Vivir sin estar viviendo" y "Desolación de la quimera". Tras el asesinato de Lorca, le dedicó la elegía "A un poeta muerto (F. G. L.)".

TEMAS Y ESTILO

El tema central de su poesía es el conflicto entre los deseos y la realidad que se opone a ellos ; es un divorcio o choque análogo al de los poetas románticos y se explica por la conflictiva personalidad de Cernuda. Sus temas dominantes serán, por ello, la soledad, la añoranza de un mundo habitable, el ansia de belleza perfecta y sobre todo , el amor : CERNUDA ES UNO DE NUESTROS GRANDES POETAS DEL AMOR YA EXALTADO, YA INSATISFECHO.

Pero es sobre todo su estilo lo que le confiere el especial puesto que ocupa. Él mismo decía que su inconformismo le ayudó a ”escapar de las modas”. Ello no es del todo aplicable a sus primeras etapas, semejantes a las de los otros miembros de su grupo (poesía pura, imitación de las formas clásicas, surrealismo). Pero es cierto que hacia 1932 se despegará de aquellas modas y emprenderá un camino inconfundible y solitario. Su nueva lengua poética surge de un triple rechazo: desecha los ritmos demasiados marcados (“Si en el verso hay música , mi preferencia se orientó hacia la música callada); en especial cultiva el versículo , aunque volverá, a veces, a metros tradicionales ( versos octosílabos). Rechaza también la rima. Y, sobre todo, huye del lenguaje brillante y rico en imágenes , para ceñirse al lenguaje hablado y el tono coloquial . Esto último es lo que más lo distingue , y se debe, en parte, al influjo de ciertos poetas ingleses, como Eliot. Pero no debemos engañarnos: bajo ese tono coloquial se esconden una lúcida elaboración y una de las lenguas poéticas más densas en sugerencias de nuestra lírica. También influyeron en él poetas franceses ( Baudelaire, Mallarmé) y alemanes (Goethe, Höderlin), junto a la poesía bíblica y clásica. Además se percibe sutilmente la lectura constante de sus dos poetas españoles preferidos: Garcilaso (S. XVI) y Bécquer (S. XIX).

OBRA

Desde 1936, Cernuda reunió sus diversos libros bajo un titulo común: LA REALIDAD Y EL DESEO (las dos palabras que expresan certeramente el conflicto medular de su vida y su poesía). El volumen así llamado fue engrosándose con obras nuevas en ediciones sucesivas, hasta alcanzar su versión definitiva en la de Méjico, 1964.

Sus primeros LIBROS: muestran un acercamiento a la poesía pura : Perfil del aire (1924-1927) con versos cortos y tono adolescente . Herido por las críticas que recibe Perfil del aire, calificándolas él mismo de injustas y hostiles -no sólo por insistir en la influencia de Jorge Guillén, sino también por tacharlo de poco moderno-, Luis Cernuda reacciona en dirección opuesta, escribiendo lo que será la segunda parte de su obra poética, los poemas Égloga, elegía, oda, de tono clasicista con huellas ostensibles de Garcilaso.

En 1928, tras la muerte de su madre y agobiado por el ambiente provincial que le resulta enojoso, vende su casa y, tras una breve estancia en Málaga, Cernuda se traslada a Madrid. Ya no volverá nunca a su ciudad natal. Es cuando publica Égloga, elegía y oda (1927-1928), perfectas asimilaciones de nuestros clásicos; pero no es Góngora quien preside estas creaciones, sino Garcilaso, poeta más sencillo , del Renacimiento, siglo XVI. Entre 1929 y 1929 fue lector en la Universidad de Toulouse.

En su estancia en Francia lee poesía surrealista “ante la cual- dice – ya no pude, ni quise, permanecer indiferente”. Surge así su libro Un río, un amor (1929) con poemas en alejandrinos sin rima, en versículos, etc… en los que “el malestar y la osadía” que le atraían del surrealismo se mezclan con sus problemas íntimos. En la misma línea está Los placeres prohibidos (1931), que contiene algunos de los poemas más bellos de Cernuda.

Un río, un amor (1929)

Remordimiento en traje de noche

Un hombre gris avanza por la calle de niebla;

No lo sospecha nadie. Es un cuerpo vacío;

Vacío como pampa, como mar, como viento,

Desiertos tan amargos bajo un cielo implacable.

Es el tiempo pasado, y sus alas ahora

Entre la sombra encuentran una pálida fuerza;

Es el remordimiento, que de noche, dudando;

En secreto aproxima su sombra descuidada.

No estrechéis esa mano. La yedra altivamente

Ascenderá cubriendo los troncos del invierno.

Invisible en la calma el hombre gris camina.

¿No sentís a los muertos? Mas la tierra está sorda.

Quisiera estar solo en el sur

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur

de ligeros paisajes dormidos en el aire,

con cuerpos a la sombra de ramas como flores

o huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,

y esa voz no se extingue como pájaro muerto;

hacia el mar encamina sus deseos amargos

abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.

La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;

su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.

Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.

Los placeres prohibidos (1931)

Diré cómo nacisteis

Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,

Como nace un deseo sobre torres de espanto,

Amenazadores barrotes, hiel descolorida,

Noche petrificada a fuerza de puños,

Ante todos, incluso el más rebelde,

Apto solamente en la vida sin muros.

Corazas infranqueables, lanzas o puñales,

Todo es bueno si deforma un cuerpo;

Tu deseo es beber esas hojas lascivas

O dormir en esa agua acariciadora.

No importa;

Ya declaran tu espíritu impuro.

No importa la pureza, los dones que un destino

Levantó hacia las aves con manos imperecederas;

No importa la juventud, sueño más que hombre,

La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad

De un régimen caído.

Placeres prohibidos, planetas terrenales,

Miembros de mármol con sabor de estío,

Jugo de esponjas abandonadas por el mar,

Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.

Soledades altivas, coronas derribadas,

Libertades memorables, manto de juventudes;

Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,

Es vil como un rey, como sombra de rey

Arrastrándose a los pies de la tierra

Para conseguir un trozo de vida.

No sabía los límites impuestos,

Límites de metal o papel,

Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,

Adonde no llegan realidades vacías,

Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.

Extender entonces una mano

Es hallar una montaña que prohíbe,

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (17 Kb)
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com