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CÓMO ESTUDIAR FILOSOFIA Y COMENTAR UN TEXTO FILOSÓFICO


Enviado por   •  25 de Abril de 2016  •  Ensayos  •  1.899 Palabras (8 Páginas)  •  733 Visitas

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CÓMO ESTUDIAR FILOSOFIA Y COMENTAR UN TEXTO FILOSÓFICO

                                                      Tomado de:  Augusto Klappenbach

                                                      Edic. Edinumen, 1993

ESQUEMA PARA COMENTARIO DE TEXTOS:

  1. ENTENDER: ¿Qué dice el texto?

En este primer punto nos limitaremos a lo que dice el texto, sin preocuparnos todavía por la validez de sus razones, sus relaciones con otros textos, etc. Para lograr este objetivo proponemos dos pasos:

1.1. Terminología:

Probablemente encontremos en el texto palabras o frases que no comprendemos. Para averiguar su significado podemos utilizar varios recursos:

  • Buscarlas en un diccionario de Filosofía

  • Buscarlas en un manual de Historia de la Filosofía
  • Preguntar su significado a profesores o compañeros
  • Revisar el contexto (la frase o el párrafo en que se usa esa palabra) que a veces basta para deducir su significado
  • En cualquier caso, conviene hacer dos advertencias sobre este paso:
  • No conviene dejar ninguna palabra o frase sin conocer su significado; al menos un significado provisional que más tarde podremos profundizar. Puede tratarse de una expresión clave para el sentido del texto.
  • No conviene conformarse con una definición que no acabemos de entender: De lo que se trata es de saber que dice el autor y no de copiar o memorizar una serie de palabras que encontremos en el Diccionario.

1.2 Resumen:

Una vez entendida la terminología se trata de entender la idea central del texto.
Normalmente, todo texto trata de decir algo y para demostrarlo dice otras cosas que sirven para aclarar esa idea central. Se intenta ahora encontrar esa idea central y expresarla con palabras propias en lo posible. Habrá que concentrarse, por lo tanto, en la búsqueda de esa idea, sin preocuparse demasiado, por el momento, de las ideas secundarias.

Para encontrarla, puede ser útil recordar lo que decimos antes acerca de las preguntas o los problemas: todo texto es una respuesta a algo que no sabe (o el mismo planteamiento de un problema). Se trata de encontrar esa pregunta y resumir la postura del autor ante ella. Como en el punto anterior, conviene hacer aquí algunas advertencias:

Un resumen no es una copia ni una abreviatura del texto. En lo posible, y aunque a veces utilicemos expresiones del autor, es mejor redactar utilizando nuestros propios recursos.

Un resumen debe ser más breve que el mismo texto: no se trata de “decirlo todo” hay que limitarse a esa idea central que buscamos.

Un buen ejercicio, una vez realizado el resumen, consiste en buscar un título al texto. Un título consiste en un “resumen del resumen“ expresar en unas pocas palabras el tema central del que trata el fragmento elegido.

2. COMPRENDER. ¿Qué quiere decir el texto?

Ahora hay que prestar atención al texto en su conjunto y no sólo a la idea central del mismo. Una vez entendido el tema principal hay que comprender cómo desarrolla el autor ese tema, que ideas secundarias añade, como justifica su postura, a que opiniones contrapone la suya propia. Es el momento de ocuparse no sólo de lo que el texto dice explícitamente sino también de lo que quiere decir, y sobre todo de lo que quiere decirnos a nosotros. Recordemos que el comentario de textos consiste en establecer un diálogo y sobre todo de lo que quiere decirnos a nosotros. Recordemos que el comentario de textos consiste en establecer un diálogo con el mismo a través del tiempo, y que la primera regla de todo diálogo consiste en adoptar el punto de vista del interlocutor, comprender como piensa y no sólo las palabras que utiliza.

Así como en el punto anterior la idea central se expresaba en un resumen, esta comprensión se concreta en un esquema de contenido. Un esquema consiste en indicar, de manera breve y sintética, los diversos pasos que va dando el autor en el desarrollo del tema. Para ir descubriendo esos pasos puede resultar muy útil utilizar el subrayado del texto: cada vez que nos encontramos con una idea nueva (o un aspecto nuevo de la misma idea) subrayaremos la frase.

El mismo texto así anotado nos irá dando la pauta para distinguir las ideas principales y las secundarias, que habrá que distinguir en el esquema. Este esquema puede realizarse con las frases redactadas, en forma de gráfico, de cuadro sinóptico, etc. de acuerdo a nuestras preferencias personales.

Hay que advertir que todo esquema implica una interpretación personal del texto (que ya habíamos comenzado en el resumen). es decir, cuando “desarmamos“ el texto en ideas principales y secundarias, estamos leyéndolo desde un punto de vista determinado: el nuestro. Probablemente, si le hubiéramos pedido al autor que esquematizara su propio texto, el resultado hubiera sido diferente, como lo será sin duda el esquema que realice otra persona. Estas diferencias no son errores: como hemos repetido varias veces, el comentario es un diálogo en el cual convertimos al texto en “nuestro contemporáneo“ aunque se haya escrito hace muchos siglos. No podemos evitar (ni hay por qué evitarlo) que en la lectura que hacemos de él intervenga nuestra propia manera de ver las cosas, el punto de vista de un tiempo y una situación muy distintos. Pero no hay que confundir esta interpretación con un comentario que le haga decir al texto lo que no dice: no se trata de inventar sino de comentar. Solo la práctica y el estudio de cada autor pueden lograr este equilibrio.

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