La psicología del arte
Oscar PabónEnsayo25 de Agosto de 2020
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LA PSICOLOGÍA DEL ARTE
Antes de entrar en materia, es imprescindible comprender que la psicología en general, y más específicamente la del arte, tal y como la conocemos es una ciencia relativamente nueva. No obstante, los primeros vestigios pueden hallarse esparcidos a lo largo de la historia por filósofos y artistas.
Si bien es cierto, esta rama de la psicología que es la psicología del arte, tiene como objetivo describir y explicar los fenómenos de la conducta y experiencia humana todo esto en correspondencia con las obras de arte. Estos fenómenos los vamos a encontrar divididos en los procesos de creación y apreciación artística.
Para delimitar de forma más explícita los dos campos mencionados anteriormente veámoslo desde las personas que intervienen en dichos procesos: los artistas, quienes cumplen el papel de creadores o ejecutores del arte; y los espectadores que se constituyen como los observadores de la obra de arte.
Ahora bien, estos problemas en el pasado eran bastante específicos y cerrados, pues antiguamente se creía que solo había una manera de hacer arte y que solo había un tipo de artista y que la manera de apreciarlo era una sola también. Todo giraba en torno a la belleza; los objetos artísticos guardaban medidas especiales que le otorgaban esa carga de “belleza”.
Desde los antiguos filósofos griegos encontramos que el genio o el artista poseía un contacto directo con los dioses y el análisis estético se hacía desde concepciones metafísicas, místicas o esotéricas. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo se irían encontrando nuevas perspectivas psicológicas que describirían los fenómenos desde otros puntos de vista.
En ese sentido, tenemos a Aristóteles que nos habla de diferentes tipos de artes y de cómo estos ocasionan variadas emociones en los individuos; encontramos también a Le Bossu quien en el siglo XVII postula una teoría tecnológica del arte como sistema adaptativo de medios a sus fines; por otro lado, encontramos a hume, en el siglo XVIII hablando de la teoría asociacionista donde la psicología del arte miraría la imaginación y las emociones de manera integral; durante el siglo XIX con la teoría de la evolución de Darwin se toman otras ópticas referente a la psicología del arte, y Dewey, tomando referencia de la teoría ya mencionada, arrastra hasta el siglo XX una psicología del arte fundamentada en aspectos como el pensamiento, la inteligencia y los entornos, desligándola así de la concepción tradicional misteriosa y religiosa.
En este orden de ideas, se constituye una psicología más cercana a la que conocemos, no obstante, hacen falta otros análisis que se incluyen dentro de esta ciencia que nosotros contemplamos hoy. Así, podemos traer a colación a Marx y su influencia en la concepción socioeconómica del arte, donde los artistas y espectadores se ven incididos por factores o condiciones sociales, dicho de otro modo, el consumismo de las obras de arte está mediatizado, en términos de Bordeau, por un capital cultural que cada sujeto posee.
Por ejemplo, una persona escuchará música clásica si su entorno social y cultural lo ha llevado a asumir esta conducta como cotidiana, asimismo, el creador de arte inventará sus obras acordes a las estructuras mentales que ha construido de acuerdo a su sociedad y cultura.
Del anterior ejemplo, podemos ilustrar de mejor manera el material de estudio actual de la psicología del arte, que pretenderá, desde una visión más pluralista analizar los diversos fenómenos estéticos de creación y apreciación; entendiendo que los análisis de dichos procesos obedecen a las influencias de los diferentes tipos de artes, los diferentes tipos de personas y los diferentes tipos de situaciones.
De ahí, la importancia de la psicología del arte en la vida diaria de cada sujeto. El análisis de las conductas y emociones suscitadas por los seres humanos permiten intervenir en la realidad, como por ejemplo, el análisis psicológico de las propagandas y la publicad comercial. Es un hecho que el mundo publicista se mueve a partir de las conductas y respuestas estudiadas de las personas con la finalidad de manipularlas para el consumo en masa.
Con todo, es crucial que se mire la función de la psicología del arte como contribuyente para el escenario pedagógico, puesto que, de la misma manera en que se manipulan las conductas y respuestas estéticas en la publicidad, podrían usarse esos resultados de estudios psicológicos no para manipular, sino para mejor los escenarios de enseñanza y aprendizaje, donde se propenda por formar estudiantes con las actitudes y aptitudes concernientes a los retos del nuevo siglo que se enfrentan.
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