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Enviado por   •  1 de Abril de 2013  •  Tesis  •  3.026 Palabras (13 Páginas)  •  287 Visitas

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es definitivamente en el siglo XX cuando se evidencia, por no decir consolida, todo ese proceso. El desarrollo en las comunicaciones contribuye mayoritariamente en el aumento de los intercambios internacionales de todo tipo. Aumentan desaforadamente el número de OIG`s y ONG`s, y se hacen más evidentes los problemas que superan las acciones particulares de los Estados.

Según estadísticas citadas por Pearson y Rochester[6] el número de OIG ha crecido hasta nuestros días de este modo: 10 en 1870, cerca de 50 en 1914, casi 100 en 1945, más de 200 en 1970, para llegar a un número aproximado de 300 en la actualidad, esto lo que muestra a nuestro entender es la crecienteimportancia de la cooperación internacional, que es la base del multilateralismo, que a la vez consideramos debe ser la base de las interacciones estatales en un mundo globalizado. Respecto al crecimiento de las ONG estos autores aportan los siguientes datos: 5 en 1850, 330 en 1914, 730 en 1939, 2300 en 1970, para pasar en la actualidad a la enorme cantidad de 10.000 ONG´S. Valga la aclaración que el número varía dependiendo de las características utilizadas para categorizar las organizaciones como ONG. Una de esas categorizaciones habla de cerca de 40.000 ONG[7].

Podríamos decir que este naciente multilateralismo (finales del siglo XIX, principios del XX) estaba enfocado en asuntos, por decirlo de algún modo, ajenos a los grandes temas políticos, ajenos a la “alta política”, algunos organismos internacionales eran geográficamente muy limitados y funcionalmente eran unipropósito, por ejemplo la UPU. Pero llegaría el primer round de “La Gran Guerra”, 1914 – 1918 (entiendo la 1ra y 2da guerras como etapas de un único proceso), para hacer ver a algunos gobiernos importantes de la época el impacto de su propia incapacidad para organizarse. Cantidades de muertos nunca antes vistas[8], armas con capacidad para dañar al no combatiente, de gran impacto colateral en la sociedad civil, grandes dificultades para socorrer a las víctimas, nuevas inquinas y odios etc. todo esto lleva a algunos hombres, al parecer inteligentes, a interrogarse acerca del modo de evitar tan lamentable “involución”. Es cuando se da inicio a lo que 25 años más tarde va terminar siendo la Organización de Naciones Unidas, ONU. Cualquier intento de ese talante, desde nuestro imaginario académico “positivista”, siempre ha sido considerado idealista, llámese Cosmopolitismo, Pacifismo, Universalismo, Mundialismo etc. Tal vez si nos trasladáramos imaginariamente a los pensamientos de las personas pre-estatales, para ver sus dudas, preconcepciones y temores respecto a que se concentre en un sólo centro el monopolio de la ley y de la fuerza, podríamos entender un poco lo que ha sucedido en el siglo XX respecto a entidades supranacionales y a las posibilidades de alguna forma de gobierno mundial. Dudas que hoy son evidentes en todo proceso de supranacionalidad.

Uno de esos hombres, al parecer inteligentes, para unos idealista para otros enormemente pragmático, dependiendo desde donde se defina, fue T. Woodrow Wilson[9]; especialmente importante para nuestro tema por sus 14 puntos[10]. En el último de ellos propone “la creación de una sociedad general de naciones” llamada a organizar algunos asuntos políticos y territoriales, y conseguir una paz duradera, haciendo eco a la opinión pública internacional que quería dejar atrás el panorama desolador de la guerra recién vivida. Incluso se marchó a Europa durante seis meses a tratar de sacar adelante su idea, la cual hizo parte del Tratado de Versalles, exponiéndose a que sus oponentes en el gobierno de EEUU se aprovecharan de ello para sacar ventajas políticas, lo que a la postre sucedió. Sin embargo esa visión, ese idealismo[11], terminaría siendo determinante para lo que sería el siglo XX.

Se creó La Sociedad de Naciones, un primer gran instrumento de la comunidad de estados de la época, para alcanzar niveles superiores de convivencia internacional por medio de la discusión civilizada y el acercamiento entre los gobiernos, especialmente interesados en evitar volver a caer en la barbarie y profundización de la guerra a los niveles recién vividos. Básicamente por no cumplir con este propósito La Sociedad de Naciones entró en decadencia. El estallido del segundo round de “La Gran Guerra”, que había sido incubado en la finalización del primero, sería el golpe final al idealismo de Wilson y J. C. Smuts[12] y el fin de la Sociedad de Naciones.

Pero al parecer este primer gran intento de multilateralismo global, su nacimiento, su proceso vital y su final muerte, no fueron en vano: “Constituyó una experiencia de inestimable valor en la construcción de la sociedad internacional contemporánea; institucionalizó la multilateralización de las relaciones internacionales; canalizó una profunda reforma del sistema internacional, aunque mantuvo constante su lógica interestatal; anticipó los objetivos básicos (paz y seguridad) y las estructuras de la futura Organización de las Naciones Unidas (ONU); e impulsó de forma decisiva la codificación del Derecho internacional y la toma de conciencia sobre la dimensión internacional de los derechos humanos[13].” También se creó en 1919 la Organización Internacional del Trabajo, además de ser el punto de partida para la cooperación internacional, representada para esa época con la Organización para la Cooperación Intelectual.

Nacimiento de la ONU.

Paradójicamente es durante la misma guerra que se desenvuelve todo el proceso de negociación y formación de la ONU, cuyo objetivo sería el mantenimiento de la paz. Sin todavía EEUU haber entrado en la contienda mundial (agosto 1941), se estaba reuniendo Franklin Delano Roosvelt con Wiston Churchill, supuestamente estableciendo los principios de lo que sería la posguerra; encuentro del cual surgiría la declaración conjunta conocida como la Carta del Atlántico, que para muchos es el punto de partida para la nueva organización internacional para la que unos meses después Roosvelt proponía el nombre, que finalmente llevaría, de Naciones Unidas.

El parto no fue fácil. Involucrara la URSS, con Stalin y V. Molotov, Ministro de Exteriores, a la cabeza, no fue un proceso sencillo. Es bien conocida la oposición radical de Molotov a toda política de occidente. Lo cierto fue que las potencias aliadas, EUA, Inglaterra y Rusia lograron ponerse de acuerdo (o negociar sus intereses), primero en la reunión de sus ministros en Moscú y luego de sus jefes de estado en Teherán, esto en 1943, y luego en Dumbarton Oaks, Washington, en 1944, de donde salió el esquema básico de lo que el 25 de Junio de 1945 sería la Carta de Naciones Unidas y que daría pie a que el 24

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