Descartes

DESCARTES

• Contexto histórico

La vida de Descartes (1596-1650) ocupa casi exactamente la primera mitad del siglo XVII, conocido como “siglo del Absolutismo” o “siglo del Barroco”. Dos grandes acontecimientos han marcado, en el siglo anterior, el final del mundo medieval y la irrupción de la Modernidad: el descubrimiento y conquista de América y la Reforma protestante. Europa se lanza a la conquista del mundo. La unidad religiosa de Europa, ya rota antes por los cismas de Oriente y Occidente, se resquebraja definitivamente por la Reforma: el norte de Europa se hace protestante e Inglaterra se separa también de la obediencia romana. Estallan las guerras de religión entre católicos y protestantes; la última y definitiva de ellas es la guerra de los treinta años (1618-1648), que termina con la Paz de Westfalia y el reconocimiento generalizado de la libertad religiosa. La Paz de Westfalia significa, el final de la hegemonía española y la sustitución de ésta por otras potencias europeas.

En todos los territorios europeos, pero especialmente en Francia, se forman fuertes estados nacionales y el rey concentra en su persona todos los poderes, sometiendo a la nobleza, la Iglesia, cortes religionales y ciudades autónomas. Este proceso, iniciado ya durante los reinados de Enrique IV y Luis XIII, llegará a su máxima expresión en el de Luis XIV (1643-1715), el Rey Sol, a quien se atribuye la frase “El Estado soy yo”

• Contexto sociocultural

La ciencia prosigue su avance desde el Renacimiento. El heliocentrismo, expuesto por Copérnico en el siglo XVI, es retomado por Galileo en el siglo XVII: enfrentado con el Santo Oficio, es obligado a rechazar su teoría. Sin embargo, nada impedirá que el heliocentrismo sea tomado como dato cierto por el científico que pondrá las bases definitivas de la ciencia moderna, Isaac Newton. Sus “principios matemáticos de filosofía natural” serán capaces de explicar la caída de los cuerpos en la superficie terrestre como el movimiento de los planetas en el espacio que es absoluto e infinito.

El arte dominante es el Barroco, al servicio de la Contrarreforma en los países católicos y alejado de la temática religiosa en los protestantes. En los primeros podemos nombrar a genios de la pintura como por ejemplo Rubens y Velázquez, y en los segundos a Rembrandt y Vermeer. Aunque el siglo XVII es, sin duda, el gran siglo de la pintura, otras expresiones culturales también cuentan con figuras de renombre como los arquitectos Bernini y Borromini y tampoco podemos olvidar los escritores del “Siglo de Oro” (Calderón, Lope, Quevedo, Góngora…)

• Contexto Filosófico

En cuanto a la filosofía, la Iglesia católica apoya el pensamiento escolástico, con figuras como el jesuita Francisco Suárez y aplicaciones de tanta trascendencia como la elaboración del “Derecho de gentes” por los teólogos y juristas de la Universidad de Salamanca.

Descartes rompe con la tradición escolástica e inaugura la filosofía moderna al hacer del problema del conocimiento el inicio y centro de la reflexión filosófica. Despreciando el mundo de los sentidos, busca los principios de la ciencia en la propia razón, descubriendo evidencias a partir de las cuales deducir el mundo físico en su totalidad: comienza la corriente racionalista, desarrollada posteriormente por Malebranche, Leibniz y Espinoza. Desde las Islas Británicas, los empiristas rechazarán las ideas innatas y pretenderán justificar todo el conocimiento desde la experiencia: Locke iniciará este movimiento en el siglo XVII, y será continuado ya en el XVIII por Berkeley y Hume.

• Líneas Generales

Descartes se educó en un colegio de Jesuitas (La Flèche) en la cual se daba una enseñanza de filosofía escolástica. Lo que le habían enseñado no era buscar la verdad o la certeza, sino que buscaban la verosimilitud, es decir, no que una cosa fuese parecida, sino que pareciese verdad.

Descartes rechaza esto y al pensar que la filosofía solo había llegado aquí, vuelve a empezar de cero como si el fuese el primer filósofo y la filosofía antigua ya no existiese. Su propósito era iniciar la filosofía desde cero. Para ello se debían construir los cimientos del conocimiento entero y estos cimientos serían la filosofía.

La condición que se ponía era que estos conocimientos debían cumplir la certeza (no valía que fuesen de verdad, sino que había que tener una seguridad total, lo cual significa que no se podía contemplar ningún error).

El método utilizado es el método de la duda. Como se quiere una cosa totalmente cierta, se va a rechazar todo lo demás y cuando quede algo de lo que no pueda dudar, se empezará a “construir”.

A esta duda se le suele llamar duda metódica. Se llama así ya que busca la duda como método para llegar a la certeza. Se diferencia de la duda escéptica, que es la que usaban los sofistas, en que estos usaban la duda para quedarse en ella.

La duda presenta tres niveles: el engaño de los sentidos, en el cual pensamos que si nos engañan a veces, podrían engañarnos siempre; posibilidad de estar viviendo en un sueño, ya que por una parte no hay indicios seguros para distinguir entre sueño y vigilia y por otra parte hay una posibilidad de un sueño universal coherente, que abarque toda la vida. En este segundo nivel, sobreviven ciertas verdades: evidencias racionales simples. Por último, el tercer nivel, la falta de garantías sobre las evidencias racionales, da como posibilidad la existencia de un genio maligno o engañador y la ignorancia sobre el origen de la mente y sobre sus garantías de un funcionamiento correcto.

La única cosa de la que podríamos estar seguros es de que existo, ya que los sentidos me engañan porque existo, sueño porque existo…

La primera certeza del pensamiento de Descartes es la de “yo existo”, igual a “yo pienso”, igual a “yo soy una cosa que piensa” (res cogitans). El problema aparece en saber si sabiendo que yo soy real, puedo llegar a decir que hay también cosas reales en la mente. Descartes se hace la pregunta de: ¿Cómo se si hay algo fuera de mi mente?

Para contestar a esa pregunta, Descartes busca dentro de su mente algo

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