Guía de trabajo cultura y valores Unidad 2
Juan Pablo AlvarezTarea27 de Agosto de 2022
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ASIGNATURA: CULTURA Y VALORES
Unidad 2: Ideales y Valores de la Cultura Clásica
Docente: Ximena Iturra R.
Estudiante(s): Juan Pablo Álvarez M.
Sección 1 Vespertino
Guía 1 (ponderación 20%) La cultura Griega y sus legados al mundo Occidental.
La guía puede ser realizada en forma individual o de dos personas)
Fecha de entrega 20 de Mayo
Lea(n) lo siguiente y luego respondan las preguntas planteadas a continuación
Puntaje total de la guía 34 puntos
Algunas consideraciones generales en relación al origen de la filosofía
La filosofía griega nace en la época Arcaica aprox. (siglo VI a.c.) particularmente en las regiones de Jonia (cercano oriente) y en la Magna Grecia (colonias de la península Itálica e isla de Sicilia actual), en la primera etapa de esta nueva forma de explicar el mundo en base al logos (razón), los griegos se preocuparon por entender el funcionamiento del cosmos, se aparataron de las ideas mitológicas como explicación de todo lo que ocurría en la naturaleza, y se enfocaron en descubrir el principio original de todo en la naturaleza al que llamaron arjé. Este principio consideraban filósofos como Tales, debía ser el agua, para este hombre de Mileto, todo iniciaba y terminaba en este elemento, permanente en el tiempo. Otros filósofos discípulos de Tales, como Anaxímenes, consideraba al aire como el arjé, mientras que Anaximandro decía que el principio de todo era algo indeterminado (ápeiron) de carácter material y permanente en la naturaleza.
Uno de los pensadores de la época presocrática fue Heráclito de Efeso, considerado uno de los más importantes de su tiempo, el oscuro, como lo llamaron, generó ideas que siguen siendo materia de discusión, y fueron la base del pensamiento de autores modernos como Hegel o Marx. De Heráclito no quedan textos, sino mas bien frases, que dan cuenta de su pensamiento, una de las máximas más reconocidas del filósofo es “No puedes embarcar dos veces en el mismo río, pues nuevas aguas corren tras las aguas”, a diferencia de otros presocráticos, “el oscuro” planteaba una idea distinta en relación a lo que era el arjé.
En la magna Grecia, en tanto, otros filósofos, como Pitágoras de Samos, desarrollaron su pensamiento asociado a las matemáticas, en ese mismo sentido, al plantear un origen de todo, sostenía que los números eran anteriores a todas las demás cosas, por tanto eran ellos el principio de la naturaleza.
Hacia el siglo V a.c. Algunos filósofos se centraron únicamente en el hombre y su relación con otros, dando paso a otra etapa denominada como filosofía antropológica[1]. Una figura central en este segundo momento, fue Sócrates, quien estaba interesado en el estudio del hombre y su moralidad. Como creía en que solo, a través del diálogo y la discusión se puede llegar a la verdad, en su vida no dejó ningún escrito y únicamente sabemos de él, por sus contemporáneos y discípulos como Platón, siendo Sócrates el personaje principal de los diálogos platónicos (los textos platónicos fueron escritos en su mayoría como diálogos). Para Sócrates, su labor consistía en auxiliar a otros (y no enseñar, como decían los sofistas) a llegar a la verdad mediante el diálogo, a partir del método socrático[2], que consistía en la ironía socrática y la mayéutica, en la primera parte, se hacían preguntas en relación a una certeza del interlocutor, hasta que este comenzará a dudar de sus certezas iniciales, en ese momento pasaba a la segunda parte, la mayéutica (arte de parir ideas) que es cuando se construye el conocimiento verdadero. Cuando Sócrates preguntaba, por ejemplo: ¿Qué es la justicia?, pedía una definición. Definir es poner límites a algo, y por ello, decir lo que algo es. Por tanto, la definición nos lleva a la esencia y el saber entendido como un simple percibir se convierte en un nuevo definir, que nos lleva a decir lo que las cosas son, descubrir su esencia. Sócrates pensaba que cada uno en base al diálogo y la reflexión personal podía llegar a conocer lo verdadero, de ahí la frase utilizada por el “conócete a ti mismo” sin embargo, también estaba consciente de la inmensidad del saber, por lo que también tenía una frase conocida hasta el día de hoy “sólo sé que nada sé”.
Contemporáneos a Sócrates fueron los sofistas, (maestros de la sabiduría) eran maestros ambulantes que cobraban por sus enseñanzas, y que tuvieron gran importancia en el contexto político de Atenas, porque existían sofistas con distintos conocimientos, los más reconocidos eran los dedicados a la retórica (disciplina que provee de herramientas y técnicas, para expresarse en forma oral y escrita de la mejor manera posible) porque sus habilidades eran enseñadas a quienes querían resaltar en la asamblea (también llamada Ekklesia) donde se reunían todos los ciudadanos de la democracia ateniese a decidir qué era lo mejor para la polis de Atenas.
A diferencia de Sócrates, los sofistas no creían en la existencia de verdades absolutas. Su pensamiento se caracterizó por su escepticismo relativo, no hay verdades absolutas y en caso de que las haya, el hombre no las puede conocer. Como ejemplo a lo anterior un importante sofista como Protágoras dijo: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Acusado de impiedad, Protágoras se exilió, pereciendo ahogado en el trascurso de su viaje a Sicilia.
La filosofía cuyo nacimiento se genera en la Antigua Grecia, tuvo distintos exponentes, que aportaron con sus planteamientos a la construcción del pensamiento occidental. Pero, sin duda, existieron entre el siglo V. y IV a.c. Dos hombres que forman la cúspide del pensamiento filosófico griego de la antigüedad, Platón y Aristóteles.
En el caso del primero, busco demostrar la existencia de una verdad fija, estable necesaria que se diferencia de la movilidad y de los cambios constantes de los seres del mundo físico. Platón considero que aquello verdadero y estable no está en las cosas del mundo real que son cambiantes e inestables, sino en las ideas que son inmutables y eternas. Las ideas son la auténtica realidad, tan auténtica que la realidad que nosotros vemos la explica como un reflejo de esa realidad primera.
Para Aristóteles, quien fuera discípulo de Platón, coincidía con su maestro en la existencia de verdades absolutas, pero difería de Platón en la existencia de un mundo perfecto y eterno que su maestro llamó el mundo de las ideas, para Aristóteles solo existe el mundo real.
A lo largo de su vida Aristóteles, escribió sobre variadas materias pasando por la ética hasta zoología, esto también puede explicar, el que fuera el primero en clasificar las ciencias: las ciencias teóricas, física, matemática y teología. Ciencias prácticas; economía, política y ética. Ciencias poéticas o productivas; retórica, arte y poética.
A continuación revisen el siguiente recurso y contesten la pregunta seis, Alegoría de la Caverna (Texto: La República, libro VII, Autor Platón)
Sócrates: … en una caverna subterránea, con una entrada tan grande como la caverna toda, abierta hacia la luz, imagina hombres que se hallan ahí desde que eran niños, con cepos en el cuello y en las piernas, sin poder moverse ni mirar en otra dirección sino hacia adelante, impedidos de volver la cabeza a causa de las cadenas. Y lejos y en lo alto, detrás de sus espaldas arde una luz de fuego, y en el espacio intermedio entre el fuego y los prisioneros, asciende un camino, a lo largo del cual se levanta un muro.
Glaucón: Me lo imagino perfectamente.
Sócrates: contempla a lo largo del muro hombres que llevan diversos vasos que sobresalen sobre el nivel del muro, estatuas y otras figuras animales en piedras o madera y artículos fabricados de todas las especies … ¿crees que los prisioneros puedan ver alguna otra cosa, de sí mismos y de los otros, sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la pared de la caverna que está delante de ellos?... ¿y también de la misma manera respecto a los objetos llevados a lo largo del muro? Y si pudieran hablar entre ellos, ¿no crees que opinarían de poder hablar de éstas (sombras) que ven como si fueran objetos reales presentes? … y cuando uno de ellos fuera liberado, y obligado a alzarse repentinamente, y girar el cuello y caminar, y mirar hacia la luz… ¿no sentiría dolor en los ojos, y huiría, volviéndose a las sombras que puede mirar, y no creería que éstas son más claras que los objetos que le hubieran mostrado? … y si alguien lo arrastrase a la fuerza por la áspera y ardua salida y no lo dejase antes de haberlo llevado a la luz del sol, ¿no se quejaría y se irritaría de ser arrastrado, y después, llevado a la luz y con los ojos deslumbrados, podría ver siquiera una de las cosas verdaderas?
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