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Constructivismo

sonialvarado3 de Enero de 2013

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INSTITUTO PEDAGÓGICO DE

ESTUDIOS DE POSGRADO

DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

CORRIENTES CONTEMPORÁNEAS EN EDUCACIÓN

DR. GUSTAVO CÁRDENAS RIVERA

J. PABLO VÁZQUEZ SÁNCHEZ

CELAYA, GTO. JULIO DEL 2003

Teorías contemporáneas en educación

Introducción

Una vez pasada la época en la cual los filósofos, clérigos y otros profesionales, como por ejemplo algunos médicos, hicieron aportaciones a la conformación de teorías educativas, fueron apareciendo propuestas generadas en los ámbitos de las llamadas ciencias de la educación. En este caso, además de los propiamente considerados pedagogos, fue la Psicología un campo prolífico para el surgimiento de teorías interesadas en lo educativo. De esta manera, la Psicología fue aportando, en orden más o menos cronológico, teorías de la personalidad que proporcionaron información acerca de los estudiantes y los profesores, protagonistas centrales de la educación. Más adelante, aparecieron teorías del aprendizaje que, si bien ponían el centro de atención en el alumno ofrecían al educador todo un repertorio de comportamientos que podría tomar como punto de partida para orientar su actividad pedagógica. Casi simultáneamente las teorías de la motivación pondrían a disposición del maestro nueva información útil para su actividad didáctico pedagógica y la situación en la que se encontraban los estudiantes. Sólo faltaba que la Psicología incursionara al interior de la pedagogía y esto sucedería ya en el siglo XX. Esto se verá concretado, primero, en las llamadas teorías de la instrucción, como las de Skinner, Bruner y Gagné. Y en segundo lugar, y ya en el paso del siglo XX al siglo XXl, en trabajos como el de Howard Gardner dentro del Proyecto Zero, de la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Harvard. Desde luego que la misma Pedagogía, como lo había venido haciendo sobre todo desde que con Johan Herbart, había comenzado su caminar, todavía no del todo consolidado, sigue su labor para ostentarse como una posibilidad concreta de ser La Ciencia de la Educación.

Bajo esta óptica se eligen en el presente trabajo algunas de las teorías provenientes del campo tanto psicológico como pedagógico que en los últimos años se presentan como fundamentales para explicar los fenómenos educativos.

La finalidad específica de este trabajo es revisar estos diversos campos dentro de los cuales el empeño humano ha concretado esfuerzos loables por impulsar a los demás humanos hacia una mejor calidad de vida al través de la educación

Primera: aportaciones de las teorías del aprendizaje a la construcción de teorías educativas.

Según Ángel Pérez G. (1992) el concepto de aprendizaje es un requisito previo para cualquier elaboración teórica sobre la enseñanza. Pero es necesario, sostiene, que el cuerpo de conocimientos sobre aprendizaje cumpla dos condiciones: a) abarcar de forma integral las distintas manifestaciones, procesos y clases de aprendizaje y b) mantenerse apegado a lo real, tanto para explicar fenómenos en un laboratorio, como también en el aula.

Es sabido que el desarrollo teórico sobre los procesos del aprendizaje no ha ido acompañado de un progreso paralelo en la práctica, ni en la teoría didáctica. Algunas de las razones que explican el desfase son:

1) En general, las teorías del aprendizaje a menudo son parciales y restringidas a ciertas áreas o aspectos, por lo que resultan insuficientes para las necesidades de la didáctica, de un cuerpo explicativo más completo.

2) La mayoría de las teorías del aprendizaje han adquirido sus principios explicativos a partir de la reducción de complejas variables escolares a condiciones de laboratorio, alejándose de las situaciones reales de la vida escolar.

3) El aprendizaje escolar es un tipo de aprendizaje peculiar, en una institución de carácter social, donde el aprendizaje de los contenidos del currículo es el fin específico de la vida institucional. Sería necesario, por tanto, que las teorías se preocuparan por incorporar los procesos de la enseñanza y las condiciones del aprendizaje escolar como factores intervinientes que aporten conocimientos para elaborar, experimentar y evaluar la práctica educativa.

4) Las teorías del aprendizaje han de reconocer un elevado grado de indeterminación en el mismo, porque profesor y alumno se involucran en situaciones imprevisibles, difíciles de prever por estar jalonada por múltiples incidencias. Por lo que las teorías didácticas tendrían que ajustarse a esa indeterminación.

5) Las teorías del aprendizaje son descriptivas y aspiran a ser explicativas, mientras que las teorías didácticas son teleológicas, prescriptivas y normativas.

En definitiva, las teorías del aprendizaje dan información básica pero insuficiente para organizar la teoría y la práctica de la enseñanza.

Segunda: Teoría de la instrucción de Jerome Bruner.

Según opinión de Bruner, la psicopedagogía como disciplina científica dirigida a guiar la vida práctica ha fracasado. Se había creído que para proyectar un proceso educativo era suficiente una teoría del aprendizaje y una teoría de la personalidad, confirmando así el supuesto de que la psicopedagogía es una Psicología aplicada. Pero en la práctica educativa la Psicología no puede proporcionar indicaciones precisas, en particular para la didáctica. Muestra únicamente los resultados de las investigaciones descriptivas. Alude a situaciones de hecho; por ejemplo que a tal edad el niño alcanza este o aquel esquema de pensamiento. Pero no afronta el problema específico que es el de pensar en lo que se puede hacer para guiar al niño en la adquisición de las ideas y, por tanto, para acelerar el desarrollo.

El aludido vacío operativo se llenaba mal con un montón de reglas e instancias didácticas transmitidas por una tradición no avalada científicamente. Bruner dice:

Permanecemos afectados por la ausencia de una teoría de la instrucción

Como guía de la pedagogía, de una teoría prescriptiva en torno a la forma

De alcanzar varios resultados. Una teoría neutra respecto a los fines pero

que agota los medios.

Bruner ha esbozado una teoría de la instrucción que se refiere al modo con el que se aprende mejor aquello que se quiere enseñar, tiende a mejorar más que a describir el aprendizaje. Su teoría presenta los siguientes requerimientos:

1.- Define las experiencias adecuadas para desarrollar las predisposiciones hacia el aprendizaje.

2,- Indica las estructuras óptimas de los conocimientos, simplificando las informaciones y ligándolas en conjuntos manejables a fin de que el aprendizaje sea más eficaz.

3.- Expone el orden de presentación de los contenidos del aprendizaje, teniendo en cuenta la progresión del desarrollo intelectual, que atraviesa las fases de la “representación activa”, o mejor, “ejecutiva”, de la “representación icónica”, y de la “simbólica”.

4.- Traza el cuadro de los castigos y de las recompensas según su sucesión pedagógica, previendo, por ejemplo, el paso de las recompensas extrínsecas, como es el elogio, a las recompensas intrínsecas, como la recompensa por la solución de problemas.

Se perfila así, en la propuesta de Bruner, una racionalización de la enseñanza que en el plano histórico prosigue la línea de aquella literatura pedagógica, interesada en la teoría de la instrucción que ha tenido en Herbart el momento más importante.

La diversidad del contexto está en las necesidades producidas por la sociedad tecnológica avanzada. La racionalidad de la enseñanza hace frente a la necesidad social de una educación para la competencia sin la cual, dada la multiplicación de conocimientos y la diversificación de los papeles profesionales, la previsión y el control de los eventos sería imposible. Si sólo se guía por la espontaneidad, la sociedad tecnológica se dirige a la catástrofe. El control concierne tanto al uso social de las profesiones específicas, como en general, al dominio de la dinámica cultural. Ya que el hombre que vive en la sociedad tecnológica tiene ante sí la incesante transformación de la ciencia, de la técnica, del orden social, de las creencias, para no naufragar en la desesperación debe aprender a penetrara en el cambio. La “educación para el cambio” se convierte en una de las metas principales.

De aquí la variedad y la extensión de la acción educativa, que se refiere para Bruner, tanto a las habilidades manuales, a la visión, a la imaginación, como a las capacidades más elevadas; colocándose en la perspectiva teórica que busca las constantes del fenómeno cultural, o, por usar el lenguaje filosófico, las formas, recomienda la reelaboración de los contenidos de la enseñanza, basada en las disciplinas que incluye, como las matemáticas, la poesía o las ciencias del comportamiento. Estas en realidad enriquecen la dotación cultural del hombre moderno, proporcionándole el dominio de las dimensiones conceptuales esenciales, es decir, del discurso lógico, del metafórico e inventivo, del de la diversidad de perspectivas culturales. Son estos los “lenguajes estructurales” a los que están ligadas

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