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Prueba De Saberes

leo29917 de Septiembre de 2012

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PRUEBA DE SABERES DE ESPAÑOL

HAZ CADA UNA DE LAS LECTURAS Y DESPUES CONTESTA LAS PREGUNTAS

EL HALCÓN COMÚN O PEREGRINO

En el mes de febrero los halcones peregrinos presienten la primavera. Macho y hembra se persiguen en raudos y acrobáticos vuelos, imitando fogosas persecuciones de caza. Los científicos llaman paradas nupciales a estos juegos amorosos. Quien no haya contemplado a los halcones peregrinos ascendiendo en círculos perfectos, picando en caídas verticales y cambiando de manos, en pleno cielo, una presa recién capturada, no sabe lo que es la perfección, la velocidad y la agilidad en el vuelo. Durante toda la época de paradas nupciales, el halcón macho vigila constantemente para expulsar de su territorio a cualquier congénere que pretenda invadirlo. Los feudos de los halcones suelen tener de dos a cinco kilómetros de radio y sus propietarios no permiten a otros peregrinos cazar en el interior de sus fronteras. Con ello, los halcones delimitan la densidad de sus poblaciones, de manera que nunca resultan demasiado numerosos ni perjudiciales para las aves que constituyen su alimento.

A principios de marzo, el halcón hembra -bastante más grande que el macho- deposita de dos a cuatro huevos en una oquedad natural e inaccesible del roquedo o en un viejo nido de cuervo. La incubación dura treinta y cinco días. Los polluelos aparecen cubiertos de blanco plumón durante las dos primeras semanas. La madre vigila afanosamente el nido, expulsando a cualquier presunto enemigo, aunque sea del tamaño de un zorro o de un lobo, como he podido observar en algunas ocasiones. El macho caza para toda la familia. Transporta las presas en las garras hasta las inmediaciones del nido, donde se las entrega a la hembra. Ésta se encarga de desplumar y despedazar las aves para alimentar a sus polluelos.

Durante sus dos segundas semanas, los halcones se van cubriendo de plumas. Al mes y medio, totalmente vestidos, están en condiciones de emprender el vuelo. Como puede observarse en las fotografías, los halcones jóvenes o inmaduros son de color pardo rojizo. Hasta después de la primera muda no adquieren los tonos grises y azulados de los ejemplares adultos. Un mes entero permanecen los jóvenes halcones viviendo en la roca paterna, después de haber abandonado el nido. Durante todo este tiempo son instruidos en la caza por los adultos. Para ello, el halcón macho suele transportar presas que deja caer en el aire, para que sus hijos las capturen en pleno vuelo. Paulatinamente, a medida que sus músculos y sus alas se fortalecen, los jóvenes halcones acompañan a sus padres en las cacerías.

Félix Rodríguez de la Fuente

PRUEBA DE COMPRENSIÓN

1. Los halcones presienten la primavera en el mes de:

a) Febrero.

b) Marzo.

c) Abril.

2. Los vuelos acrobáticos de los halcones se llaman:

a) Preparación de la caza.

b) Paradas nupciales.

c) Perfección del vuelo.

3. Durante las paradas nupciales, el macho:

a) Vigila el territorio.

b) Realiza la caza.

c) Observa las presas.

4. Los feudos de los halcones suelen tener:

a) De 2 a 5 kilómetros de diámetro.

b) De 2 a 5 kilómetros de radio.

c) De 2 a 5 kilómetros cuadrados.

5. No dejan cazar a otros peregrinos para:

a) Mantener su territorio.

b) Demostrar su fortaleza.

c) Limitar la densidad de sus poblaciones.

6. ¿En qué mes pone la hembra los huevos?

a) En marzo.

b) En abril.

c) En mayo.

7. ¿Cuántos huevos pone la hembra?

a) De tres a cinco.

b) De dos a cuatro.

c) De uno a tres.

8. ¿Cuánto tiempo dura la incubación?

a) Veinticinco días.

b) Treinta días.

c) Treinta y cinco días.

9. ¿Quién suele cazar?

a) El macho.

b) La hembra.

c) Los machos jóvenes.

10. Los halcones jóvenes son de color:

a) Gris.

b) Azulado.

c) Pardo rojizo.

EL BÚFALO CAFRE

Hay animales, como los antílopes y gacelas, que se han hecho célebres por su belleza. Otros, como el león, llaman la atención por su bravura y orgulloso porte. Finalmente, los gigantes, como los elefantes y jirafas, impresionan por sus colosales proporciones. Pero existe una criatura africana que, al margen de su tamaño, su porte y su apariencia física, es famosa entre todos los cazadores y zoólogos, precisamente por su peligrosidad. Me refiero al búfalo cafre, el gran bóvido de las sabanas. Porque se sabe que este herbívoro ha causado más víctimas entre sus enemigos naturales incluido el hombre, que cualquier fiera, aparentemente más agresiva e incontrolable.

Para los cazadores europeos y americanos que buscan en África emociones fuertes, el búfalo ha constituido siempre una pieza codiciada. Porque si el tirador no acierta a derribarlo del primer disparo, su obligado rastreo resulta sumamente peligroso. El búfalo herido se retira hacia los más impenetrables matorrales y trata siempre de dar un rodeo para atacar por la espalda al hombre que lo busca, en un paraje que dificulta la visibilidad y los movimientos.

En la carga, el sólido rumiante, que puede alcanzar la tonelada de peso, avanza en línea recta, quebrando el matorral a su paso. Contrariamente a los toros, lleva siempre la cabeza levantada y el hocico al viento, para no perder el contacto olfativo con la víctima. Su fino oído y su aguda vista completan el dispositivo agresor, conjugándose con una agilidad inesperada en el volumen del rumiante. Sus cuernos, extraordinariamente macizos, forman como un casco sobre la frente, para curvarse luego hacia abajo y emerger en dos afiladas puntas laterales. Basta el simple testarazo del escudo central para matar a un hombre. Pero el búfalo acostumbra a ensañarse con sus enemigos, a los que pisotea después de derribarlos. Y aún se dice que con su lengua, áspera como papel de lija, puede lacerar la piel y los músculos.

¿Tendríamos que pensar tras esta comprometida descripción que el búfalo es un ser odioso, merecedor de la más despiadada persecución? En absoluto, porque este apacible torazo sólo ataca cuando es acosado, comportándose, en condiciones normales, como una criatura inofensiva y tímida. Una abrasadora mañana de la gran Fosa del Rift, estábamos filmando pelícanos blancos en las riberas del lago de Mañara, cuando sorprendimos a media docena de grandes búfalos machos, revolcándose en un lodazal.

Félix Rodríguez de la Fuente

PRUEBA DE COMPRENSIÓN

1. Son animales célebres por su belleza:

a. Los leones.

b. Los antílopes y gacelas.

c. Los búfalos.

2. El búfalo cafre destaca por su:

a) Peligrosidad.

b) Tamaño.

c) Porte.

3. El búfalo es:

a) Carnívoro.

b) Herbívoro.

c) Omnívoro.

4. ¿Dónde vive el búfalo?

a) La selva virgen.

b) El desierto.

c) La sabana.

5. ¿Por qué es peligroso el búfalo herido?

a) Porque ataca por la espalda.

b) Porque ataca en el descampado.

c) Porque se pone furioso.

6. ¿Cuánto llega a pesar un búfalo cafre?

a) Una tonelada y media.

b) Una tonelada.

c) Media tonelada.

7. ¿Cómo lleva la cabeza cuando ataca?

a) Baja.

b) Inclinada.

c) Levantada.

8. Después de derribar al enemigo, el búfalo:

a) Lo pisotea.

b) Le da cornadas.

c) Le cocea.

9. ¿Cuándo ataca el búfalo?

a) En época de celo.

b) En primavera.

c) Cuando es acosado.

10. ¿Dónde se vieron seis búfalos revolcándose?

a) En la Fosa del Rift.

b) En África del Sur.

c) En Tanzania.

EL PIRINEO

Río Aragón. Valle Aragón. De pronto, el paisaje se ensancha para que el viajero pueda contemplar las gigantescas moles nevadas de "Collarada" y "La Espata". Abajo ríe el agua como el cristal, canción y espejo.

Villanúa se extiende sobre la llanura, bajo las montañas coronadas de blanco. La vida -más de dos mil habitantes en verano y trescientos en invierno- se desarrolla en el llano, pero en el hombre alienta siempre una irresistible tentación de subir a la montaña. La ilusión por las cumbres viaja con cada vida.

Huesca corre en este punto a su encuentro con Francia. La región nació en los desfiladeros pirenaicos; la huella de nuestros primeros pobladores -lo aragonés- ha quedado presa en el tiempo.

Villanúa se ha dado cita en el kilómetro 330 de la carretera de Madrid a Francia, a mitad del camino entre Jaca y Candanchú -catorce kilómetros en una o en otra dirección- y a ciento tres de la capital de la provincia.

Recuerdo las palabras de Ramón J. Sender, cuando hablaba de Villanúa. Desde la cima de "Collarada" el escritor veía el Atlántico. O le parecía verlo. Mejor sería decir que lo intuía y lo soñaba. El espejismo de la nieve abría rutas imprevistas hacia el océano azul. Sender sigue soñando con sus veraneos en Villanúa y sus visiones atlánticas.

De niño se dedicaba a espiar a Ramón y Cajal, que también veraneaba en Villanúa. Desde entonces, la "Fuente del Paco" ha cobrado fama. Las gentes del lugar aseguraban que aquellas aguas sulfurosas curaban el mal de entraña. Cajal se reía de tales afirmaciones

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