Propaganda En Mexico

Propaganda constitucionalista en la Revolución Mexi

cana: inicios y consolidación organizacional

Introducción

Los antecedentes políticos de la Revolución Mexican

a hay que buscarlos en el proceso de

independencia del México colonial (1810-1821) y en

la pugna ideológica sostenida desde

entonces entre liberales y conservadores. Los prime

ros buscaban una constitución propia, que

lograra un Estado autónomo, atenuara el control ecl

esiástico y defendiera la propiedad privada

y la libre empresa. Los segundos, combatían por no

perder las canonjías que les había

otorgado el gobierno virreinal, apelando a la incap

acidad del país de regirse por sí mismo y, en

consecuencia, demandando la protección de alguna nación europea.

Los dos grupos eran herederos de la Ilustración: unos, en tanto liberales, recibieron del

Despotismo su programa económico y social; los otros, llamados a partir de 1849 conservadores, tuvieron como patrimonio el orden, el progreso, la razón y el método. Si

su origen fue el mismo en muchos aspectos, y varios sus puntos de coincidencia, el modo de imponer su desacuerdo fundamental –que estaba sobre todo en la esfera política- llevó al país a luchar infructuosamente durante toda la primera mitad del siglo

El desgaste político de este sistema, producto de imposiciones presidenciales, golpes de Estado o cuartelazos, llevó a severos problemas sociales y económicos que mantuvieron en permanente crisis al país.

El presidente Antonio López de Santa Anna, es el clásico representante del desmembramiento político que se vivía entonces. Santa Anna inició su periodo presidencial en 1833 y lo haría diez veces más, de manera interrumpida, hasta 1855. Unas veces gobernó en alianza con los liberales; otras, guiado por los conservadores. En 1847, bajo su mandato, México perdió más de la mitad de territorio, resultado de la guerra con los Estados Unidos

. El conflicto con el vecino del norte despertó el espíritu nacionalista de los mexicanos y llevó al enfrentamiento armado entre liberales y conservadores, que lucharon por implantar su visión de lo que debía ser la nación mexicana.

Tras la derrota de Santa Anna, los liberales asumieron el poder y su primera gran medida fue promulgar la Constitución de 1857, lo que llevaría a fuertes perturbaciones sociales que vivieron su clímax durante la Guerra de Reforma

De hecho, en esta etapa, hubo gobiernos paralelos; uno en la Ciudad de México (el de los conservadores Félix Zuloaga y Miguel Miramón que pretendían derogar la Constitución de 1857) y, el otro, en el puerto de Veracruz, con Benito Juárez al frente como representante de los liberales y defensor absoluto del orden constitucional. Luego, vendrían los años de enfrentamiento con España, Inglaterra y Francia que, de una u otra forma, pretendían invadir el territorio nacional, hasta que el gobierno galo, apoyado por los conservadores mexicanos,impuso a Maximiliano de Habsburgo como emperador de México, en 1864, lo que hizo al presidente Benito Juárez replegarse a Paso del Norte (frontera con Estados Unidos). La era del imperio finalizó en 1867, y ello marcaría el triunfo del partido liberal sobre el conservador, pero no su derrota definitiva.

El presidente Juárez

muere en 1872 y Miguel Lerdo de Tejada, aguerrido liberal, lo sustituye. En 1876, Porfirio Díaz se levanta en armas contra el gobierno y logra el triunfo total un año después. Entonces, de manera paulatina, va gestando el apaciguamiento entre liberales y conservadores.

Díaz, durante 34 años de un gobierno conservador que aparentaba ser liberal, logra una ambivalente reconciliación nacional que, poco apoco,

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