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Consume hasta morir


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  1.202 Palabras (5 Páginas)  •  244 Visitas

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Vivimos en un mundo en el que la publicidad y la información están constantemente bombardeando a la gente, para generar una necesidad de consumir de forma incontrolable. Como consecuencia estamos sumergidos en un océano de problemáticas situaciones a nivel interno y externo, debido a la publicidad masiva a la que estamos expuestos diariamente y que desafortunadamente ignoramos o no la vemos  como un potencial desestabilizador de nuestras vidas. Es así como los medios de comunicación hacen parte de una manipulación a nuestro subconsciente de forma consciente,  logrando generar necesidades inexistentes que terminan convirtiéndose en una insatisfacción permanente con nuestras vidas (familia, pareja, profesión, cuerpo, bienes etc)

“Si miramos la publicidad de los años 50, 60, incluso de los 70, podemos comprobar como presentaba, a los consumidores, los productos nuevos que aparecían en el mercado y les contaba cómo funcionaban y lo que podían hacer con ellos; es decir, la función principal de la publicidad era dar a conocer los productos para venderlos, actualmente la evolución de la publicidad, trae consigo un cambio en los contenidos publicitarios, que dejarán de ser informativos y racionales para dar sentido al producto o la marca, y expresar estados de ánimo, jugando con atributos emocionales”.

 En este juego emocional es importante resaltar que la publicidad  vende un mundo aspiracional, donde  muestra de forma directa todo aquello que hace falta para complementar nuestras vidas, todo  aquello que se puede obtener para llegar a ser feliz; como dice Oliviero Toscani, “la publicidad no vende productos ni ideas, sino un modelo adulterado e hipnótico de la felicidad”. Es así como se utiliza esta herramienta para crearle al consumidor diferentes alternativas de  vida idealistas, en donde incorporan elementos de superación personal, éxitos, anhelos, libertad…que terminan seduciendo al consumidor e impulsan el consumo exagerado, donde paradójicamente  los deja en una situación completamente opuesta a la deseada; los convierte en esclavos.

Hoy en día se piensa que la esclavitud es una cosa del pasado, que en este siglo se ha logrado tener un grado de libertad que permite definir el molde que se quiere y cambiar éste las veces que sean deseadas, una verdad demasiado engañosa en el área de la publicidad, si bien el abanico de posibilidades en este ámbito son casi infinitas, tanto como las formas que puede tomar los líquidos en diferentes moldes, la idea de libertad no es tan cierta, pues a pesar de tener infinidad de opciones estas son creadas para manipular el inconsciente de las personas y hacen que elija una marca o un producto  específico , y que después quiera otro. Pero a partir de esta perspectiva surge un interrogante, nos hacen esclavos o nos hacemos esclavos? Por una parte Oracio Marchand dice “Los mercadologos no creamos necesidades, simplemente aspiramos a llenar las que ya están ahí, y esto es una misión imposible. Es que  la persona, en su condición de humanidad, tiene que experimentar vacíos y estar incompleta e insatisfecha crónicamente. Tan pronto tenemos algo ya queremos algo nuevo” mientras que por el contrario Pablo Moros y Laura Marquis piensan que “Tales afirmaciones suelen partir de la base de considerar a los seres humanos como individuos aislados, asociales, inmaduros, y con escasa o nula capacidad de razonamiento o de abstracción. En realidad, el trabajo de estos técnicos consiste en convertirnos precisamente en eso, en perfectas máquinas de consumir lo que sea”.

Ese consumo perenne al que nos impulsa los medios de comunicación hace precisamente que esas “máquinas de consumo” tan rentables para la economía, se desgasten, se desestabilicen y afecten el entorno en el que viven, aspectos tan importantes como las relaciones humanas, la relación con el yo interno, y la relación con el medio ambiente se ven perjudicas en gran medida, Carlos De la Rosa Xochitiotzi piensa que “Como resultado del modelo de vida consumista las relaciones humanas son mercantilizadas y se mantienen solo con base en los beneficios que proporcionan, una vez que éstos terminan se convierten en una empresa fallida que es urgente abandonar”. Yayo Herrero refuerza esta concepción diciendo “…aparte de todo lo que te están metiendo en la cabeza, es todo lo que dejas de hacer, es decir  hay una desarticulación de las relaciones comunitarias, se pierde la capacidad de relacionarse socialmente  con otras personas”.

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