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El hombre según Rousseau

pconchaInforme3 de Agosto de 2018

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Integrantes:        Valentina Concha

                                                                                        Camila González

                                                                                        Isidora Madriaga                                                                                        Mariana Sobarzo

                                                                                        Paula Vallejo

Curso:                 II°B

Profesor:         Elías morales

Fecha:        29 de junio de 2018

INTRODUCCIÓN

En este trabajo intentaremos explicar cuál era la problemática del hombre según el filósofo Suizo Jean Jacques Rousseau.  Antes de comenzar con nuestro trabajo, nos gustaría dar una mirada a este hombre que no sólo se reconoce como uno de los pensadores más destacados de la Ilustración, sino que también, gracias a su extensa y revolucionaria obra escrita, brilló como uno de los filósofos más importantes de la historia.  

Jean Jacques Rousseau tal como lo dijimos en el párrafo anterior, vivió durante el período de la Ilustración que fue un movimiento intelectual y cultural europeo que tuvo su mayor apogeo en Francia, Inglaterra y Alemania.  Los principales temas que desarrolló este movimiento fueron la razón, el progreso y la libertad.  No obstante, Rousseau fue un Ilustrado atípico, ya que muy por el contrario a los conceptos que se manejaban en la época, señalaba que la ciencia y la  razón habían sido la causa de muchas desgracias, es decir, según el autor el avance de la cultura y de la educación no siempre es sinónimo de avance de la sociedad, sino que puede conducir la vida a un estado peor.

En este trabajo intentaremos dar una mirada al pensamiento que Rousseau tenía del hombre y trataremos de entender por qué el autor manifestaba que el hombre es bueno por naturaleza y que no es otra que su vida en sociedad lo que lo corrompe y lo transforma en mala persona. Así tenemos dos aspectos fundamentales que lo diferencian del resto de los pensadores ilustrados: por un lado manifiesta una concepción negativa de la cultura y la civilización; y por otra, una reflexión positiva de la política y el gobierno.

Adentremos entonces en esta mirada diferente y conozcamos que nos dice  Rousseau en lo que al hombre se refiere.


DESARROLLO

Rousseau nació en Ginebra, Suiza en 1712 y se dedicó a múltiples actividades, fue seminarista, músico, empleado público y fue en 1749 cuando la Academia de Dijon le abrió las puertas  de los grandes pensadores y escritores de la época, fue en ese momento en que comenzó su intensa producción literaria.

En la medida en que investigamos acerca del filósofo Jean Jacques Rousseau nos vamos encontrando con un hombre crítico del movimiento y sobretodo del pensamiento Ilustrado,  movimiento que tenían una idea muy positiva del  progreso y del individualismo.  Nuestro filósofo  muy por el contrario, piensa que existe una gran diferencia entre el hombre natural y el hombre social y que la ciencia y la inteligencia  no son elementos de progreso y desarrollo humano. Para el autor no hay nada más importante que el hombre en su estado natural, anterior a la vida social, donde el ser humano era sencillo y feliz, en que su objetivo principal, era su sano amor por sí mismo, cuando no buscaba el mal de los otros,  muy por el contrario mantenía sentimientos puros, no coartados ni envenenados por el prejuicio social.  Rousseau insiste en exponer que los avances tecnológicos aumentaron la competitividad y con ello el egoísmo y fueron llevando al hombre poco a poco a olvidar los sentimientos más puros conseguidos en su etapa natural.  Para el filósofo debilidades humanas como la envidia y la vanidad han ofrecido una falsa idea  al hombre que con ellas serían más libres, cuando es totalmente lo contrario, lo único que han logrado es ser esclavos de un orden social y político despótico  y entrar en la vorágine de las exigencias sociales como el lujo, el escalamiento social, la desesperación de ser mejores sin importar que haya que hacer para lograrlo.

Una de las preguntas que se hace el autor es ¿cuál es el estado natural del hombre? Para Rousseau, a diferencia de lo que piensan sus contemporáneos, el hombre, antes que razón calculadora y egoísta, es sentimiento.  Para él los sentimientos más importantes son el amor así mismo, el instinto de supervivencia y la piedad hacia sus semejantes, rechazando todo aquello que produzca sufrimiento ajeno.  El autor hace hincapié en no confundir el amor así mismo, con el amor propio o egoísmo; que básicamente son sentimientos que se generan en la vida en sociedad y que sólo llevan al hombre a darse importancia por sobre los demás y que inevitablemente provoca odio, lucha y rencor.  En el estado natural el hombre se mueve puramente por instintos, carece de razón, pero sin embargo, es consciente de su libertad.  En este estado el hombre no conoce la virtud y tampoco es moral, en él sólo predomina el sentimiento de piedad ante los otros, evitando el sufrimiento ajeno. Este estado natural no enfrenta al hombre por posesiones ni pasiones, las únicas diferencias que podrían tener son físicas.

Este pensamiento estaba en contra posición al pensamiento ilustrado, que por esos años hacía furor en Europa, que defendía la existencia de derechos naturales, entre los que destacaba el  “derecho a la propiedad privada” y el “poder arbitrario y despótico” según Rousseau en ambos casos una parte de la población es  privada de libertad y conducida a estar sometida. El autor nos señala que la vida en comunidad sólo lleva al hombre a tener deseos de protección, de libertad y egoísmo, ya que adquiere sentimientos morales que sólo se logran en la vida social, por lo tanto, nos indica que la sociedad no es más que el factor de desmoralización más elemental, es así como nos señala “La guerra de hombre a hombre no puede existir ni en el estado natural, en el que no hay propiedad constante, ni en el estado social donde todo está bajo la autoridad de las leyes” [1]No obstante Rousseau está consciente que no se trata de volver al hombre a un estado primitivo, sino que muy por el contrario hay que analizar la sociedad para encontrar en ella qué es lo que produce  esa infelicidad y egoísmo en el ser humano, para ver cuál es su causa y reformarla de manera tal que pueda ser una comunidad que haga felices a los hombres.

Para el autor los problemas comenzaron a surgir con la aparición del sedentarismo ya que surgen las primeras propiedades privadas de la tierra y por lo tanto, las primeras diferencias entre aquellos que tenían y los que no, con ello la dependencia entre unos y otros por el trabajo de la misma. Fue así como cuando las propiedades se tocaron unas con otras y los propietarios no tenían como extenderse más sino a costa de otros, comenzaron los conflictos, el desorden y el hombre perdió la piedad por  el otro.  Así fue como se establecieron los ricos y los pobres  y con el paso del tiempo,  decidieron darse un poder supremo que los gobernara con leyes, que en un principio, establecían que debían proteger a todos, pero que en realidad, lo único que hacían era garantizar el poder de los propietarios, éste sería entonces el comienzo del Estado.  Para el filósofo, éste sería también, el comienzo del deterior moral del ser humano, implantándose la desigualdad, los enfrentamientos sociales, en los cuales primaba el egoísmo, pues el deseo era tener cada día más, así fue entonces, como la sociedad  llegó a ser injusta impidiendo la realización plena del ser humano, pues todo lo que busca está muy lejos de llevarlos a encontrar la verdadera felicidad.

No obstante lo anterior, Rousseau no planea la posibilidad de abolir la propiedad privada, ya que la considera como un derecho fundamental que da un orden social, más bien nos señala, que la solución es reformar la sociedad, sin querer volver a un estado primitivo, sino que la idea del estado natural debe servir para crear las bases de una sociedad más justa, de acuerdo a lo que el ser humano era en sus orígenes, tratando de establecer un pacto social donde se puede armonizar la libertad, la igualdad, y el poder político, estableciendo un contrato social en que el pueblo sea el soberano.  Establece que en el horizonte de esta nueva sociedad, la educación  juega un papel fundamental, ya que según él la comunidad política hay que fundarla desde abajo.  Si bien es cierto, el comienzo de esta nueva educación debe ser el hombre natural, el objetivo final, no puede ser el hombre culto y refinado de la sociedad Ilustrada, pues es él quien reúne todos los males de la sociedad, sino debe tomar todo lo bueno de los sentimientos del hombre natural para su mejora y perfección.  Rousseau se refiere a una educación moral, que permita al hombre distinguir entre el bien y el mal, atender el bien común antes del propio.  Para ello se debe atender el desarrollo personal del niño y educar para la formación moral de buenos ciudadanos.  De esta manera y teniendo como base la tolerancia, sería posible crear una sociedad que esté de acuerdo con las ideas de los demás.

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