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EL PRINCIPIO DEL PALCER


Enviado por   •  6 de Marzo de 2013  •  1.862 Palabras (8 Páginas)  •  335 Visitas

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EL PRINCIPIO DEL PLACER

Nuevamente vamos a los comienzos de Freud (Nuevas aportaciones sobre las neuropsicósis de defensa), ahí donde Freud dice; el histérico ha padecido una escena de seducción sexual en forma pasiva, mientras que el obsesivo la ha vivido en forma activa. Excesos, carencias de satisfacción. Hay algo del orden de la sexualidad que siempre es traumático para todos los sujetos. Siempre va a haber un exceso de actividad o de pasividad. ¿Por qué? Bueno, recordemos que la sexualidad, originariamente, proviene de otro; el que sexualiza al hijo es la madre. En ese acto ella está gozando, acariciando a su hijo. De tal modo que el niño (ese sujeto en constitución), se ve obligado a procesar ese aporte que le viene desde otro que él no lo pidió sino que responde a los deseos y goces de otro. Y siempre va a haber algo inasimilable de la sexualidad. Ya no se trata entonces del accidente en la vida de un sujeto sino que en la sexualidad, en su origen, es siempre traumática. Si partimos del hecho que la sexualidad no es instintiva sino que es pulsional; que esta pulsión para poder aparecer en el sujeto, tiene que ser llamada por otro… ¿este llamado como se hace? Se hace a través de la sexualidad del otro (la madre). Está introduciendo algo en el sujeto que originalmente no es de él. La sexualidad no es natural en el ser humano. Nos corremos de la naturalidad de la sexualidad.

Si la sexualidad no es natural ni instintiva, inevitablemente va a tener algo de traumática. Inevitablemente va a tener algo irruptivo en el sujeto. Lo traumático siempre va a tener esta característica de irrupción en el sujeto, hay algo que irrumpe. En el capítulo 4 Freud dice que para el organismo vivo, la tarea de protegerse de los estímulos es casi más importante que recibirlos. Entonces el organismo se provee de una protección anti-estimulo, de una especie de escudo, de filtro para estos estímulos que si desbordan, pueden romper la barrera protectora del sujeto. Lo traumático siempre tiene algo de sorpresivo y algo de terror para el sujeto. Ahora bien, lo traumático ¿proviene solo de afuera? ¿Es lo externo lo traumático? Dos sujetos van a la guerra, tienen más o menos las mismas vivencias, los dos regresan; uno lo vive como vivencia traumática y el otro no. Cuando el estímulo externo se presenta así (sorpresivo, aterrorizante) el principio de placer queda abolido. El aparato psíquico resulta negado, inundado por grandes volúmenes de estímulos que perforan la protección. El aparato no logra procesarlo; algo se desbordó. El principio de placer entonces, queda abolido. ¿Y cómo se representa esto dentro del aparato psíquico? En este sentido es que la pulsión pasa a ser ahora como el representante de este estímulo externo. ¿Por qué? Porque la pulsión es algo que actúa constantemente, siempre pulsa.

La situación traumática ahora ya no se trata solo del estímulo externo, se trata también de la actividad pulsional. ¿La pulsión está adentro o está afuera? Es llamada desde afuera pero se localiza en los bordes del cuerpo. Es como la cinta de Moebius, no está ni adentro ni afuera. Entonces, si podemos construir una figura en la cual no exista adentro ni afuera, podemos pensar que en la constitución del sujeto, esta cuestión del adentro y afuera, también se nos relativiza.

Las pulsiones de muerte desbordan el aparato psíquico, no encuentran ligadura, insisten iguales a sí mismas. ¿Por qué insisten siempre iguales a sí mismas? ¿Por qué un sujeto que sufrió un accidente sueña siempre con la misma escena? Podemos decir que en ese soñar siempre con la misma escena, encontramos el intento de elaboración (una y otra vez lo mismo) y al mismo tiempo el fracaso de la elaboración. Porque si se pudiera elaborar no se soñaría siempre con lo mismo. Habitualmente soñamos todas las noches con cosas diferentes. Cuanto más igual se repite a sí misma la escena en el sueño, más se está mostrando el fracaso y al mismo tiempo el intento de ligadura. Entonces, si pensamos así a la pulsión, como esto que no tiene ni un adentro ni un afuera, podemos pensar porqué se articula la pulsión a ese estimulo externo, traumático. ¿Y qué sucede cuando queda abolido el principio de placer? Freud dice; “la tarea es dominar el estímulo, ligar psíquicamente los volúmenes de estímulo que penetran violentamente a fin de conducirlos después a su tramitación”. ¿En qué consiste esta tramitación o ligadura? En un transporte desde el estado de energía libre hasta el de la energía ligada, mas quieta. ¿De qué se trata la ligadura? Poder conducir las representaciones (representantes pulsionales) desde el estado de energía libre al de una energía ligada, o sea que se puedan ligar a otras representaciones, que puedan entrar en cadena asociativa, que ya no sea siempre igual a sí mismo. Freud se pregunta ¿Porque la situación sorpresiva y terrorífica produce el trauma? Porque tiene por condición, la falta del apronte de la angustia (la angustia sirve de señal al yo del sujeto que le advierte la presencia o cercanía de un peligro). En la situación traumática, falta este apronte de la angustia, esta angustia señal. De tal modo que podemos pensar a la angustia como la última trinchera, defensa, frente a la situación traumática. Por eso va a decir que los sueños de las neurosis traumáticas no están al servicio del principio de placer, sino que buscan recuperar el dominio del estímulo por medio de un desarrollo de angustia cuya omisión o falta fue lo que causó la neurosis traumática. A través de

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