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Conferencia


Enviado por   •  15 de Junio de 2012  •  6.069 Palabras (25 Páginas)  •  354 Visitas

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México, D.F. 11 de septiembre de 2011.

Versión estenográfica de la Conferencia Magistral “Afilando la Mente y Nutriendo al Corazón” dictada por el Dalai Lama y que forma parte de las actividades del 5º Congreso Nacional de Educación y 3er Encuentro Nacional de Padres de Familia y Maestros que se llevó a cabo en el Centro Cultural del México Contemporáneo.

Presentador: El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y su Presidenta Nacional, la Maestra Elba Esther Gordillo les damos la más cordial bienvenida a este importante evento.

El Centro Cultural del México Contemporáneo es el escenario ideal para reunirnos esta tarde y escuchar el mensaje que trae para los maestros de México el Decimocuarto Dalai Lama, a través de su conferencia magistral “Afilando la mente y nutriendo el corazón”.

Lic. Marco Antonio Karam: Buenas tardes a todos. Es un placer estar aquí con ustedes. Soy Marco Antonio Karam, el Director de la Casa Tíbet en México, la institución que organiza esta tercera visita de su Santidad el Dalai Lama a nuestro país.

En esta ocasión tenemos el gran, gran privilegio de compartir este evento con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Gracias al gran trabajo que han hecho para que este evento pueda acontecer, para que pueda llevarse a cabo y para que el Dalai Lama pueda compartir con nosotros algunos conceptos, algunas ideas básicas de su filosofía educativa en términos generales.

Me gustaría presentar a uno de nuestros huéspedes de honor para este evento, que es el gran actor filántropo y activista social norteamericano Richard Gere.

Richard Gere: Buenas tardes.

Lic. Marco Antonio Karam: Les platico un poco de Richard Gere. Richard Gere es como saben internacionalmente conocido como uno de los más prominentes actores norteamericanos de su generación.

Richard Gere: No es necesario. Me da mucho, mucho gusto tener la oportunidad de estar aquí con ustedes. Y debo decirles que es una experiencia muy conmovedora para mí el estar aquí los últimos dos días en México.

Su Santidad el Dalai Lama me estaba compartiendo lo conmovido que se sentía por la conferencia que acaba de impartir en el Estadio Azul de futbol, aquí en la ciudad México, para más de 30 mil personas.

Su Santidad, Dalai Lama siente la presencia de un corazón muy genuino en el pueblo latinoamericano en general, pero lo siente de forma especial en el pueblo mexicano y yo en lo personal realmente hago votos para que ustedes como pueblo nunca lo pierdan.

¿Cuántos maestros hay aquí?

Ah, magnífico.

De todas las edades ¿verdad? De niños pequeños, niños, adolescentes, universitarios también. Esto es maravilloso.

Ciertamente la educación no es uno de mis campos de perfeccionamiento, pero soy padre de dos niños y soy un padre siempre preocupado con el mundo.

Y una de esas cosas que a todos los padres les interesa es la educación de sus hijos, naturalmente.

Si uno tiene mucho dinero, tiene poco dinero, tiene una amplia educación o no la tiene uno tiene siempre el deseo y el impulso de poder facilitarle a sus hijos la mejor educación que sea viable o posible para éstos y siempre me impresiona que a los maestros se les pague poco, cuando la responsabilidad en la formación de nuestros hijos está en sus manos y desde esa perspectiva deberían de ser las personas de nuestra sociedad que reciben los mejores salarios.

Por ello pienso que hay dos cosas fundamentales en toda comunidad, en toda familia, en toda aldea: La educación y la salud. Casi todo lo demás en ese contexto no tiene significado alguno y el lado educativo está muy asociado con el concepto de linaje y este concepto, el del linaje, es también uno muy importante en la tradición tibetana como Tony y yo sabemos porque nosotros provenimos de una muy similar tradición.

Ahora, alguien como el Dalai Lama, él proviene de un linaje directo incorrupto, desde el buda histórico, quien vivió hace 2 mil 550 años hasta la fecha, transitando el mismo de maestro a discípulo, de discípulo a maestro, de maestro a discípulo, hasta la figura propia del Dalai Lama, lo cual quiere decir que las cualidades presentes en cada uno de estos grandes personajes y maestros, se hereda del uno al otro.

Lo mismo podríamos decir del proceso educativo en términos generales. Ustedes como maestros heredan sus cualidades, sus capacidades y características a los estudiantes que forman, y esto es algo fundamentalmente importante.

Y otra cosa que tendría que decir o mencionar acerca del Dalai Lama, es que éste está en la frontera del diálogo con la ciencia. Siempre muy curioso, siempre interesado por lo que está sucediendo en la frontera de la ciencia y la frontera de la educación, en la frontera de diferentes campos de aprendizaje, tanto del presente como para con el futuro.

Y como educadores, tenemos que estar también todos, me imagino, en la frontera y específicamente ésta es hoy en día las de las ciencias del cómputo que tienen que trascender las fronteras y formar a nuestros chicos con la información más actual.

Yo he presentado, el Dalai Lama, muchas veces alrededor del mundo y en este momento es probablemente una de las personas más respetadas, famosas y reverenciadas en el planeta entero.

Así que de alguna manera creo que esto es algo que ustedes van a poderle comentar a sus hijos, éstos a sus hijos, a sus nietos, de que estuvieron aquí en este momento para conocer a una persona de la envergadura del Dalai Lama con su energía y con sus cualidades.

Así que por favor, démosle la bienvenida a su Santidad, el Dalai Lama.

Dalai Lama: Hermanos y hermanas, estoy extremadamente feliz de estar acá con ustedes, con esta oportunidad de poder conversar con ustedes y también intercambiar ideas con todos ustedes, los maestros.

Estoy diciendo a ustedes que son formadores de la mente humana y quiero referirme al siglo pasado, que es un siglo de mucho derramamiento de sangre.

De acuerdo con ciertos expertos se dice que el siglo pasado murieron 200 millones de personas por las distintas guerras y los distintos actos de violencia.

Si es que esa violencia tan extrema que ocurrió el siglo pasado hubiera dado lugar a una mejor sociedad y a mejorar también la calidad de vida de las personas tendría algún tipo de justificación, pero ese no fue el caso. Es decir, que el siglo pasado tiene esas características, pero ahora estamos en otro siglo, el siglo XXI, y creo que

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