ELECCIONES GENERALES.

A pocos días de las elecciones generales, observo que una vez más, la mayoría de los peruanos al igual que elecciones anteriores votarán por el "mal menor".  ¿Hasta cuándo estaremos condenados a elegir al "menos malo"?.

La razón principal de este escenario, es porque tenemos candidatos en gran cantidad y no de calidad, sumado a ello, la posición parcializada de los medios de comunicación que no informan y difunden de manera igualitaria las propuestas de todas las listas, medios que a la vez son financiados y condicionados por los grandes grupos económicos de poder, que son los autores intelectuales de las campañas psicosociales a fin de distraer a los electores de los principales problemas del país, con el propósito de direccionar el voto ciudadano a determinado(s) candidato(s) de acuerdo a su conveniencia económica, por la sencilla razón, que existe de por medio grandes intereses económicos y que gracias al poder político obtienen los favores a través de  los millonarios contratos con el Estado, estabilidad tributaria y la continuidad de la política económica del libre mercado.

Por otro lado, es necesario que los electores hagamos una autocrítica basadas en las decisiones tomadas y sobre las experiencias pasadas en épocas electorales con la siguiente pregunta ¿emitirás un voto reflexivo o simplemente emotivo?, ¿has leído las propuestas de los candidatos?, ¿has analizado sus antecedentes, su formación y su conducta ética de los candidatos?, cuestionario que por lo mínimo debemos tener una propia respuesta para decidir con responsabilidad.

Pero, a estas alturas es difícil que los electores cambien sus tendencias de votación, porque una vez más, la campaña mediática auspiciado por los grupos de poder económico ha logrado concientizar en la mayoría de las mentes frágiles de los peruanos a optar por candidatos que defenderán sus intereses propios por encima de los intereses colectivos del país, y otra vez, al parecer triunfará el “mal menor” entre este tinglado de candidatos voceados por ciertas encuestadoras de dudosas procedencias.

¿Qué hacer frente a esta situación?, votar en blanco o viciado sería como lavarnos las manos, optar por estudiar las propuestas sería lo más recomendable, sin embargo, como vemos las cosas por más esfuerzo en analizar a cada uno de los candidatos, ninguno de ellos genera confianza total, ya que cada quien carga su mochila, unas más pesadas que otras, situación que se convierte en un dilema para la mayoría, lo peor de todo, de acuerdo a ley estamos obligados a ir a votar, salvo estés dispuesto a pagar una multa.

A todo ello, los menos malo que podemos hacer como ciudadano es informarte sobre el plan de gobierno de los candidatos, analizar si las propuestas presentadas son realizables, descartando promesas demagógicas, populistas y desproporcionadas a la realidad actual, caso contrario, en el extremo que si a pesar que intentaste buscar el mejor candidato y ninguno de ellos te genera confianza, en cumplimiento de nuestro deber ciudadano y democrático, como se dice coloquialmente si no hay alternativa, “caballero no más, a votar aunque sea tapándonos la nariz”…HNR.

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