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Ofelia


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2018  •  Resúmenes  •  832 Palabras (4 Páginas)  •  154 Visitas

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Mi nombre es Ofelia, hija menor de Polonio, hermana de Laertes y pretendida de Hamlet. En la obra, me debato entre la obediencia a mi padre y mi amor por Hamlet, lo que traerá trágicas consecuencias.

Yo era la quintaescencia de la hija obediente, un rol necesario en todas las jovencitas de finales del siglo XVI y principios del XVII. Cuando mi padre me ordeno de dejar de ver a Hamlet, yo respondí “Debo obedecer a mi lord”. Después, cuando me usa como carnada, bajo las órdenes de Claudio, para espiar a Hamlet, no tuve ningún remedio sino hacer lo que le me piden, mientras tuve que vivir bajo las reglas de su padre. (Claro, si estuviera casada, tendría que vivir bajo las reglas de mi esposo). Esencialmente, no tuve control sobre mi cuerpo, relaciones, ni siquiera sobre las decisiones.

La obediencia que le di padre me puso en una posición de vulnerabilidad con respecto a Hamlet, quien me acuso de ser infiel y engañosa (Por la participación en el espionaje de mi padre). Me acusa (y a todas las mujeres) de ser criadoras de pecadores, y le dice que se vaya a un convento. Estuve destrozada por el duro comportamiento de Hamlet, el hombre que alguna vez le habló con “palabras de tan suave aliento”, ahora parece haber perdido la lucidez y estar en su contra:

“Y yo, la más desconsolada e infeliz de las mujeres, que gusté algún día la miel de sus promesas suaves, veo ahora aquel noble y sublime entendimiento desacordado, como la campana sonora que se hiende”.

[pic 1]

Hamlet no es el único que me define por mi sexualidad. Hasta mi hermano habla del tema. En el Acto I, Laertes se lanza un discurso bien dilatado acerca de las trampas del sexo prematrimonial (para las mujeres, no para los hombres) y así le infunde miedo por mí. De hecho, me dice no menos de tres veces que debe temerle a la intimidad con Hamlet.

¿Laertes se preocupa por mí? Quizá, pero su discurso está lleno de explícitas insinuaciones, como comparar el coito con un gusano “calloso” que invade y daña la flor delicada antes de florecer, o que los “botones” se abren en el momento adecuado. Estas alusiones a la anatomía de los genitales femeninos me convierten en un objeto erótico mientras que insiste, al mismo tiempo, en su castidad. Laertes toma una postura isabelina típica de la sexualidad femenina, donde una mujer “desflorada” era vista como una mujer dañada que ningún hombre quiere para sí.

Eso es mucha presión para una jovencita, y como ya sabemos, eventualmente, vine abajo. Cuando me vuelvo loca, canta una canción obscena acerca de una virgen que es engañada para perder su virginidad con promesas de boda (4.5.7) –puedes leer más de esto en “Citas” en la parte de “Géneros”. Esta es una de las razones por las que la crítica ve de mi locura como resultado de la presión y el abuso patriarcal. El retrato que hace Shakespeare hacia es increíblemente entrañable y pareciera registrar la injusticia en cómo me tratan. También pareciera que el momento en que vine abajo anímicamente (que resulta en el ahogamiento) sirve como punto de contraste con la locura fingida de Hamlet, de la que hablamos en la parte de “Locura”.

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