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Valeria Y Batuque


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  1.244 Palabras (5 Páginas)  •  281 Visitas

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Valeria era una niñita afortunada. Tenía un lindo perro propio. Batuque había llegado a la casa como cachorrito cuando Valeria era muy pequeña, y ambos habían crecido juntos. Se querían demasiado. A veces Valeria jugaba a que batuque estaba enfermo. Entonces ella se vestía de enfermera y trataba de darle algún medicamento con un frasquito. Pero batuque era demasiado inteligente para aceptarlo. No le molestara que lo vendara por todas partes, pero en cuanto a tomar una medicina, solo lo hacía si tenía mucha azúcar.

Batuque seguía a Valeria por todas partes. Si ella iba con su mama a hacer las compras, las acompañaba. Hasta iba a la escuela con ella, y a duras penas lograban impedir que entrara en el aula. Sin embargo, era muy obediente, y cuando Valeria muy seria le decía: ¡NO¡, batuque siempre hacia lo que se le ordenaba.

Una noche batuque desapareció. Por la mañana, Valeria fue como siempre hasta la casa de batuque para darle su desayuno, pero no estaba allí. Todo el dia espero a que volviera, pero no regreso.

-Mama- dijo por fin-, tengo que ir a buscar a batuque. Estoy segura de que estará muerto de hambre por allí. Pero la mama la convenció de que esperara hasta la mañana siguiente para ver si volvía. Pero llego la mañana y no se veía a batuque por ninguna parte. Ambas comenzaron a alarmarse, preguntaron a los vecinos, y hasta fueron a la policía en vano.

Cuando Valeria llego esa tarde a su casa después de las clases y se entero de que batuque no había regresado, decidió salir a buscarlo. Conocía un lugar que a batuque le gustaba mucho, y se le ocurrió que tal vez había ido allá y, había sufrido un accidente. Era un bosquecillo un poco afuera del pueblo, en el que había muchos conejos.

Valeria estaba tan ansiosa de encontrar a su amado batuque que no tuvo miedo del bosque ni del camino solitario. Valientemente siguió su camino, llamando: ¡batuque! ¡batuque! Cada pocos metros. Pero no obtenía respuestas; batuque no venia corriendo, saltando y ladrando hacia ella. Comenzó a desanimarse un poco y se preguntaba si realmente valía la pena seguir buscándolo. Pero decidió que caminaría otros trescientos pasos antes de abandonar su búsqueda.

Comenzó a contar los pasos y pronto llego a cien, luego a doscientos y finalmente a trescientos Estaba a punto de dar la vuelta y emprender su regreso, cuando escucho un leve quejido, como alguien que sufre un fuerte dolor. Valeria se asusto mucho, pues se dio cuenta que estaba completamente sola en el bosque. Luego oyó el quejido otra vez, pero ahora era algo diferente. Le pareció que había oído ese mismo quejido algunas veces en medio de la noche, cuando batuque se sentía solo o cuando le daba por ladrarle a la luna, como le hacen algunos perros.

Otra vez oyó el mismo quejido, ahora más claramente. Valeria se convenció de que era batuque. Fue necesario juntar todo el valor posible pero ella estaba decidida a rescatar a su preciosa mascota que se aparto del sendero y camino por entre los árboles en la dirección desde el cual había escuchado los quejidos.

Al acercarse, el lamento llego a ser cada vez mas claro hasta que vio a batuque entre los arbustos. Allí estaba echado en el suelo, con su pata trasera atrapada en una trampa para oso.

-Mi pobre batuque!-Exclamo mientras se arrodillaba a su lado-. De alguna manera tengo que librarte.

Valeria nunca había visto una trampa como esta ante, pero se puso a mover las piezas hasta que consiguió abrir los dientes lo suficientemente como para que el pobre de batuque pudiera sacar su pata de entre ellos. Batuque quiso expresarle su agradecimiento pero estaba demasiado débil

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