Reflexiones sobre Hamlet: Análisis desde lo femenino

Reflexiones sobre Hamlet: Análisis desde lo femenino

Por: Andrea Gutiérrez Galvis

Presentado a: Gustavo Zafra Roldan, Carlos Andrés Uribe Piedrahita y Liliana Giraldo Aristizabal

Hamlet es una obra dramática escrita por William Shakespeare en 1603, la cual ha sido y se ha conservado como una de las lecturas obligadas dentro de la formación académica, además forma parte trascendental del canon occidental y se sostiene como una pieza literaria fundamental en el género dramático universal.  Desde un primer acercamiento, la obra retrata de modo escalofriante la mezcla de honor, hipocresía, venganza, locura, amor y desamor que es característico de la naturaleza humana.

Con respecto al argumento, la obra comienza cuando muere el rey de Dinaarca Hamlet y su hermano Claudio sube al trono, casándose con Gertrudis, la reina de Dinamarca y el príncipe Hamlet entra en una profunda depresión.  Tiempo después el fantasma de su padre le revela que Claudio lo asesinó para acceder al poder y exige venganza, principal acontecimiento de la tragedia, en otras palabras, Hamlet es una típica tragedia llena de tensión, que percibe a lo largo de todo el relato, con actos de pesimismo y melancolía, presentes en cada uno de sus personajes.

La figura del príncipe se puede considerar como el centro de nuestra atención analítica por medio de sus monólogos y su desarrollo dramáticos desde la belleza y misticismo. Sin embargo, aunque la figura de Hamlet se presenta abrumadora, una segunda aproximación a la obra nos demostrará que no podemos subestimar a los personajes que circulan en torno de él mismo.

Se hablará de la figura de Ofelia y Gertrudis, siendo las dos únicas mujeres en la totalidad de la obra, Ofelia es uno de los personajes más desapercibidos debido a la debilidad de su carácter, su obediencia incuestionable y su triste final. Desde el análisis dramático de los personajes, Ofelia, se considera como el balance o el paralelo coordinado dentro del  desarrollo del ser y la existencia que sujeta a Hamlet^[1] y Gertrudis se considera como una mujer que a pesar de tener poder y libertad en el reino sigue siendo manipulada por los hombres del mismo, a pesar del perjuicio social por su infidelidad a Hamlet padre, su primer esposo. No obstante, los  personajes femeninos de Ofelia y Gertrudis se encuentran en una postura no liberal en relación a los personajes masculinos, quienes están destinados a combatir, pensar y decidir dentro de una época en donde la mujer no jugaba un rol primordial en la sociedad.

El presente ensayo pretende analizar, comparar y contrastar la perspectiva de Ofelia y Gertrudis desde su interacción y desenvolvimiento sociodramático en torno a la figura del príncipe y el resto de los personajes. De igual manera se entenderá este ensayo desde la femineidad o la construcción de una definición de lo femenino por parte del entorno renacentista. De esta manera se busca aproximar la obra por medio de los diálogos y las apariciones escénicas, con el fin de entender la importancia que tiene Ofelia dentro de la obra de Hamlet, no solo como una representante del género femenino de la época, sino como una persona trascendental dentro de la búsqueda y comprensión de la identidad del ser humano.

Desde los siglos XVI hasta el siglo XIX, se pronunciaba desigualdad entre los géneros, es así como John Donne poeta metafísico afirma “que tratar a la mujer como deidades era impío, y como demonios diabólicos. Convertirlas en amantes es cobarde, y en sirvientas innoble”. De esta forma, la mujer no adopta un carácter de absoluta igualdad frente a los hombres, al menos en la nobleza se consigue cierta categoría de respeto y reconocimiento. Desde Hamlet, se demuestra que Shakespeare aborda la feminidad rebelde en la época desde Ofelia y Gertrudis, las dos únicas personajes de la obra, que se desenvuelven en un entorno marcado por los roles masculinos. Es por esta razón que la feminidad y su identidad personal se ve limitada por la opresión de las acciones y pensamientos masculinos, misma que demuestra que la liberación de la mujer se sigue cuestionando.

Para el entendimiento más profundo del género femenino en la obra es necesario abordar la figura de Gertrudis, reina y madre del príncipe Hamlet. Gertrudis se presenta como una figura que posee libertad desde el desenvolvimiento social femenino, dado que tiene una posición jerárquica y una personalidad desenfrenada e interesada, pues la reina tiene el control de su vida  y es capaz de tomar decisiones como cualquier hombre del Reino de Elsinor. Así, pese a su carácter carnal y su asociación de forma culpable con Claudio, el asesino de su primer esposo.  Esto se evidencia cuando su hijo Hamlet se dirige a ella para hablar de la muerte de su padre.

“Gertrudis: mi buen Hamlet, retira la noche de tu semblante y vuelve tus ojos amables al rey de Dinamarca. Deja de buscar- tus párpados cerrados- entre el polvo a tu muy noble padre.

Mismo que ciertamente enfurece al príncipe, Hamlet: Todavía la sal de sus pérfidas lágrimas, no han cesado de fluir de sus ojos irritados y desposada ya. ¡Oh, cuán persevera ligereza!”

(Shakespeare, 2012, págs. 4-5).

Así las cosas, la infidelidad denota un sentimiento libertino respecto a la sexualidad y el pleno dominio de su identidad sin importar el rol social femenino que el reino y su hijo espera de ella. Sino por el contrario, empodera la feminidad y libertad del prejuicio social, es una condición que tiene una identidad sólida y libre que desafía a su contraparte masculina.

Finalmente, Gertrudis es una mujer que se mueve por el interés y la manipulación de hombres que circulan en su entorno como su hijo y su esposo. “Gertrudis: Habéis ofendido gravemente a vuestro padre, Hamlet. Hamlet: Madre, vos habéis ofendido gravemente al mío” (Shakespeare, 2012, pág. 34)”.  Es una figura que claramente se cautiva dentro del prototipo de mujer como esposa y madre cuya identidad se sostiene basada en que no libera ni esclaviza la voluntad masculina. Ambas mujeres son completamente diferentes: en la reina se muestra una libertad femenina empoderada, pero sometida al capricho y manipulación masculina y en Ofelia se muestra todo lo contrario, ella es la parte sumisa, obediente e incuestionable que termina liberándose a sí misma de forma destructiva.

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