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Obra La Llorona


Enviado por   •  12 de Abril de 2015  •  576 Palabras (3 Páginas)  •  339 Visitas

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1 EXT. ESTEPA - DÍA

El día está soleado. La LLORONA, mujer de alta alcurnia, bien vestida, de pelo moreno y piel pálida, está hincada en el suelo. Tiene las ropas y las manos sucias. Llora junto a un gran cactus, el más grande de toda la estepa. Entre sus manos, con los músculos tensos, sostiene una daga manchada de sangre.

2 EXT. BOSQUE - DÍA

Entre una corrida de árboles, principalmente pinos, el LEÑADOR, de clase obrera y ropas harapientas, camina con el hacha al hombro y bebe un trago de alcohol de su cantimplora. Los rayos de luz se cuelan entre las ramas.

3 EXT. CAMINO - DÍA

Un camino de tierra, es el límite natural entre el bosque y la estepa. El Leñador sale del bosque, cruza el camino y se interna en la estepa.

4 EXT. ESTEPA - DÍA

El Leñador camina, contento, recorre un tramo corto y se le aparece la Llorona, fantasmalmente, por detrás.

LLORONA

Leñador.

LEÑADOR

(Girándose.)

¿La conozco?

LLORONA

¿Ha visto a mis hijos? ¿Los ha visto?

LEÑADOR

No sabía que tuviese.

LLORONA

Tres tuve, pero han desaparecido.

LEÑADOR

Tienen que andar por ahí, por los alrededores.

LLORONA

¿Y a mi marido?

LEÑADOR

No me la imaginaba casada.

LLORONA

Lo estuve, pero el maldito me engañó con otra.

LEÑADOR

Lo siento.

LLORONA

Maldigo el día en que le conocí. Le debería haber hecho caso a mi padre y no casarme con un extranjero, pero la juventud me sesgó la razón y me deje engatusar por las falsas promesas de un forastero.

LEÑADOR

No llore Llorona.

LLORONA

¡Maldito Español! Fui fiel y servidora. Nunca le di razones para que actuara de esa manera. Dicen que la otra es una gozadora, de tez blanca y largas cabelleras, mas creo que es una ramera.

LEÑADOR

No sea Llorona, que esta vida es pasajera. No vale la pena desperdiciarla cuando no hay condena. Usted es bella y adinerada, culta y de buenas maneras.

LLORONA

(Limpiándose las lágrimas.)

Debería haberle hecho caso a mi padre y no casarme con un extranjero, pero la juventud me sesgó la razón.

LEÑADOR

Yo no puedo decir lo mismo. Mi mujer es un pan de Dios, de buena casta y oriunda de aquí. Me está esperando con la merienda.

LLORONA

Como te envidio Leñador. Daría lo que fuera por estar en tu pellejo.

Un buitre pasa volando y chillando. El Leñador levanta la mirada. La baja y toma su cantimplora.

LEÑADOR

¿Quiere un trago?

LLORONA

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