Presidente

La “colonización” de Kinney.

William Walker y Henry L. Kinney están interesados en crear una ruta interoceánica entre Costa Rica y Nicaragua. En 1853 el presidente Franklin Pierce empieza su política exterior contando con el filibusterismo y la diplomacia, en su campaña electoral declara que él no será limitado por cobardes que le teman a la expansión, después de esta declaración los periódicos estadunidenses citaban: “Estados Unidos limita al Este con el sol naciente, al Oeste con el sol poniente, al Norte con el Ártico y al Sur tan lejos como nos dé la gana.” (El lado oculto del Presidente Mora, página 66).

El Gambito en la Mosquitia.

Entre 1854 y 1855 crea un proyecto en Nueva York para establecer una república esclavista en la Mosquitia (ubicada entre Honduras y Nicaragua) el Presidente Pierce acepta la proposición y nombra de cabecilla a Kinney, Nicaragua reclama por el proyecto y pide la solidaridad de Centroamérica. En París, le anuncian a Costa Rica que el plan podría dirigirse a ellos para así tomar posición sobre el territorio costarricense. El embajador Felipe Molina previene que cualquier ataque a Costa Rica será devuelto, juzgando así a Estados Unidos de cobardes y mentirosos, ya que se sabía que se estaban armando, a lo que Kenny respondió diciendo que era mentira, el vicecanciller Marie los acusa de querer violar los derechos ajenos y los acusa de glotonería política.

Un Ejército Nacional moderno.

Desde 1850 se crearon Fuerzas Armadas siguiendo el sistema de la milicia Española, su comandante era el general José Joaquín Mora. Para diciembre de 1854 la tropa cuenta con 6500 efectivos, pero se toma una medida para aumentar el número de efectivos a 9000. Después de las declaratorias de Estados Unidos, Costa Rica recibe el apoyo de Inglaterra y es así como el 9 de enero de 1855 llegan la naviera británica Le Lacheur, consigo traían armas de fuego, rifles y baterías de cañones. Se logra un Ejército consolidado, sometido en las doctrinas marciales pero con ánimo de civismo.

El ministro de Guerra compromete así a que los 9000 hombres dispuestos a luchar lo hacen bajo su derecho de defender sus libertades y la integridad de la República. Por otro lado Nicaragua pide a su pueblo que se levanten las armas por defenderse ante cualquier amenaza, Costa Rica que les manifiesta que cuentan con un Ejército numeroso y que están dispuestos a luchar, aún así el Presidente Mora anuncia que no provocara ningún desagrado con los nicaragüenses, pero que no va a bajar la guardia, el Presidente les pide a sus soldados que actúen con neutralidad y que el fin de esos actos sea únicamente la salvación. De ese modo el Estado entra en un deber triple: lograr que su pueblo no participe de hostilidades, vivir en imparcialidad y estar en prevención

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