Tipos De Narraciones Literarias

El mito de Isis y el nombre del Dios Sol.

Los antiguos egipcios creían firmemente en la magia, formaba parte de sus vidas de forma natural y constante, creían que la diosa Isis disponía de un poder especial y uno de sus mayores logros tuvo lugar en el mito que voy a relatarles ahora mismo.

Isis, mujer muy inteligente tal y como se puede ver en cualquiera de los relatos sobre ella, conocía absolutamente todo lo relacionado con el cielo y la tierra. Por su mente solo pasaba un deseo, situarse junto a su hijo Horus a la cabeza del panteón de los dioses, y la única forma de lograrlo era descubriendo el nombre secreto de Ra.

Isis necesitaba cumplir su misión, así que una noche mientras Ra dormía se acercó sigilosamente, de la comisura de los labios de Ra colgaba un largo hilo de saliva que fue aumentando de volumen hasta que finalmente se cayó al suelo.

Isis la recogió, y la mezclo con arcilla, tras esto comenzó a moldear una serpiente venenosa a la que finalmente le dio vida utilizando la magia.

Isis conocía los movimientos de Ra, sabía que a menudo abandonaba el palacio y salía a dar un paseo en el cual había un cruce de caminos.

Isis dejó allí a la serpiente y se quedó expectante.

En su regreso Ra, se vio atacado por una serpiente, el fuerte dolor del mordisco le hizo llamar a los otros dioses para solicitar ayuda. Fiebre, dolor, escalofríos, y nadie que pudiese ayudarle, todo el mundo comenzó a llorar la inminente pérdida del sol.

Pero cuando todas las esperanzas estaban perdidas, Isis realizó una entrada triunfal, podía curarle pero solo si le decía su nombre. Una y otra vez Isis le prometía la cura a cambio del nombre y una y otra vez el dios se negaba y rechazaba la ayuda, hasta que al final en su agonía no soportó más el dolor y accedió, tan solo al pronunciar el nombre en voz alta el veneno desapareció. Ra estaba curado e Isis y Horus lograron el poder con el que tanto habían soñado.

La leyenda del Sol y la Luna

Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.

-¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron.

Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:

-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.

Después los dioses preguntaron:

-¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio.

-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y él obedeció de buena voluntad.

Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego.

Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. entonces dijeron:

-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.

Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse

Luego los dioses dijeron:

-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego.

Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también se aventó.

Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:

-Por ahí aparecerá Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto.

Nadie

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