Altruismo

Egoísmo: Altruismo

Los seres humanos nos reconocemos a nosotros mismos como seres imperfectos, dichas debilidades o imperfecciones han sido reflejadas en diversas culturas con múltiples nominaciones. En la cultura occidental, por su gran influencia, el catolicismo las ha llamado “pecados”. Evagrio Póntico propuso 8 pecados capitales dentro de los cuales se encuentra la soberbia o vanidad, como él la llamo. En un principio Evagrio dividió este pecado en 2: la vanidad y la presunción. En su definición de vanidad este personaje fue muy insistente en explicar que es el peor de los pecados y el cual lleva a todos los demás, él definía estos pecados como un tumor del alma lleno de pus que al alcanzar la madurez se descompone creando sólo desastre . El Papa Gregorio Magno fue quien hizo oficial en la iglesia católica el establecimiento de los 7 pecados capitales, en donde quedaron agrupados la vanidad y la presunción. La vanidad por su lado se refiere a un sentimiento de autosuficiencia, el cual hace pensar que no se necesita de nadie para poder lograr lo propuesto, ser vanidoso es creer que se tiene un puesto mas alto que Dios, es un sentimiento que no requiere de los demás. Por otro lado la presunción se refiere al engreimiento excesivo, es usar a los demás para aumentar el propio ego y sentirse superior. Está apoyado en la opinión de los demás y aleja la santidad. Según la iglesia católica el origen de la soberbia viene desde la caída del ángel Lucifer, quien era uno de los ángeles más importantes del cielo. Este ángel empezó a tener sentimientos de superioridad, de querer ser mejor que Dios, e hizo un ejercito con esta iniciativa. Se cree que hubo un enfrentamiento entre ángeles buenos y el ejercito de Lucifer el cuál dio origen al castigo de Dios para los ángeles rebeldes, el denominado infierno. Desde el inicio del génesis se relata cómo Lucifer tienta al ser humano a ser soberbio para así llevarlo a las desgracias. Con la caída de Adán y Eva se evidencia la debilidad del ser humano frente a los deseos de superioridad. Sobre esto, es importante destacar que durante muchos años los católicos han considerado los siete pecados capitales como una guía moral.

Aparte de la religión católica, otras civilizaciones consideran la vanidad como la peor de las faltas, por ejemplo en la civilización grecorromana, la llamada hibris es duramente castigada, sugieren que es tan mala que lleva a la muerte. La vanidad lleva a retar a los dioses y por esto lleva a castigos muy drásticos, fue considerada por ellos como trituradora de almas, plaga para la sociedad, insulto a los dioses, destructor de hombres.

Durante los años 1300 se creía que los ángeles derrotados en la batalla del principio de los tiempos, permanecían deambulando en la tierra, y que tenían la capacidad de encarnarse para tentar a los humanos, se decía que la mayor tentación que presentaban era la soberbia. Dado a que a la vanidad se le había dado una connotación pecaminosa, se llegó a pensar que era mejor no tener éxito para conservar la modestia. En el siglo XVI la iglesia católica cayó en la vanidad, el Papa León X era una de las personas más adineradas de la época, y aun así promovía campañas de recaudo de dinero para mantener el Vaticano. En 1512, Martin Lutero, un monje alemán, se reveló en contra de Su Santidad ya que estaba practicando uno de los pecados capitales, la vanidad. Hizo un movimiento protestante a raíz de su inconformidad, y de allí se originó la iglesia protestante. Luego de estas protestas se derivaron diversos grupos de personas que buscaban la perfección en el rechazo de la vanidad y practicar la humildad como arma en contra de este pecado. Dentro de los cuales están los Hermanos Suizos (menonitas) y los Amish. Estos grupos se han mantenido desde el siglo XVI. Jakob Ammann fue líder del grupo Amish (subgrupo de los Menonitas), quien fue muy drástico en las consecuencias frente a la vanidad. Él habló de castigar con la excomunión y el rechazo a las personas que cayeran en ésta, lo cual llevo a esta comunidad a ser muy radical, pues si una persona se rebelaba contra la autoridad por algo que no le parecía, su castigo sería la excomunión. Hoy en día esta comunidad se establece lejos de la sociedad, rechazan lo mundano ya que piensan que entre menos contacto tengan con la materialidad del mundo, menos posibilidad de caer en la vanidad van a tener. Para ellos la educación finaliza a los 14 años ya que piensan que a esta edad tienen el conocimiento suficiente para aportar algo a la sociedad. Sus vidas están rodeadas por poca tecnología ya que piensan que ésta los predispone a desear más y por ende a ser vanidosos, algo curioso de este estilo de vida es que estas personas impiden ser retratadas y los muñecos de sus niños no tienen rostro. Se ha establecido que dado a que esta comunidad posee poco, y viven en comunidades cerradas y cercanas, cada uno de ellos se encarga de presumir lo poco que tiene, siendo así vanidosos. Es en este punto en el que se cuestiona si de verdad depende de los agentes externos el ser vanidoso o es algo intrínseco de la humanidad. Las personas de esta comunidad tienen como meta actuar humildemente, pero existe una competencia constante de quien es el más humilde, siendo esto una muestra clara de vanidad entre ellos.

Existen claros ejemplos de los extremos de la vanidad, tales como: Napoleón, quien en su afán por tener poder quiso conquistar Europa, fue una persona muy importante en ese tiempo ya que era una mente brillante y tenía muy buenas estrategias de guerra, finalmente fue derrotado en guerra y exiliado donde murió en la isla de Santa Helena. También Hitler es un claro ejemplo de cómo una persona puede corromper sus intenciones por poder, o por el simple hecho de creerse mejor que los demás. Él planteaba una perfección de la raza, y así mismo se elevó por encima de los demás creyéndose superior en todo sentido.

Durante 1850 se empezó a considerar la vanidad como una virtud y no como pecado, empezó la industrialización y las personas empezaron a venir a la ciudad. Durante esta época fue el auge de los magnates, William Randolph Hearst fue un claro ejemplo de ellos. Muchos de los magnates de la época realizaron obras filantrópicas, lo hicieron para obtener mas aceptación por parte de la sociedad; es allí donde se encuentra la gran paradoja de la vanidad, ¿no es ser vanidoso querer proteger intereses con donaciones? ¿Al hacer donaciones hay vanidad? En este caso, ¿algo que parecería ser caridad en realidad seria vanidad?

En la época actual encontramos la vanidad en diferentes matices, refiriéndonos a diferentes temas como la educación, la religión, el linaje, el patriotismo y muchas otras cosas. En donde podemos evidenciar que lo

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