Descartes

DESCARTES: PADRE DE LA FILOSOFÍA MODERNA: CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL-CULTURAL

René Descartes es considerado “Padre de la Filosofía Moderna”; sin embargo, para entender su postura filosófica es importante conocer y estudiar el contexto histórico-social de ese entonces. Fueron numerosos los cambios sociales y políticos que se produjeron en Europa hacia el final de la edad media, la crisis que repercutía al término de la guerra de los cien años dejó una desazón con respecto a los fundamentos religiosos de la Iglesia, y consecuentemente, sus fundamentos metafísicos empiezan a ser cuestionados. Así mismo emergía una nueva clase social, la burguesía; hubo un progresivo abandono del modo de producción feudal y la constitución de nuevos estados nacionales. En el aspecto cultural, hay una consolidación progresiva de las ciencias que se inició con el desarrollo del humanismo, el neoplatonismo y la aparición de una nueva ciencia representada por los filósofos experimentales, quienes concebían a la naturaleza como una realidad dinámica de cuerpos en movimientos organizados según una estructura matemática. En el aspecto filosófico se hace clara la decadencia del pensamiento escolástico medieval. Por tanto se hace presente una autonomía de la razón y la experiencia frente a la fe y al dogma. Todo ello contribuyó a modificar sustancialmente el panorama social y político de la Europa del S. XVI.

Todos estos cambios son conocidos y asumidos por los filósofos de finales del XVI y principios del XVII, de tal manera que se busca constituir un nuevo modelo de hacer filosofía, distinto del que se desarrolló en la filosofía antigua y sobre todo en la medieval. Los filósofos modernos no serán profesores ni pertenecerán a las estructuras académicas oficiales. Frente al comentario como forma de trabajo fundamental de la escolástica, nos encontramos ahora con filósofos que realizan obras personales, mediante la actividad individual y no mediante una actividad o una reflexión colectiva. Sin embargo, no debe entenderse como una ruptura radical, sino más bien como una continuidad. Una que va permitiendo el surgimiento de un nuevo modo de enfrentar la realidad, y por tanto, una nueva manera de comprenderla.

EL RACIONALISMO

El problema principal que se trata en la modernidad es el conocimiento y la constitución de la ciencia. Frente a otras soluciones a estos problemas que surgirían en la época, como el empirismo, Descartes optará por la solución racionalista. La base del racionalismo es la omnipotencia e independencia de la razón humana. Esto implica que la razón es el principio y el tribunal supremo que juzga sobre lo verdadero y lo conveniente en los ámbitos del conocimiento teórico como de la actividad moral y práctica. Va asociado a la afirmación de la existencia de ideas innatas. Recoge sobre todo la concepción galileana del mundo como “texto de Dios” escrito según un orden matemático, pues los modelos matemáticos del conocimiento (en la medida en que las matemáticas no dependen de la experiencia) se ven revalorizados.

DESCARTES: EL PROBLEMA DEL MÉTODO – LAS REGLAS DEL MÉTODO

La razón se ha equivocado en numerosas ocasiones hasta el punto de que Descartes considera necesario reconstruir el edificio del saber sobre bases firmes y seguras, si es que esto es posible. Es entonces necesario un método para dirigir bien la razón y alcanzar el conocimiento. En el Discurso del Método Descartes desarrolla una especial dedicación hacia las matemáticas. Para él, el éxito de estas radica no en su estructura sino en el método que utiliza. Si el conocimiento de la naturaleza es posible gracias a las matemáticas, es pensable que utilizando el método que estas utilizan se pueda alcanzar la verdad y la certeza en el conocimiento de los otros aspectos de la realidad. Y ese método es el método deductivo. Así concluye: Si la razón es única, el saber es único y debe haber un único método para alcanzar la sabiduría. Descartes concibe la idea de un saber o de una ciencia universal, la “Mathesis Universalis” : fundamento único de todos los saberes y la adquisición plena de la sabiduría.

Descartes propone la intuición y la deducción como los dos únicos modos de conocimiento y por tanto como aquellos elementos sobre los que se debe construir el método. La intuición remite a un contenido simple, pero no exento de relaciones, de ahí que la intuición nos lleve de una manera inevitable a la deducción, que consistirá en una serie sucesiva de intuiciones, apoyadas en la memoria. En definitiva, la intuición nos ofrece el conocimiento de los principios y la deducción el de las consecuencias lejanas, a las

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