Conmigo Misma

Acababa de despertar de una pesadilla, ahora me encontraba sentada en mi cama tratando de normalizar mi respiración. Tarde casi un minuto para darme cuenta de que estaba llorando, ¿Tan feo había sido el sueño? Me levante de la cama y camine hasta el baño, abrí la llave del lavamanos y empape mi cara con agua.

-¿Qué diantres me está pasando ahora? –Me pregunté mirándome en el espejo que tenía frente a mí.

Me senté en el piso, rodee mis piernas con mis brazos y recargue mi frente en mis rodillas, ¿Cómo había llegado a esto? Solo puedo pensar en las cosas que han pasado últimamente, tantas cosas que he tenido que enfrentar. Sé que la vida no es fácil, pero para otros resulta serlo, excepto para mi, ¿Por qué? Me puse de pie mirando el piso, cuando al fin mire al frente apuñe mi mano con coraje y la moví con fuerza hacia el espejo con intensiones de quebrarlo, pero escuche algo que me detuvo.

-Sabes que si quiebras el espejo saldrás herida –Dijo una voz familiar. Asustada voltee a todos lados. –Por más que lo intentes no lograras verme –dijo la voz.

-¿Quién eres? –Pregunté tomando en mis manos una gran pastilla de jabón en caso de ver a quiera que fuera quien estaba hablando. La voz pronto comenzó a reírse de mí.

-Deberías de voltear enfrente y ver lo ridícula que luces con cada ocurrencia que estás haciendo.

-¿¡Quien eres!? –Insistí pero esta vez con la voz más fuerte.

-¿No me reconoces la voz? ¡Soy tú!

Me quede paralizada, no creí nada, hasta que me di cuenta que ya que estaba en un grado de demencia avanzada, esto quizá podía ser posible.

-Siempre ahogándote en un vaso medio lleno, ¿No?

-Está bien, “Yo misma”. Si según tú eres yo, ¿Porque no me apoyo? –No dejaba de voltear a todos lados, incluso revise detrás de la cortina del baño.

-Porque es lo que tú siempre haces. O mejor dicho, nunca haces –Me respondí ingeniosamente- siempre te quejas de todo y nunca vez nada de lo bueno que tu puedes hacer.

Esa voz molesta no dejaba de decirme tantas cosas horribles, ¿Enserio soy tan molesta e irritante?

-Si lo eres. –Me respondió mi voz- Que no se te olvide que soy tu y puedo escuchar tus pensamientos pues somos una misma. –Eso me asusto por completo, era oficial, o estaba demente o de verdad estaba hablando con mi yo interno- No tienes que asustarte, solo soy tu.

-Ya que estas segura que no estoy detrás de la cortina del baño, hazme un favor y ponte frente al espejo. –Avance con miedo, mis ojos se centraban en el suelo pero después me tome el valor para voltear al frente y a ver a aquella joven que se plasmaba en el espejo.

-¿Qué ves? -Me preguntó mi “yo” interior.

-Una gran imperfección.

-Deberías de estar orgullosa de ti. Quisiera que pudieras verme o mejor dicho verte, si lo hicieras te ibas a amar intensamente. Eres una gran mujer, ¿Lo sabías? Y con eso me refiero a tu interior, ahí donde estoy yo, donde la tú verdadera vive. Puedes ser totalmente insoportable y desesperante, pero lo que puedes hacer y controlar no lo hace cualquiera.

-No sé de que hablas.

-Has sufrido demasiado, pero aun así sigues aquí. Tú primo, al que

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