EL PROCESO DE CRISTO. El libro comienza dándonos una breve explicación de cómo eran las leyes y el gobierno hebreo y romano

CESCIJUC[pic 1]

CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES EN CIENCIAS JURIDICAS Y CRIMINOLOGICAS

PLANTEL CHAPULTEPEC

Agosto de 2015

EL PROCESO DE CRISTO

El libro comienza dándonos una breve explicación de cómo eran las leyes y el gobierno hebreo y romano. El gobierno Hebreo estaba apegado a su religión, mientras que el Romano era un proceso más bien apegado a las leyes que ellos mismo habían realizado a lo largo de su conocimiento,  sobre todo porque era una cultura que penalizaba demasiado a los ladrones, traidores, desertores de ejército, insultos al imperio, en fin castigaban por casi todo, por lo tanto era todo un proceso penal al que se les sometía a  todo aquel que incumpliera con las leyes Romanas.

De estas manera no explica un poco del proceso tan distinto que había en un solo pueblo, ya que el pueblo de Judea antes era regido por las leyes hebreas. Pero en el imperio de Tiberio, poncio Pilato era el pretor de Judea. Por lo tanto en un solo pueblo había dos autoridades que seguir.

Después no habla de cómo el proceso de cristo comenzó en cada de uno de los sacerdotes que lo acusaban de blasfemo, por mencionar Dios era su padre. Y esta será la irregularidad No.1 ya que no estaba siendo juzgado en una corte.

Lo apresaron de noche y no como en el día se suele hacer. Irregularidad No.2, no era común que apresaran a alguien de madrugada, ya que por lo regular lo hacían durante el día para poder llevarlo a un proceso normal que se hacía durante el día, también se menciona que cuando los sacerdotes estaban con en el templo no lo apresaban, teniéndolo en un lugar público y a la luz del día.

Irregularidad No. 3 presentaron testigos que solo hablaban en contra de Jesús, cuando en un proceso ordinario permitían que el acusado presentara a sus testigos.

Irregularidad No. 4 no era normal que impusieran una sentencia antes de tener al proceso concluido, lo primero que pidieron fue la crucifixión de Jesús, desde antes de que lo apresaran.

A pesar de que los defensores de Jesús, Nicodemus y José de Arimatea, sabían perfectamente que los sacerdotes desistirían sobre las acusaciones que le hacían, sobre todo porque ese “juicio” no era para acusarlo, solo era para rectificar su sentencia ya que las acusaciones y todo el proceso se lo saltaron, mucho menos pasaría desapercibido llevarlo ante las autoridades Romanas para que estas ordenaran la crucifixión.

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