Como Vivir Mejor
Enviado por • 13 de Enero de 2014 • 1.359 Palabras (6 Páginas) • 384 Visitas
¿CÓMO SERÍA UNA NUEVA FORMA DE VIVIR?
Que somos una ciudad industrial, no cabe duda. Que las industrias generan de una u otra manera desechos contaminantes que perjudican el medio ambiente ES MAS QE OBIO Pero, estos desechos deben ser tratados idóneamente de acuerdo a la característica de cada uno de ellos, en beneficio no solo de la gente, sino también de todo el planeta.
Así, existe lo que se denomina una política ambiental, que se halla perfectamente legislada, donde cada agente generador de sustancias contaminantes debe proceder a su tratamiento y/o aislamiento adecuado, siguiendo normas específicas que eviten la polución.
Si bien la conciencia ambiental es un hecho relativamente moderno a nivel mundial y a consecuencia casi estrictamente de hechos catastróficos que han ido ocurriendo, donde han resultado contaminadas grandes extensiones de tierra o importantes fuentes de agua o la contaminación del aire a extremos peligrosos; en los últimos treinta años ha comenzado a ser un tema de vital importancia para poder lograr el ansiado equilibrio de producir industrialmente sin afectar el medio ambiente.
Cuidar la Tierra
Cuidar a la gente
Compartir nuestros recursos y capacidades
Cuidar la Tierra
Cuidar la Tierra implica tanto el cuidado y protección de los seres vivientes: plantas, Animales, insectos y seres microscópicos, como de los lugares donde viven: ríos, lagos, mares, el agua, los suelos y demás hábitats.
¿Por qué es importante cuidar la Tierra? A esta interrogante podríamos contestar con una
serie de preguntas: ¿por qué bañarnos cada día?, ¿por qué debemos comer alimentos cada
día?, ¿por qué cuidar todas las partes de nuestro cuerpo y no sólo algunas de ellas?
Generalmente nos resulta muy claro que para sobrevivir saludablemente debemos cuidar
día con día todo nuestro ser, llevando a cabo tareas importantes, como abrigarlo
convenientemente, nutrirlo y mantenerlo libre de acumulaciones de nuestros propios
desechos. Lo que ya no nos queda tan claro es que al vivir dentro de una comunidad o
sistema mayor, como lo es la Tierra y ser parte orgánica de ella, es decir, al ser una parte
viva e interdependiente del planeta, si no lo cuidamos, lo abandonamos y nos abandonamos
a nosotros mismos.
Cuidar la Tierra no es más que hacernos cargo de las otras partes que integran o
integrarán en el futuro nuestro ser y otros seres. No olvidemos que el agua que bebemos
hoyes la misma que bebieron hace siglos nuestros antepasados, la que bebieron pájaros y
tigres; la que ha formado parle de innumerables seres y del sistema total del planeta que
todavía es capaz de reciclarla para que nuevos se res hagamos uso de ella.
Lo mismo puede también decirse tanto del aire, como de los componentes de alimentos,
plantas y animales; los mismos átomos que hoy en día forman nuestro ser, posiblemente
formaron parte de muchos otros en el pasado y serán parte de miríadas más en el futuro:
lombrices, nubes, ríos, venados, personas, montañas…
Cuando comprendemos que todos los elementos e individuos que formamos parte del
globo terráqueo somos como los miembros de una misma familia, nos es más fácil tomar la
responsabilidad que nos corresponde. Ninguno de nosotros pondría veneno en el agua que
bebe ¿no es así? Entonces, ¿por qué tiramos venenos por el drenaje? Esa agua será la que
beberemos finalmente algún día. Nosotros y los demás. Cuando no cuidamos la Tierra
todos perdemos, cuando la cuidamos todos ganamos.
Este cuidado y responsabilidad sobre todo quiere decir que nuestras actividades no sólo
deben ser lo más inofensivas posible hacia los seres y elementos, sino además
restauradoras, de tal manera que ayuden a devolver abundancia, diversidad y equilibrio.
Cuidar la Tierra implica, además, vivir de manera sencilla. Como dijo Gandhi una vez,
este mundo tiene suficiente para cubrir las necesidades básicas de todos los que lo
habitamos, sin embargo, cien planetas como éste no serian suficientes para satisfacer la
ambición desmedida de una vida llena de lujos y superficialidades.
La cooperación es otro factor básico para el cuidado y protección de la Tierra y de
nosotros mismos. Mientras más se exprese más posibilidades tiene una comunidad de
sobrevivir. La vida siempre juega un balance dinámico entre una leve competencia y
colaboración en la que cada quien trata de sobrevivir de la mejor forma, y ésta se fortalece
cuando contribuimos unos con otros. La cooperación entre humanos es importantísima, y
cuando la llevamos a cabo con los demás seres es quizá, vital.
Cuidar a la gente
Cuando cuidamos a la Tierra también estamos cuidando a la gente porque, como ya lo
hemos señalado, somos parte de, nos alimentamos y vivimos gracias a ella.
Sin embargo, a veces nos olvidamos de esto y pretendemos ignorar que los seres
humanos somos parte de este complejo organismo. Por ejemplo, creemos que para cuidar
un bosque es necesario sacar de él a la gente que lo habita, cuando en realidad una sabia
manera de cuidar de ambos es aprender a utilizar el bosque con respeto, sin destruirlo; a no
vivir exclusivamente de él y a combinar su uso con otras formas de obtener una
supervivencia digna y saludable en la que las necesidades básicas de alimento, abrigo,
vivienda, educación, contacto humano, trabajo y recreación estén satisfechas.
Otro ejemplo es que los agricultores promuevan el cuidado de la gente convirtiendo sus
huertos y hortalizas en un proyecto de Agricultura Orgánica apoyada por la Comunidad
(AOC). En una sociedad de este tipo las familias locales compran una parte del producto
del año por venir compartiendo los riesgos y las ganancias con el agricultor. De esta forma
él tiene un mercado garantizado para todo lo que producirá y una fuente disponible de
ayuda extra; y los miembros de la comunidad reciben productos frescos, de la mejor
calidad, libres de productos químicos y relativamente baratos Y. si deciden ayudar en la
granja del agricultor, también tienen la oportunidad de entrar en contacto con la naturaleza
y con otras personas.
Una forma positiva de cuidar de la gente y de la Tierra es aprender y ayudar a que los
grupos o comunidades que la habitan se organicen y decidan, de entre las posibilidades que
brinda su bioregión, cómo pueden ser lo más autosuficientes posible, cómo pueden
autogobernarse y tomar decisiones por ellos mismos tomando en cuenta siempre los
ecosistemas en que están inmersos. Así, pueden surgir culturas sanas, coloridas, creativas.
auto-regulables y espiritualmente poderosas.
El cuidado de la gente implica que, aunque somos una parte pequeña de los ecosistemas,
debemos estar atentos a la forma en que satisfacemos nuestras necesidades para no
impactar de manera destructiva al planeta. Y a la vez, como hemos dicho, no hay que
olvidar que cuidar a la Tierra es cuidarnos a nosotros mismos.
Si comprendemos que ambas partes somos interdependientes, podemos entonces
respetar y cuidar los procesos y relaciones entre todos los seres que formamos parte de esta
maravillosa trama de vida.
Compartir los recursos y capacidades
Este tercer principio es como el pegamento que une a los otros dos.
Para ejercer un cuidado profundo y productivo de la Tierra y de la gente es necesario
que nuestros pensamientos y acciones se basen en el conocimiento de que los recursos
naturales son suficientes para satisfacer a todos los habitantes de este maravilloso planeta a
condición de que nadie abuse de ellos.
Hay suficiente para todos si lo compartimos equitativamente, si nadie se excede o lucra.
Es como una cobija sobre una gran cama: si alguien jala de ella hacia su lado descobija a
los otros.
En un ecosistema todos los recursos son compartidos. Lo que unos desechan, lo
aprovechan otros. Ningún ser toma más de lo que le corresponde. Es una ley natural.
Nosotros como sus miembros, debemos estar conscientes y ser partícipes de este precepto si
es que queremos que el equilibrio y la vida continúen.
Además, como parte de una sociedad humana, tenemos la posibilidad de compartir
nuestras habilidades y capacidades. La clave para un desarrollo verdaderamente sustentable
es la cooperación. En la medida en que más colaboremos y compartamos tanto los recursos
como nuestros excedentes en dinero, tierras, energía, tiempo, o cualquier bien para lograr
nuestros dos objetivos de cuidar la Tierra y cuidar a la gente, más crecerán las alianzas, el
cuidado mutuo y las transformaciones positivas de hábitos de vida.
La naturaleza esta siempre cuidando de la Tierra, cuidando de la gente y reinvirtiendo el
excedente. Imitándola podemos construir un futuro sustentable.
En síntesis, la mejor manera de cuidarnos, de cuidar a otros humanos y de cuidar al resto
de los seres del planeta es salir de nuestras burbujas de aislamiento, apatía y egoísmo, ya
sea individual o familiar, para permitirnos ser parle viva, activa, gozosa y generosa de la
totalidad; para alimentarla y cuidarla como ella seguramente lo hará con nosotros.
Así, la vida se fortalecerá, incluyéndonos a nosotros.
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