Dios Y El Hombre

Desde tiempos inmemorables, los seres humanos han buscado explicaciones a distintos fenómenos que se presentan en la naturaleza. Las primeras respuestas a todas sus interrogantes, tenían que ver con entes misteriosos que poseían poderes sobrenaturales capaces de hacer cambiar el clima, las ideas o el medio físico que los rodeaba. De esa forma fue como nació la religión.

La religión no es otra cosa que la creencia en un ser superior, llamado Dios, que se basa en distintos comportamientos o situaciones dependiendo del tipo de Dios del que se hable. En la actualidad, la religión va perdiendo poco a poco sus creyentes, esto debido a las leyes morales absurdas y a los problemas que han tenido con personas de distintas religiones.

La filosofía, el ser una ciencia que se basa en la razón, debería de descartar todo indicio de religión, ya que ésta se basa completamente en la fe. Sin embargo, muchas veces no es así, ya que algunas personas ven la religión como algo espiritual más allá de la creencia de un Dios, de comportamientos o leyes estrictas de conducta. La ven como un pedazo de su alma que moldean según sus sentimientos y creencias, dejando en un segundo plano al Dios que los impulsó a dicha creencia.

Al menos desde mi punto de vista, creo que la religión y la creencia en un ser supremo está, ciertamente, sobrevalorada. Las personas les adjudican logros a sus Dioses cuando éstos no tienen absolutamente nada que ver en ciertas acciones. Algunas otras, entran en el mundo de lo espiritual tan sólo para redimirse, dándose así una hipocresía entre los creyentes y los que realmente practican la religión. Tomemos por ejemplo a los católicos. La mayoría dice ser devota, pero, cuando nadie los está viendo, hacen todo lo que se supone no deberían estar haciendo. Rompiendo incluso las reglas que ellos mismos se auto imponen.

Algunas otras, entran en el mundo religioso tan sólo por promesas o por debilidad. En ésta última categoría entran: drogadictos, golpeadores, alcohólicos, viciosos, entre otros. Todo ellos con un solo fin, el buscar “Fuerza de voluntad” en un Dios cuando deberían de buscar en ellos mismos y no en un ente mágico que les brinde la fuerza que, desde el principio, ya poseían. Ciertamente, se trata de fe y sentimientos, y no de los verdaderos hechos.

Cada día que avanza la humanidad, el hombre actual mantiene su postura cada vez más en el agnosticismo o el ateísmo, esto debido a los avances que la ciencia ha logrado a través de los años. Aunque, ciertamente, no ha logrado comprobar científicamente la existencia o no existencia de Dioses, cada vez se acerca más y más.

¿Qué pasará el día en que se muestre la existencia o farsa de los supuestos Dioses? Nadie puede saber con exactitud. Esperemos con ansias ese día y, si no vivimos para presenciarlo, al menos podremos saber la verdad en el momento

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