EL SABER Y LA UNIVERSIDAD
Enviado por andrea15987 • 27 de Noviembre de 2013 • 458 Palabras (2 Páginas) • 253 Visitas
EL SABER Y LA UNIVERSIDAD
En primer lugar se debe aceptar que nuestras universidades viven “en crisis”, pero también son “de” y para la crisis. En esta situación, pues no pueden escapar de su entorno, deben definir su proyecto alternativo. Y sin renunciar a un a una constante transformación, ni desligarse de la realidad nacional y latinoamericano-mundial, la universidad debe ser congruente con su naturaleza.
En otras palabras “debe definirse y actuar como protagónica y participante, formativa y critica, prepositiva y anticipadora”.
Por otro lado, esta institución debe consolidar su vocación y compromiso con el saber. Es decir, involucrarse con más ahínco en la formación de más y variadas capacidades de diversa índole, de recursos humanos, cultura, ciencia y técnica.
Esta orientación integral del saber impedirá la reducción del conocimiento rubros meramente cientificistas y teocráticos. De esta manera, se podrán discernir puntual y objetivamente las prioridades convencionales para nuestro país en el apoyo y avance de políticas educativas, universitarias, científicas, tecnológicas y productivas, por sectores, problemas, disciplinas y especializaciones.
El hombre, a lo largo de su existencia, ha sentido curiosidad por conocer el mundo que le rodea y ha pretendido dar explicaciones a una serie de interrogantes, que le han surgido de su contacto directo o indirecto con las cosas, hechos y fenómenos que la naturaleza le presenta. Gran parte de las explicaciones que ha dado se fundan en supuestos, creencias y generalizaciones que son aceptadas por la experiencia, o la fe, sin crítica o razonamiento que sustente su veracidad.
Es el entendimiento natural o aprehensión intelectual de la realidad o de una relación entre los objetos, facultad con la que nos relacionamos con el mundo exterior.
El saber cotidiano es siempre y solamente opinión no es saber científico. La suma de conocimientos que todo sujeto debe interiorizar para poder existir y moverse en su ambiente, según las épocas y los estratos sociales, no solo cambia el contenido, sino también su extensión, el saber se enriquece con aquellas nociones necesarias en cualquier nivel social.
La obligatoriedad de los conocimientos cotidianos es muy relativa, existe un criterio mínima general, de ahí en adelante, la medida de la obligatoriedad varía según la división del trabajo, las mujeres hasta hace poco tiempo, debían apropiarse de conocimientos distintos al de los hombres, sin embargo, estos deben ser de acuerdo al trabajo que se va a desempeñar.
En cuanto al saber cotidiano, “saber que” y “saber como” son igualmente importantes incluso inseparables uno del otro, el “saber que” es la preparación del “saber como”. Cuando Marx escribe que los hombres
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