Caldo De Cabezas (libro)

Caldo de cabezas

El agua, las montañas y la costa hacia el pacifico representan los símbolos de esta provincia: Michoacán; los frailes quienes diseminaron la fe cristiana y a quienes nacidos del mestizaje entre los antiguos entre los antiguos americanos y los oriundos de ultramar, transitaron a pie en donde solo habla la tierra y la sustancia primordial de la vida. Un mundo siempre anterior y siempre ulterior a nosotros. Frente a un mapa de Michoacán, y no solo un mapa convencional, si no el mapa de su historia, este territorio a mantenido dos tipos de transito privilegiado. El primero es la ruta que los une con la capital del país; y el segundo consiste en un camino rural interior que va de la capital michoacana a la costa, y toca diversos destinos.

Una maña el escritos va en su carro escapando del nevado de Toluca y llega a la ciudad de Morelia. Rumbo a la costa entra a la autopista rumbo a su segundo destino Uruapan, el medio día convierte la humedad de un día anterior a un aroma que poco a poco calienta la tierra. En la ciudad ya antes mencionada en el dos mil seis, unos sicarios se disfrazan de policías y entran a un centro nocturno, arrojan a la pista 5 cabezas de sus víctimas que al golpearse con el piso suenan. El aroma de la sangre fresca floto.

A su alrededor las hierbas y los arbustos se resisten a morir en lentitud y renacer el próximo año. En invierno el color amarillento abruma el horizonte. Un poco más adelante la atmosfera semitropical retoma fuerza. Unas casa blancas me llaman la atención y el escritor detiene el auto unos señores le preguntan que si algo se le perdió ya que era una forma de ahuyentar a los intrusos, los lugareños señalan con los ojos una estación de gasolina un lugar en donde habían encontrado unas cabezas de una persona, el señor se reúsa a describir o entrar en más detalles ya que muchos al hablar habían muerto.

Había un alto número de muertos, en el dos mil seis hubo diez asesinatos de periodistas que investigaban asuntos de poder y crimen organizado en todo el país. Al año siguiente un periodista más fue asesinado y otro continúa desaparecido, y se encontraron entre dos mil y tres mil muertos por la guerra del tráfico de drogas, entre los cuales hubo cerca de cuarenta decapitados. En los primeros quince días del dos mil ocho se reportaron más de cien asesinatos por dichas causas entre ellos dos decapitados. Al término del año el saldo fue: más de cinco mil doscientos ejecutados, un promedio de diecisiete secuestros por día, trescientos doce casos de asesinatos con mensajes criminales y al menos ciento setenta decapitados en la Republica mexicana.

Todos los narcotraficantes o sicarios en sus relaciones amorosas tienen mujeres analfabetas y suelen ser de extrema ignorancia. Responden a pulsiones de la vida o muerte. Que no saben nada ellas solo ven y callan sus relaciones por

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