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Robin Hood


Enviado por   •  2 de Agosto de 2012  •  1.122 Palabras (5 Páginas)  •  738 Visitas

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A pesar de los tristes acontecimientos que desencadenaron la existencia del grupo refugiado en Sherwood, la vida allí había ido normalizándose. Muchas familias habían logrado reunirse. Incluso muchos niños habían venido al mundo en aquel bosque. Además, todos se sentían miembros de una gran familia y todos se ocupaban de todos.

Recientemente se había incorporado a la banda el padre Tuck. Era un fraile que había vivido siempre solo, retirado en el campo. Muchas personas, tanto nobles como plebeyas, acudían a él con frecuencia a pedirle consejo. Su influencia en las gentes y su apoyo personal a los principios que defendían los proscritos de Sherwood, hicieron que las autoridades del príncipe Juan dictaran orden de captura contra él. Esto obligó al buen fraile a refugiarse también en Sherwood. Allí, sus aportaciones fueron muy importantes. No sólo celebraba misa todos los domingos, sino que unió a varias parejas en matrimonio, bautizó a muchos niños, se ocupaba de la educación de pequeños y mayores y, como tenía conocimientos de medicina, cuidaba de la salud de todos.

Aunque la vida cotidiana en Sherwood no era fácil, también había momentos para la diversión. Uno de ellos, quizá el más célebre, fue el día en el que Robin y algunos de sus hombres acudieron a un torneo de tiro con arco que se celebraba en una ciudad próxima.

Robin y los suyos se habían convertido en verdaderos expertos en el manejo del arco: única arma disponible en su refugio del bosque.

Todos los premios del torneo los acaparó el grupo de Sherwood. Finalmente, la última prueba, recompensada con una bolsa de monedas de oro, la superó sin dificultad Robin Hood para asombro de todos los presentes.

Cuando el alcalde de la ciudad entregó el premio al vencedor, le preguntó su nombre. Robin, vestido como un caballero y sin su típica capucha, contestó:

-Mi nombre es Robin Hood.

La carcajada fue general. Cuando las risas cesaron, el alcalde volvió a preguntar al ganador por su nombre.

-Señor, ya os lo he dicho. Mi nombre es Robin Hood.

El alcalde comprendió entonces que el desconocido no estaba bromeando. Llamó a gritos a sus soldados para que lo apresaran. Pero era demasiado tarde. Robin y los suyos habían huido a todo galope en sus caballos.

Otra de las más famosas y animadas aventuras de Robin, que demuestra su afán de diversión y su buen humor, comenzó un día cuando encontró en un camino a un anciano alfarero que iba a la ciudad de Nottingham a vender su mercancía

El anciano se mareó y cayó al suelo. Robin se acercó a reanimarlo. Le dijo quién era y le ofreció quedarse en el bosque de Sherwood. Mientras, él mismo iría al mercado y le traería el dinero de la mercancía que vendiese.

-Gracias, Robin. Puedo confirmar que lo que he oído sobre vos es cierto. Necesito el dinero para la boda de mi hija, pero está claro que no puedo continuar hasta Nottingham. Acepto vuestro favor y descansaré en Sherwood. Os advierto que hay una vajilla de oro muy valiosa entre los objetos de la carreta.

Robin llegó a la ciudad y pronto consiguió vender todo, ya que tanto la mercancía como los precios resultaron muy atractivos para las gentes. Sólo se reservó la vajilla de oro porque le rondaba una idea en la cabeza.

El interés de los objetos ofrecidos por el mercader llegó a oídos del corregidor Robert de Reinault, quien lo llamó a su palacio. Eso era, precisamente, lo que Robin tenía previsto.

Cuando el mercader traspasó las puertas de la mansión del

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